“Te doy
gracias mujer por el hecho mismo de ser mujer. Con la “intuición” propia de tu
feminidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad
de las relaciones humanas”
Karol
Wojtyla
Cuando Dios creó el mundo, ni siquiera había
pensado en lo importante, lo insustituible, lo imprescindible, lo inimaginable,
que resultaría su más preciada creación: la mujer. Pero, ¿Es simplemente la
palabra mujer lo que envuelve y representa a tan sublime y bendecida criatura?
Pues simplemente: No.
Ser mujer es más que portar un vestido, es serlo en
el corazón y en los pensamientos. Es algo más que tener que maquillarse
diariamente y lucir sexy ante los demás. Es algo más que tener sexo con un
hombre. Hoy podemos vestir como una reina, mañana ser la dama más sencilla del
universo, reír hasta que nos duela el alma y llorar sin vergüenza… Corre por
nuestra piel la ternura, la pasión, la generosidad y la entrega total. No
existe humano alguno que se compare con nosotros, podrán haber conductas
asociadas o asimiladas, pero la diferencia recae en la originalidad femenina;
hacemos las cosas desde lo mas recóndito del corazón.
El alma, la esencia femenina va a la totalidad,
custodia, protege, conserva, nutre, alimenta, ayuda a crecer y favorece todo lo
que le rodea, principalmente a sus seres queridos. Esa sensibilidad tan intensa
que fluye natural en nuestros cuerpos, ese deseo insaciable de ser amadas, esa
fuerza interior que nos mantiene firmes a pesar de las difíciles situaciones
que nos depara la vida...
Llevamos en nosotras ese lugar tan especial donde
una nueva vida comienza, alimentando desde nuestro interior ese ser que apenas
se está formando, y que nos hará capaces de conocer uno de los más grandes
amores que pueda sentirse, sin importarnos cuán marcados puedan nuestros
cuerpos quedar ante esa maravilla divina que es la maternidad...
A lo largo de los años, hemos adquirido demasiadas
responsabilidades. Somos y seremos un pilar decisivo en la vida de nuestras
familias. Seguramente tendremos caídas y tropezones, pero lo maravilloso de ser
mujer es la forma encantadora de cómo nos levantamos, quizás sin fuerzas, pero
es impresionante como la sonrisa de un hijo, las responsabilidades laborales,
el amor de pareja… hacen que podamos sacar adelante nuestro agobio y cansancio.
Sabemos lidiar con los problemas, sin mirar atrás,
creemos en nosotras mismas a pesar de todo, levantamos nuestros rostros con
mirada de esperanza a pesar de los prejuicios del mundo donde creen que una
mujer debe permanecer bajo el yugo del "más fuerte"... Superamos el
dolor con valentía, podemos reflejar nuestros sentimientos tal cual son,
extendemos una sonrisa, dejamos correr una lágrima, siendo nosotras mismas en
todo momento, intentando siempre calmar el dolor de los demás... Podemos decir
un "Te amo" sin temor al rechazo, sin pensar que esa palabra pueda
significar un compromiso, sino que es sólo el reflejo de un sentimiento
sumamente tierno y sublime...
La intuición femenina, permite de un modo casi
inmediato que una mujer capte un estado de ánimo, un problema, una situación
“que no cuadra”, pero todo referido al otro, a la persona concreta, a “dar
vida” en el sentido mas amplio del término. Muchos pensamientos nos martillan
en la cabeza y nos producen, tristeza, angustia, desaliento, pesimismo, pero
tenemos que entender que no somos responsables del accionar de los demás, que
hay situaciones que no podemos cambiar y que para cultivar pensamientos
positivos que aumenten la autoestima, debemos enfocarnos en todo lo hermoso que
tenemos como persona.
La mujer nunca debe quedarse rezagada, ni sentirse
menospreciada. Esto solo lo controla la sociedad y tu mente. Sacúdete de los
tabúes, del miedo, de la dependencia, del yo no puedo y de toda excusa que no
te permita sentir la grandeza de ser mujer. Revístete de los dones
multifuncionales regalados por Dios: ser profesional, esposa, amiga, madre,
etc. ¿Quién puede hacer varios roles al mismo tiempo? La respuesta la conoces
tú.
La mujer que se asume como mujer, que no busca
competir con el hombre sino sacar lo mejor de ella para impregnar el mundo con
su esencia, la mujer profunda y enamoradamente femenina, es aquella que puede
cambiar al mundo, es aquella que educa, que ama, que participa lo mismo en
política, que en economía, que en su casa, que en sociedad, que le da sentido a
la vida de otros y así adquiere sentido su propia vida, que es magnánima,
caritativa, que busca tener retos para superarlos, que es sensible, alegre,
luchadora, trabajadora, pacífica y agresiva, aquella que busca ir al alma, al
corazón de quien la rodea, para sanar heridas y colmar de cariño.
Es necesario enfocar nuestra atención en aquello
que nos produce paz y aprender a perdonar, comprender que el perdonar es un
proceso donde debes asumir lo que te dolió, no tratar de entenderlo porque
muchas veces allí radica el que siga doliendo, pues como no entendemos por qué
el otro es capaz, entonces no aceptamos. En muchas ocasiones debemos ser más
flexibles, ya que intentado resolverlo todo adquirimos muchos controles para
lograr que todo salga bien, pero en el fluir debemos hacer que los demás nos
valoren, se den cuenta del rol importante que nosotras jugamos pero lo básico
es que nosotras estemos muy concientes de lo que valemos.
Somos increíbles, tenemos esa habilidad tan
maravillosa y sutil para lograr que muchas veces nadie nos entienda, a veces ni
nosotras mismas y de algún modo, eso nos hace diferentes... Nosotras siempre estamos
soñando, viviendo, luchando, amando... Somos tan grandes como el universo,
tiernas como la flor, fuertes como la roca, apasionadas como el sol y bellas
como la naturaleza. Somos el proyecto más grande de Dios.
Si tuviera la oportunidad de regresar al vientre de mi
madre, ir más allá, volver a ser un simple y veloz espermatozoide, si pudiera
elegir el cromosoma que deseo ser... sin dudarlo volvería a ser mujer... porque
amo ser mujer.
Las mujeres estamos hechas de un material especial, hay algo en nuestro interior DIFERENTE. Yo muchas veces he querido que ese material del que estamos hechas saliese de mi, muchas veces he deseado tener otro material, ser más dura, más fría, más calculadora, algo más mala, pero nada amiga, ese material es así, no lo podemos cambiar. Si te fijas hay una revolución hormonal imposible de controlar, lo mejor es intentar adaptarnos a ellas y llevarla de la mejor manera posible, pero tranquila las hormona también nos regalan muy buenos ratillos.
ResponderEliminarSomos unas maquinitas muy complicadísimas, por eso es tan importante conocernos lo mejor posible… y ante tod saber que eres buena persona, puedes equivocarte, necesitar, desear, sentirte no querida, no valorada, pero tú debes saber que con las equivocaciones aprendes…Y que lo más importante es que tú te quieras y que tú te valores. Lo demás… Todo acaba, todo, al final nos vamos solos, vive al máximo, sé tu misma, todo pasa, todo acaba, pero tu compañía te acompañará siempre, deja que salga tu luz aunque estés rodeada de ciegos, es lo que te quedará.
Realmente me encanta estos articulos porque me llena de entusiasmo el recordar lo muchas veces olvidado por nosotras mujeres, que es el saberse importane y valorada por una misma. Agradezco de corazon este espacio para expresarnos.Saludos a todas y ojalá nunca olviden lo valiosas que somos las MUJERES.
ResponderEliminarTienes toda la razón, yo también si volviera a nacer y me dan a escoger volvería a ser mujer y te aseguro mi amiga que cuando nos valoramos y nos amamos a si mismas, el mundo machista no nos alcanza.
ResponderEliminarClaro que ser MUJER es mucho mas que llevar un vestido, son inteligencia y sensibilidad; delicadeza y fuerza, pasión y razón, origen y luz de vida; faro que guía a los hijos, centro de cohesión del hogar, dinámicas y multifacéticas, manantial infinito de amor. Reafirmo que el mundo no sería nada sin ustedes mujeres.
ResponderEliminarSer mujer debe ser la experiencia más excelsa de la vida. Yo como hombre me tengo que conformar con poder compartir mi vida y consagrarla a consentir a mi mujer...
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