(Esto lo escribí hace unos días pero
he estado tan ocupada con la graduación que no lo había publicado pero es algo
que me llena de orgullo y que escribí llena de emociones. En este sitio yo he
compartido con ustedes alegrías, en ocasiones mucho dolor, otras veces
reflexiones y mucho amor. Por eso no podía dejar de compartir este gran
acontecimiento con ustedes. Este orgullo tan grande que me invade).

Hijita, hoy viene a mi mente el día de tu nacimiento, llegaste para completar la dicha de tu padre, de tu hermanito y la mía. No hay palabras que puedan expresar esa felicidad. Y ahora tampoco tengo palabras para describir la emoción y el orgullo que siento. He sido testigo de todo el sacrificio, el esfuerzo, la voluntad que has tenido a lo largo de estos cinco años para lograr esta extraordinaria realidad de hoy.
Con mi alma convertida en un torrente de emociones, te escribo estas letras para expresarte lo orgullosa que me siento de ti. Siempre supe que serías capaz de alcanzar tus objetivos y de realizar tus sueños, simplemente porque eres inteligente, persistente y resuelta; porque tienes valores y principios que te sirven de base sólida para mantenerte firme, aún, en las circunstancias más difíciles en que te ha puesto a prueba la vida, proporcionándote la maravillosa oportunidad de crecerte como persona.
Fuiste siempre una niña alegre, cariñosa y a veces un poquito mal geniosa, pero eso sabemos de dónde viene. En tus años de adolescente tuvimos algunos encontronazos e incomprensiones y todavía en ocasiones los tenemos, pero es que el camino del adolescente es difícil de transitar y también es difícil la labor de ser madre. Afortunadamente estos años han concluido y ya eres toda una mujer, hermosa, buena, honesta, cariñosa, excelente ser humano y ahora toda una profesional. Eres tal cual como se te ve, pero sin que te falte ese recio carácter que heredaste un poco de mí, solo que lo sabes administrar con mesura.
Has llegado al final de un camino al
que no todos llegan, te has dedicado con voluntad y sacrificio y ahora cosechas
los buenos frutos de tu esfuerzo. Sé que la vida seguirá corriendo, pero nunca
olvides que te quiero mucho y que te apoyaré siempre.
A partir de ahora ya nada será como
antes, se acabaron los días de escuela dejas atrás mucho de ti, muchos
recuerdos que en los años venideros en ocasiones serán motivo de nostalgia y
añoranzas. En esas aulas quedaron atrapados los mejores años de tu vida, años
de esfuerzo, de disciplina, de sueños y esperanzas. Hoy, princesita linda, has
marcado con esta fecha un cúmulo de experiencias que pasarán al inventario de
tus recuerdos, por la complejidad de lo vivido y de lo que has aprendido.
Ni en los momentos más complicados te
apartaste de tu sueño, y hoy finalmente se cumplió. Hoy te recibes como
profesional y empiezas una nueva etapa que sin dudas será excelente porque te
has convertido en una gran mujer. Hoy sales de la Universidad convertida en una
joven fuerte, que ha de enfrentar retos difíciles, tentaciones… pero tengo la
certeza de que siempre escogerás el buen camino.
Me has llenado de orgullo, me constan
todos los esfuerzos realizados por alcanzar la meta. Tantos días de lucha
constante tienen ahora su recompensa, felicitaciones por tu graduación mi
Licenciada en Cultura Física. Tú misma creaste los caminos para que el triunfo
llegara por la puerta grande.
Pero recuerda que todo no termina aquí,
al contrario la vida continua y tal vez para llegar a otras metas vengan
tiempos difíciles, con aciertos y desaciertos, pero no temas, solo tienes que
saber campear esos temporales con sabiduría, paciencia e inteligencia. Ya
tienes las armas necesarias para poder aprovechar las oportunidades que te de
la vida y seguir superándote como persona.

Que se cumplan todos tus sueños y logres todas tus metas, también serán míos. En tu andar como profesional recuerda siempre que “El hombre es su medida”, si piensas en grande serás grande y si grabas en tu mente “yo puedo”, de seguro podrás. Nada es grande si no es bueno y nada es verdadero sino es permanente. Nunca has sido mediocre, ahora menos que nunca puedes serlo. La puerta que se te abre ante ti muestra el camino a tu destino, depende de ti como lo transites, da pasos seguros y con pisadas fuertes, con la plena confianza que estaré a tu lado siguiendo tus huellas y que serán a su vez las que dejes a tus hijos.
Sigue adelante que vas muy bien. Que la alegría y la buena suerte siempre sean un factor constante de ahora en adelante. Una carrera finaliza. La misma te dará un lugar en la sociedad. La instrucción recibida te hará brillar más de una vez. Pero nunca olvides que son nuestros valores, los que siempre nos guiarán a puerto seguro. Por alta que sea tu cumbre que la humildad y el amor por tu familia sean cosas que prevalezcan siempre en tu vida porque ellas te acompañarán aun cuando las cosas vayan mal.
Gracias mi amor por esta felicidad que
me das, por el orgullo y admiración que me provocas que de tan grandes no me
caben en el cuerpo. Gracias por ser quien eres, un ser humano increíble. Me
siento muy, muy orgullosa de ser tu madre, hemos vivido demasiadas situaciones
complejas y maravillosas que me dejan ver que eres como siempre supe que
serias, una buena hija, hermana, amiga, y un ser humano muy especial. Aprende
de los buenos ejemplos, escucha a los demás con atención y respeto… pero
siempre atenta, porque como dice el refrán no todas las nubes llevan agua.
Hijita de mi corazón, de más está
decirte que alabaré tus éxitos y sufriré si en algo fracasas pero si ocurre
estaré ahí para extender mis manos y ayudarte a levantar. Tus responsabilidades
serán mayores, por esa razón deberás reflexionar antes de actuar, y siempre medir
las consecuencias de tus actos.
Tu logro es nuestro logro. Te amo más
allá de todo. Pero la profundidad de mi amor sólo la comprenderás el día en que
te comiencen a llamar mamá. Gracias por tu esfuerzo y entusiasmo, por honrar
nuestro apoyo y confianza. Estamos muy orgullosos de ti... El mejor regalo que
puedes darte hoy y todos los días de tu vida es creer en ti.
No diré nada más, porque seguiría
enrollándome en una madeja de palabras, terminaría repitiendo frases trilladas
y omitiría otras estrujadas en mi corazón. Solo me resta pedirte que aunque
llegues a lo más alto en tu profesión nunca dejes de abrazarme y mimarme como
lo haces hoy.
Gracias a Dios por permitirme estar a
tu lado y disfrutar de tantos momentos hermosos, que muchos me dejaron
simplemente sin palabras, a mí, te imaginas. Yo te admiro mucho mi chiquita. ¡¡Gracias,
hijita de mi alma!! Por premiarme con tus logros y con tu amor. Mi adorada niña
bonita siente siempre el calor de mi abrazo y mis besos llenos de orgullo. Es
un honor ser tu mamá, mi linda princesa.
Con todo mi corazón, Te amo. Mamá.