Llevo
muchos días apesadumbrada, y hoy mirándome al espejo me dije: ¿Que fue de esa
mujer que reía feliz y hoy tiene tanta pena en el alma? Ya no sé dónde está esa
mujer, ya casi nunca la encuentro, el dolor y el pesar me superan. Mi niña
interior esta golpeada y herida en lo más profundo de su ser. Me levanto cada
día intentando ser mejor y olvidar un poco el sufrimiento en el que me he ido
viendo inmersa con la enfermedad de mi madre. Cuando creo que lo estoy logrando
algo peor ocurre y el dolor vuelve implacable y golpea fuertemente en las
puertas de mi corazón. La mirada perdida y la sonrisa vacía de mi madre me han
quitado la paz y me están quitando las fuerzas, es muy grande el sufrimiento de
verla así.
A veces
me quedo observándola y conteniendo las lágrimas observo su cuerpo deteriorado más
de lo normal, más de lo que hace el paso de los años… miro sus manos, esas manitas… las
mismas que me acariciaban... las que me mecían, las que me abrigaban... las que
cocinaban la mejor comida… y las que arreglaban mi ropa estropeada... hoy se
mueven sin control y golpean cualquier estructura… ya no recorren mi rostro y
observo sus ojos, esos ojos lindos, esos ojos puros que estaban llenos de
esperanzas y amor… ahora ya no me ven…
Ya no me
ve, no me conoce… La tengo conmigo y sin embargo la sensación de orfandad no me
abandona. Sólo me resta seguir luchando mientras mis fuerzas me lo permitan y
seguirme sosteniendo en sus consejos y en el recuerdo de esas manos que antaño me
guiaron por la vida.
Yo sé amiga mia como te sientes y comparto tu dolor porque tuve el privilegio de conocerla cuando estaba bien, pero aunque sigas penando por verla cada vez peor, recuerda que parte de lo que eres se lo debes a ella, refúgiate en los tiempos pasado en que reías con ella y duerme tranquila porque te has comportado y te comportas como hija excepcional.
ResponderEliminarLos tiempos cambian y es inteligente abrir nuestro corazón al cambio, es sólo pensar en la posibilidad de otro ángulo de vista.
ResponderEliminarEso que recibiste con tanto amor y cariño, devuelvelo con el mismo afecto y dile, eso que me diste con tanta ternura lo comparto contigo y con los demás, porque lo que aprendí de ti me hace especial como tú lo eres para mí.
Los tiempos cambian y es inteligente abrir nuestro corazón al cambio, es sólo pensar en la posibilidad de otro ángulo de vista.
ResponderEliminarEso que recibiste con tanto amor y cariño, devuelvelo con el mismo afecto y dile, eso que me diste con tanta ternura lo comparto contigo y con los demás, porque lo que aprendí de ti me hace especial como tú lo eres para mí.
Gracias Mario por tus palabras, estas situaciones son muy dolorosas, algo difícil de llevar. Nuevamente muchas gracias amigo.
EliminarRosabel un afectuoso saludo desde México a ti y a todo el pueblo cubano. Aquí a la distancia te comparto que vivimos la Misma historia y se perfectamente de la desolación y de ese abandono que se experimenta al mirarse en unos ojos sin brillo, sin alegría...sin vida! Tristemente es la realidad que nos tocó vivir y hasta eso hemos de agradecer a Dios porque en su infinita bondad El sabe porque son así las cosas. Un abrazo grande y sincero!
EliminarMuchas gracias por tus palabras, yo sé lo que dices pero es que es tan duro que a veces uno cree que no va a tener fuerzas para seguir. Y no puedo dejar que el dolor me transforme y dejar de ser yo misma. Muchas gracias nuevamente, un gran abrazo para ti también.
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