“Un hermano puede no ser un amigo,
pero un amigo será siempre un hermano”.
Benjamin Franklin (1706-1790)
filósofo, físico y
político estadounidense.
La
amistad es algo tan íntimo que no puede ser clasificado ni definido. Cada
persona vive la amistad de una forma peculiar. Y esto tiene una razón muy profunda
porque cada persona es irrepetible y mucho más cuando esa persona se relaciona
con otra que también es irrepetible.
La
amistad es un valor universal. Está claro que difícilmente podemos sobrevivir
en la soledad y el aislamiento, por eso necesitamos y disfrutamos de los
amigos.
La amistad no es más que el afecto personal, puro y desinteresado,
compartido con otra persona, que nace y se fortalece mediante las interrelaciones
entre los seres humanos. Es tan importante para el desarrollo humano, su
estabilidad y el mejoramiento de la sociedad que es un verdadero valor, que
debemos cuidar y fomentar. Todos necesitamos a alguien en quién confiar, a
quién llamar cuando las cosas se ponen difíciles, y también con quien compartir
momentos de alegría, una buena película o un rato de esparcimiento.
Las amistades suelen comenzar de imprevisto, y muchas veces sin buscarlas. En el camino de la vida vamos encontrándolas. Y todo comienza porque alguien “nos cae bien”. Convicciones, sentimientos, gustos, aficiones, opiniones, son algunas de las cosas en común que pueden hacer que nos hagamos amigos de alguien. Sentirse a gusto con una persona, conversar y compartir sentimientos es el principio de eso que llamamos amistad.

Las amistades suelen comenzar de imprevisto, y muchas veces sin buscarlas. En el camino de la vida vamos encontrándolas. Y todo comienza porque alguien “nos cae bien”. Convicciones, sentimientos, gustos, aficiones, opiniones, son algunas de las cosas en común que pueden hacer que nos hagamos amigos de alguien. Sentirse a gusto con una persona, conversar y compartir sentimientos es el principio de eso que llamamos amistad.
A
veces los lazos que te unen a una persona son invisibles pero tan sólidos como
el diamante, transparentes, duros y puros. Así es como yo siento y vivo la
amistad, eso sí, para tener una amistad de verdad hay que invertir, no dinero
sino tiempo y amor y tener siempre presente que el que tiene un amigo tiene un
tesoro. Como dijo Octavio Paz: “El amor nace de un flechazo; la amistad del
intercambio frecuente y prolongado”.
La
amistad es la base de todo, para lo bueno y para lo malo, hay que estar ahí,
apoyar y no juzgar, dar lo mejor de ti y que a la vez esa persona este hasta cuando
estas tan inaguantable que no te soportas ni tu misma.

La
edad me ha hecho más tolerante y he aprendido que ante la decepción quiero
regalarme la autocrítica y pensar en cómo puedo yo mejorar con los demás. Hay
personas que no valen la pena, tras el desengaño las dejas ir porque entiendes
que no eran amigos de verdad pero al menos que nos sirva para ser mejores
nosotros. La decepción nos tiene que ayudar a crecer y a se mejores para evitar
fallar a los amigos que verdaderamente se lo merecen.
La
amistad es un cariño, un apreciarse que promueve un dar, un darse y para ello
es necesario encontrarse y conversar. Después, con el tiempo, la amistad puede
desarrollarse en profundidad y en extensión mediante el trato, el conocimiento
y el afecto mutuos. No puede desarrollarse sin estabilidad. Por eso cuando
dejamos de ver durante muchos años a nuestros amigos, a veces nos enfrentamos a
que parecen personas totalmente diferentes, o simplemente no se pasa de un
diálogo superficial que deja un mal sabor de boca. La amistad es algo que
requiere estabilidad en el trato.

No
es amigo el que busca aprovecharse del otro. La amistad no es comercio de
beneficios. La verdadera amistad es, en gran medida, servicio afectuoso y desinteresado.
Un verdadero amigo es tu vida, tu alegría, es el espejo del alma. Un amigo es
fácil de querer, difícil de encontrar e imposible de olvidar. Amistad es
compartir, no competir. Amigo es quien te toma de la mano y te esta tocando el
corazón.
No
hay riqueza más valiosa que un buen amigo seguro. Ser leal supone ser persona
de palabra, que responda con fidelidad a los compromiso que la amistad lleva
consigo. Leales son los amigos que no traicionan una confidencia personal, que
son veraces. Son verdaderos amigos quienes defienden el interés y el buen
nombre de sus amigos. Debemos también ser leales en corregir a un amigo que se
equivoca. Ser amigo de verdad no es fácil, pero vale la pena el esfuerzo. Es un
gozo tener amigos de verdad: estar con ellos, charlar, ayudarle o ser ayudado y
disfrutar y alegrarse con ellos ¡poder contar con ellos!

Y
me permito el lujo de pedirte estos deseos que perfectamente podrían pasar por
exigencias.
-Nunca
dejes de recurrir a mí. Por favor, sea lo que sea, donde sea y a la hora que
sea. Voy a estar para absolutamente todo. Hoy por ti y mañana por ti también.
-No
permitas que nuestra complicidad se pierda. Porque me encanta, eres de las
pocas personas con las que me río incluso antes de decir alguna tontería.
-Continúa
alegrándome los días, los meses y, en definitiva, la vida. Es una carga
importante, lo sé, pero solo tienes que seguir haciendo lo que haces. Sin más.
-Más
de una vez has sido la voz de mi conciencia y sé que necesitaré que lo seas
unas cuantas más. Por lo que te pido que te armes de paciencia para lidiar
conmigo.
-Recuérdame
siempre. Preferiría que solo lo hicieras por las cosas buenas pero las malas
también tienen que estar presentes. Por los años que hemos estado juntas, por los
planes que no cumplimos, por los días de playa, cerveza y música, por los
enfados tontos, por las risas sin control...
-Si
alguna vez dudas de cuánto te quiero, recuerda estas palabras: “Mucho más de lo
que te demuestro, más de lo que lees cuando te lo escribo, más de lo que puedas
imaginar y más de lo que yo le cuento a la gente. Aunque no te lo diga, aunque
no sea desde siempre, aunque haya alguien que lo haga más que yo. A pesar de
los pesares, aquí o allí, cerca o lejos. Te quiero.”

Amigos
y yo les aseguro que lo es. Ojala ustedes tengan la suerte de tener a alguien así en sus
vidas, es un verdadero lujo. Los que tienen amigos verdaderos siéntanse
orgullosos/as de tener un tesoro, yo estoy muy orgullosa de ella.