Pensamientos y cosas del corazón

Mi pequeño sitio donde digo libremente lo que pienso y siento.

Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Identidad digital & identidad real

En el Ciberespacio muchas personas tienen un blog, algunos muy buenos otros no tanto, pero en casi todos hay mucha sinceridad y sentimiento, muchas ganas de ayudarse y compartir desde un libro hasta pensamientos íntimos. Yo estuve madurando la idea de tener uno durante mucho tiempo, hasta que me decidí a crear este, la disyuntiva entonces fue, usar “identidad digital” o identidad real.

Como no tenía muy claro el o los temas que iba a tratar resolví usar un seudónimo y no mi verdadero nombre. Vamos a ver… había cosas que sí quería publicar (algunas ya escritas desde hace tiempo) pero por el tema me daba vergüenza que quienes me conocen se enteraran que lo había escrito yo. Por eso pensé que tener un blog ultra-anónimo no sólo me permitiría escribir cualquier cosa sino que me daría la oportunidad de mostrar y seguir escribiendo textos cargados de amor y erotismo que no me atreví nunca a mostrar a nadie ¿por qué? por el maldito pudor, porque sé que algunas personas no los ven con buenos ojos, los creen inapropiados y las más hipócritas, hasta inmorales.

Sé que en este mundo de Internet somos muchos los que estamos detrás de un seudónimo, pero cada uno tiene que elegir y pueden ser varias las razones a tener para permanecer en el anonimato, que puede ser 100 por ciento o solo un poquito. Yo por ejemplo, mis escritos son de varias clases y sabores (algunos muy calientes, eróticos, lujuriosos), además escribo sobre mi vida y la de otras personas queridas, también para hacer catarsis… por tanto creo que hice bien por disímiles razones, no solo como protección a mi identidad sino la de los protagonistas de algunos post, en fin, creo que cada uno es muy libre de hacer las cosas como quiera.

Algunos conocidos saben que tengo un blog y me han pedido la dirección pero me he hecho la tonta y he dejado pasar la ocasión de dársela. ¡Maldito pudor! por sobre todo. ¿Resultado? Los que me leen no saben quién soy realmente (sólo cuatro personas lo saben para ser exacta). En dos ocasiones gente que conozco me comentaron algún texto que habían encontrado por casualidad en la Web y como les gustó se pusieron a leer otras entradas del blog y hasta se han suscrito por correo, e incluso me dieron la dirección para que yo lo siga (irónico ¿no?), pero ellos no pueden imaginarse que están hablando con la autora. A pesar del elogio que han hecho al sitio, no me he atrevido a decir que soy yo quien escribe.

Las cosas que escribo no creo que sean malas aunque tampoco me atrevo a calificarlas de buenas, sé por los comentarios que recibo que a muchas personas les gustan, además por las visitas al blog que siguen en aumentando, pero de ahí a que los lean personas que me conocen… temo que me digan "esto es basura cursi”, “cómo puedes perder el tiempo en escribir algo así", “¡estás loca! cómo te atreves a escribir de sexo”, o que no lo digan, lo piensen que sería peor…

Hace un tiempito pensé crear otro blog más público (es decir con mi verdadero nombre), donde escribiera sobre otros temas, pero pensándolo bien ¿otro blog? ¡Ni una mierda! Si a veces me cuesta mucho mantener este y en ocasiones tengo que trabajar de madrugada para lograrlo. Por otra parte sería poco realista porque quizás me encasille en temas que realmente no me interesan demasiado y entonces el blog perdería su autenticidad, yo dejaría de ser yo, dejaría de ser libre para escribir lo que quiero, terminaría cortando mis deseos, mis sueños, mis historias… y si le pongo a este mi verdadero nombre tendría que editarlo y hasta quitarle algunos post, por la maldita vergüenza y los convencionalismo de otros.

Creo que cada uno tiene derecho a mostrar de sí mismo lo que quiera y en este caso la discreción es importantísima. Además el anonimato forma parte del juego... a pesar de que he visto la expectación creada, me gusta seguir jugando con la incógnita. Claro está todo esto depende mucho del tipo de blog que uno haga. Por ejemplo, si yo escribiera de poesía, música, cocina, religión, diseño pondría no sólo mi imagen sino mis datos completos y reales, pero cuando cuentas entre otras cosas tu vida, la de tus amigos… escribes de sexo… no es lo mismo, creo que para algunas de las cosas que yo escribo el anonimato me protege de las malas lenguas y me da más libertad. Es así de sencillo.

Uno crea un blog con la intención de expresar sus ideas, opiniones, sueños o cosas que te parezcan interesantes para compartir con potenciales lectores, un material que supones es digno de ser leído, aunque te puedes equivocar, sobre todo en el caso de quienes no somos escritores. Y si los temas son peliagudos creo que es mejor usar el seudónimo por si acaso tienes la mala suerte de ser visitado por alguna persona de tu entorno, familiares, amigos, vecinos u otros que puedan significar un “peligro” para tu integridad, especialmente cuando cuentas cosas muy privadas (tuyas o ajenas) o criticas a gente que te rodea. ¡Por Dios! Eso yo lo llamo precaución y no miedo, mesura y no desconfianza…

De todas maneras cuando hablas sobre ti y reflexionas sobre algún tema o sentimiento, siempre das indicios que ayudan a los que te leen para irte conociendo y se formen una imagen de ti… esto que acabo de escribir me trae a la mente la idea que todos tenemos de Jesucristo, porque nadie sabe cómo era en realidad pero todos tenemos una imagen de él gracias a su pelo largo, su barba, su corona de espinas y sus llagas en manos y pies.

Creo que ese es el quid de la cuestión, porque si te gusta leer a alguien, te cae bien, coinciden en gustos y criterios, llegas a conocerlo mucho aunque sea de forma bloguero-platónica, acabas imaginándotelo. No sé, supongo que cada cual expone su identidad en el grado que le parece mejor. Considero que mi presencia (como la de muchos) en la blogosfera forma parte de mi vida privada, pero al mismo tiempo no podemos obviar el hecho de que es un medio en el que te expones ante todo el mundo. Por eso creo, aunque muchos no estén de acuerdo, que es de personas sensatas mantener la incógnita porque de imprudentes está lleno el cementerio y disponer de una “identidad digital” evita poner en entredicho la seguridad de tu vida personal y profesional.

He conocido en este ciberespacio a personas maravillosas, incluso que se han vuelto confidentes y almas gemelas… Quizás muchos de ustedes caminan a diario a mi lado por la calle, montan junto a mí en un ómnibus o en un taxi, se sientan en el mismo banco que yo en un parque, comparten conmigo un simple estrecho pedazo de playa sentados en la arena frente al mar, a mí adorado mar… quizás hemos sido compañeros de estudio o lo somos de trabajo, nos hemos encontrado en una noche loca en una fiesta, en un centro nocturno o hasta conversamos en una cafetería, ya ven esa es la ventaja del anonimato y en ciertos casos la desventaja porque me impide conocer en persona a gente adorable, inteligente y cariñosa que comparte mis criterios y hasta mis pensamientos más íntimos. Mil besos sinceros y de todo corazón para todos.

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Etiquetas: pensamientos, vivencias

martes, 29 de noviembre de 2011

Haciendo catarsis

Hoy conversaba con un amigo acerca de escribir, y le dije me gusta hacerlo pero que muchas veces no tengo tiempo. Sonrió y me dijo que él escribía justamente para descansar. Yo sé que no tener tiempo es la excusa más barata del mundo, y cuando él me dijo eso me di cuenta de que me he contado esa mentira tantas veces, que he terminado por creérmela. Y no sólo para escribir sino también para otras cosas que debo hacer.

Pero es que… ¡Cielos! en estos días todo me da lo mismo... es como si ya no me interesara nada y me siento horrible porque no quiero tener esta sensación… quizás sea porque estoy harta de hacer lo mismo todos los días... no sé qué hacer para salir de este estado y de esta estúpida rutina que me está chupando la vida...

Reflexionando sobre los últimos acontecimientos acaecidos en mi vida durante esta semana (algunos no me los explico y es porque no sé dónde me equivoqué) llego a la conclusión de que efectivamente da lo mismo. Todos dependemos del azar y de las coincidencias, y definitivamente ya está bien de ser tan responsable y dar tanta importancia a las cosas. Las cosas y la gente pasan por nuestra vida porque sí. Lo bueno queda, y lo que no merece la pena pasa por nuestro lado sin dejar huella. Realmente todo da lo mismo, no podemos controlarlo todo; y debemos aprender de ello. No sé que demonios es (o tal vez sí) pero tengo una sensación de vacío, he aprendido a bloquear mis sentimientos (cosa que hace mucho no hacía) y a no dejar que nada me importe realmente, ¿me estaré volviendo una persona fría e insensible?

Sin embargo, justo cuando me aseguro que todo me da lo mismo, llego a desmentirme. Cuando no he sido traicionada es cuando más traicionada me siento, y cuando me he creído libre me he encontrado sujeta bajo una llave sorprendentemente efectiva. Cuando creía que todo iba bien es cuando más se me está saliendo de las manos. ¿La vida me estará pasando alguna cuenta que no alcanzo a comprender? Mi mayor error es confiar o amar… Parece que escribo esto para confesarme, pero no hay nadie al otro lado del confesionario, nadie que me diga que he pecado o que no, y menos aún que me diga cuántos Ave María cuesta la redención.

En algún lugar leí que "No se puede nunca predecir de dónde viene el viento, pero siempre deberíamos dejar las ventanas abiertas”. Es cierto, la vida es puro movimiento. Supongo que en eso consiste, en un ir y venir. Moverse continuamente. Un abrir y cerrar de puertas constante. Nuevas pruebas que superar y siempre, siempre hay que seguir adelante. Hoy ha sido un día bastante denso y en los dos últimos días me han pasado cosas más bien tirando a malas, que supongo demuestran que la vida es una prueba que hay que superar, lamer las heridas, siempre mirar hacia el futuro y seguir avanzando.

Llevo unos días muy enredada, triste y preocupada. Por muchos motivos, unos más importantes que otros. Hoy, por ejemplo, por un lado no me apetecía mucho escribir y sin embargo lo necesitaba, por otro lado, quería alejarme de aquí y simplemente no lo he hecho. Así que, como la contradicción parece ser uno de mis rasgos predominantes en estos días, pues hago como que no escribo o escribo algunas líneas que en principio parece que no significan nada, pero que en estos momentos significan mucho, y en este ir y venir estoy sacando una entrada de la manga. Como decía un personaje de "La montaña mágica", de Thomas Mann: "Las contradicciones pueden conciliarse. Sólo las mediocridades y las medias verdades son imposibles de conciliar".

Estas últimas semanas han sido realmente muy significativas e importantes para mí desde el punto de vista profesional. Pero también han sucedido otras cosas que me han marcado sobremanera, y necesitaba cierta distancia para poder sobreponerme y también algún tiempo para digerirlos. A veces pienso que nada en esta vida llega por azar. Las cosas suceden porque tienen que suceder. Tal vez todo este enredo es para que me dé cuenta y sea más consciente de que todo es relativo, que casi nada es importante y que la vida debe seguir a pesar de todo. Pero sobre todo hay que disfrutarla y vivirla a tope, y al momento.

Les he dicho que algunas personas dicen que soy rara, hace tres días alguien me lo volvió a decir, yo lo desmentí afirmando que soy lo más normal del mundo, pero después pensé que tal vez tenía razón, porque conozco un montón de gente, converso, me río, incluso comparto niveles importantes de intimidad, y aún así, muchas veces me siento fuera de lugar. No sé… como si en la vida todos no fuéramos más que simples actores… Como si hubiera que andar por el mundo justificando la propia existencia, mostrando lo que suma y ocultando lo que resta ¿a riesgo de qué? Es increíble cómo en cuestión de minutos nuestra vida puede dar un giro completo. Parafraseando el mensaje de una película de Woody Allen, el azar puede determinar y hacer bascular nuestras vidas en un segundo, dependiendo si la pelota queda a un lado o al otro de la red. ¡Da miedo, pero es así!

Ayer tuve un día nefasto que hizo que me replanteara muchas cosas. Durante un par de días he visto todo negro. Evidentemente nunca todo es tan drástico, y el agua vuelve a su cauce, a veces incluso antes de que nos demos cuenta. Supongo que son rachas, por las que hay que pasar de vez en cuando, y de las que se aprende mucho. De todas formas, ahora sólo espero que llegue el próximo fin de semana para ir olvidándome gradualmente de estos días horribles.

Tenía muchas cosas que contar hoy, pero, por miles de razones, no podría escribir ni siquiera un par de frases con cierto sentido (de hecho no sé si han entendido algo de lo que he escrito). Espero poder estar más en forma mañana y reflexionar un poco sobre lo que ha pasado en los últimos días (aunque mejor no). Hoy estoy agotada y triste. Creo que los problemas y el no dormir me están afectando. Esta noche realmente no me apetece escribir. Hoy no he hecho más que trabajar, trabajar y trabajar. Y saben qué es lo peor, que hoy quería haber estado en cualquier lugar, menos aquí… Todo es una mierda. Me voy a dormir.

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Etiquetas: sentimientos, vivencias

jueves, 24 de noviembre de 2011

Tú y yo

A tu lado disfruto cada instante, pero se hace tan corto cualquier tiempo, ¿cómo es posible que se diluyan así las horas?, ¿por qué no se vuelve denso el tiempo?, para que le cueste caminar, tenga que pararse y descansar, y que me deje en paz. Me encanta amanecer junto a ti, abrazados y que surja tu sonrisa iluminando mi despertar tras una noche de pasión, de cuerpos incendiados, de nada más importa, de aquí y ahora.

¿Cómo describir el placer?, cómo te digo lo que siento cuando te acaricio, o cuando saboreo con mi boca tu sexo y siento tu cuerpo estremecer mientras escucho tus suspiros… y lo que siento cuando tus manos y tu boca recorren mi cuerpo enardeciendo mi deseo, llevándome a cotas increíbles de placer para después entrar en mi diciendo “te quiero”, ¿cómo transmito mis sensaciones?, ¿cómo?, que alguien me lo diga. La vida son esos instantes no hay más secretos, no hay momentos mejores, no es necesario conquistar cumbres muy altas, no es necesario hacer grandes hazañas. Soy feliz a tu lado, donde sea, cuando sea, el instante más breve o hasta el infinito prolongado.

Te gusta amarme a fuego lento, para quemarme como mismo se quema el cielo en el ocaso que no por arder más suave, el calor es menos intenso que el que me pueden dar tus brazos… te deleita alargar esos dulces momentos en que soy completamente tuya, en que me tienes para recorrerme palmo a palmo sin tener que contar el tiempo, con tus manos tibias y tus labios ardiendo. Me quemas lentamente en tu hoguera, poseyendo no sólo mi cuerpo y mi mente, sino también mi alma porque tú de amor me vuelves loca. Ya aplacado nuestro fuego, como brasas a la espera del viento, volveremos a amarnos en silencio.

Nada mejor que tú, nada más allá de ti, nada más luminoso que tu luz, nada más cercano que tu alma, nada más profundo que tu daga, nada deseo más que estar contigo, sentirte, tenerte, besarte, nada más, ¿para qué quiero más? Sólo vivir cada minuto contigo, cada segundo, como si fuera el último porque tras cada adiós se hace el más inmenso vacío. Quiero llenar tu boca de besos, el aire de suspiros, tu piel de caricias... Llenar mis ojos de ti hasta hacerlos rebosar, llenar mi alma de tu esencia, como si no estuviera llena ya, si cada vez que respiro dejo tu nombre escrito en el aire. Colmar las noches de magia, llenarlas de tu luz hasta que llegue el alba.

Siempre me recibes con las manos llenas de sueños, destreza, repletas de caricias... me quieres despacio porque sabes que las prisas me espantan, eres sigiloso, tranquilo, paciente, dulce, comprensivo y tienes mucho tacto. Tu sonrisa me enamora, me has hechizado sin a penas darme cuenta porque vas despacio, me regalas calma... eres cauteloso. Me tienes loca sin saberlo (yo sin pensarlo), me lo das todo a pesar de creer no tener nada que ofrecerme, me has embrujado, me envuelves, me arropas, me amas... por eso me tienes. Si te digo que te amo, es porque te amo siempre, desde que la tarde oscurece hasta que la mañana se enciende, desde que rompe el alba hasta que la luz del sol se acaba. Si te digo que te amo, no lo dudes porque me nace del alma, porque en mi pecho llevo a fuego tus besos y tus palabras grabadas, porque mi piel reclama tus manos y mis ojos tu tierna mirada.

Aquí estoy, escribiéndote mientras te pienso, que si lo hiciera cada vez que te pienso habría escrito ya mil libros enteros porque formas parte de mí, estás siempre en mi pensamiento, en mis sueños, en mis sentimientos, en mis deseos. Te llevo tan dentro, te siento tan intenso que ya de nada sirven las palabras, no hay metáforas que describan los sentimientos, que transmitan la pasión que siento por ti. Estás tan dentro de mi alma, de mi corazón, de mis pensamientos que no dejo un instante de pensarte, de desearte, de quererte. Tan dentro estás, llenándome de vida, de ilusión, de todo.

Cuando me entrego a ti lo hago intentando que emane de mi toda mi fuerza, procurando que la humedad que se desliza entre mis muslos la percibas como el fruto del éxtasis que me provoca simplemente el pensarte. Si me alimento en tus labios es porque justo eso es lo que más deseo, si reposo en tu pecho es porque no encuentro otro lugar más dulce. Cada contracción es la grandeza del deseo que inspiras en mi, cada espasmo involuntario es una hermosa manera de sentir como mujer el placer devastador que se impone cuando tu sexo y el mío se unen. Puedo ser gata si quieres y deslizarme sibilina entre tus sábanas, ser ramera y enloquecerte cuando la concupiscencia de mis caderas te asalta, gitana que se bate por quien la goza, hembra libidinosa que cede su piel según tu voluntad y la suya propia. No necesito una brújula que marque mi norte porque tú lo marcas y hacia ti navego, aunque haya olas de siete metros o que por siete siglos se calme el viento.

Cuando me miran tus ojos y quedo presa en tu mirada y puedes hacer lo que quieras conmigo… bésame, acaríciame, tócame, apodérate absolutamente de mi cuerpo que estoy entregada a tus deseos, dame un beso húmedo y susúrrame tu pasión, acéchame, hazme tu presa que hoy quiero amarte sin control. Quiero que mi piel se estremezca con tus besos de amor, quiero que en mis ojos veas mi deseo y me poseas agresivo de pasión para mostrarme indecente y ver la expresión de tu rostro que quema, me excita tu reacción, tu locura de tenerme, hazlo, no esperes más, que tu seducción cumpla mi deseo.

Tú y yo, amor, somos dos llamas de un mismo fuego, ardiendo al unísono en una danza llena de pasión y deseo. Dos corazones que queman como dos malditas brasas dentro de nuestro pecho y convierten la sangre en lava que nos inflama por dentro. Y de tanto calor arderá el aire que nos rodea, quemaremos el tiempo y quemaremos hasta el mismísimo infierno. Siempre seremos fuego porque esa es nuestra esencia, incluso cuando seamos un montón de cenizas mortecinas y frías, quedará por siempre la estela de nuestras dos llamas ardiendo.

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Etiquetas: amor, erotismo, sentimientos

martes, 22 de noviembre de 2011

Son las dos de la madrugada…

Chicos, hoy no es un buen día, acabo de llegar de casa de Cary, estoy exhausta, he tenido una tarde terrible. Ya no sé qué hacer, de veras no lo sé, las fuerzas se me agotan… Cary dice que yo puedo, que tengo que poder, pero no sé… la situación con mi madre se pone peor y a mi me faltan las fuerzas.
¡Diablos! Voy por una tasa de café, he bebido mucho, quizás demasiado pero nada puede aplacar este dolor, esta impotencia…. Saben… hoy no me derrumbe por completo porque al llegar del médico con mi madre me fui a la casa de ellos, de mi otra familia (mejor dicho de mi familia de corazón), Cary y su marido (mis amigos) hacen hasta lo imposible porque me sienta bien cuando saben que estoy muy triste y casi siempre lo logran con su derroche de alegría, buen humor y cariño. Por eso ni siquiera llegué a mi casa y me fui a la de ellos, porque no podía quedarme en mi casa, no podía… ellos son como el “reposo del guerrero”, han escuchado la frase ¿cierto?, entonces saben lo que quiero decir.
Cuando me siento perdida como hoy esa es mi tabla de salvamento, con ellos soy simplemente yo, con mis defectos y mis virtudes, con mis debilidades y fortalezas, sin necesidad de fingir… yo derrumbándome y ellos sosteniéndome, esa es la pura verdad aunque muchas veces no se los diga. Por eso fui hoy, realmente necesitaba estar allí, aunque solo fuera un rato porque me sentía muy mal de ánimo y tenía un dolor de cabeza de mil demonios. Estaba muy riste y casi dominada por la impotencia.
Ella lo sabía, él no, las mujeres tenemos ese sentido que nos dice que algo no anda bien, cuando llegué ella iba para el gimnasio a hacer sus ejercicios, le dije que se fuera que yo solo iba a esperar que mi hija viniera de la escuela, se quedó mirándome y sin preguntar nada sólo me dijo “no te vayas, espérame, estás en tu casa, tu lo sabes” y aunque no era mi intención quedarme, lo hice… su marido pasó por ahí y también me dijo “no te vayas enseguida regreso”.
Cuando ambos regresaron nos pusimos como siempre en función de la comida y de los muchachos, hasta mi hijo llamó desde su beca y yo no hice ni el intento de hablar con él, sabía que si lo hacía tendría que darle explicaciones que en ese momento no quería, no puedo preocuparlo, el necesita tranquilidad para sacar sus exámenes.
Cuando los hombres se dispusieron a jugar dominó, nosotras nos quedamos solas y fue entonces que tuve fuerzas y valor para poder contarle una mínima parte de lo que había ocurrido en la tarde… Cary sólo sonrió y me dijo “yo lo sabía, desde que hablamos por la mañana sabía que no estabas bien y cuando te vi llegar supe que todo estaba peor, pero no quise preguntarte parta evitar tu tan consabida respuesta de: ”no pasa nada”.
Me conoce demasiado, hace unos días se los dije y no les estaba mintiendo. Después de conversar durante mucho rato, me sentí mejor y más animada hasta nos reímos mucho después con las ocurrencias que tiene y los consejos que le daba a mi hija sobre los “pepillos”, los “mangos” como le dicen las muchachitas a los hombres bonitos. Continuamos conversando durante mucho rato pero no de cosas tristes, sino chismes y cosas de mujeres hasta que los hombres terminaron su juego y como mañana (mejor dicho hoy) hay que trabajar nos despedimos, ya demasiado tarde pero qué le vamos a hacer cuando nos unimos el tiempo se nos va volando y nunca nos alcanza.
Les estoy escribiendo gracias a ella porque me prestó el teclado de su máquina ya que el mío se rompió. Me voy a acostar, para dormir un ratico porque horita me tengo que levantar.
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Etiquetas: amistad, sentimientos, vivencias

lunes, 21 de noviembre de 2011

Pensando en mis gustos

Soy una mujer madura, profesional e independiente, me gusta disfrutar al máximo cada momento de mi vida. Me gusta salir a caminar, perderme en medio de la nada, la tranquilidad y a veces por qué no... hacer un poco de locuras... Amo la libertad y rodearme de gente divertida y que quiero. Me gusta amar y que me amen, a veces prefiero estar sola pero la mayoría del tiempo me gusta estar en compañía de mis amigos. Me gusta provocar, comprar, consumir, idear proyectos, improvisar… me gusta el sexo, el morbo, el hedonismo, leer, aprender más y más de todo, crear, escuchar, hablar, pensar en las cosas, escribir, repetirme en aquello que me importa y hacer cosas de provecho. Mis amigos son muy importantes en mi vida.

Una noche de copas (sin excesos) puede ser una noche loca y eso es bueno de vez en cuando. Soy una romántica empedernida, soñadora, me gusta perderme en mi mundo de sueños, soy una eterna adolescente, me gusta la gente sencilla. Adoro la música y la sinceridad. Vivo por amor porque vivir por amor es tocar el cielo, es sentir como el corazón necesita salir para gritar lo que es amar y que sus latidos apresurados anuncien que sigo estando viva. La mejor manera de alcanzar la felicidad es haciendo felices a los demás y para eso no hay mejor forma que amar.

Me gusta divertirme, esa es la pura verdad, que les puedo decir. Así soy yo, una mujer sencilla, sin complicaciones. Me gusta salir de fiesta toda la noche si es posible, vivir la vida y soñar con cosas imposibles, como a muchas otras personas. Soy algo alocada a veces, me encanta reír constantemente y a menos que esté preocupada no paro de sonreír. Cuando veo un parque me gusta montar en los columpios (aunque ya nunca lo hago) y recordar mi infancia. Soy según algunos soy rara aunque yo, simplemente, me considero diferente.

Soy una mujer que le gusta aportar a la vida, soy creativa, me agrada tener mi propio estilo, siempre intento aprender algo nuevo cada día, no me gusta sobrepasar los límites de la diversión pero me encanta romper esquemas. Siempre trato de vencer y derrotar a mi mayor rival y busco la manera de no desviarme de la senda del bien. Tan pronto hablo de algo serio como me empiezo a reír como una loca, esa risa que se vuelve contagiosa y no te deja casi ni respirar. No sé si a ustedes les pasa pero me he dado cuenta de que a medida que voy cumpliendo años mis salidas nocturnas están basadas en la comida o una reunión de amigos, y no es que tenga nada de malo me encanta hacerlo, pero añoro aquella época en la que la palabra salir significaba darte una ducha, arreglarte a prisa y corriendo para ir a divertirnos simplemente y no hacer otra cosa que reír y bailar.

Los que me conocen de verdad me definen como una persona “desconcertante”, dicen que es la palabra más adecuada, porque soy seria en el trabajo, excelente madre de familia y responsable como pocas y que quienes no me conocen no se pueden imaginar que detrás de ese aspecto tan tradicional y distante hay una mujer amante de la juerga y de la diversión. Mis amigos tienen razón, lo que dicen es cierto porque cuando alguien que solo conoce a esa mujer que dejo ver todos los días (seria y circunspecta) me ha visto en una gran pachanga me han dicho “yo nunca me hubiera imaginado que tu eres así”.

Tengo muchos conocidos, pero muy pocos amigos, tan pocos que los cuento con los dedos de las manos. En la vida me han decepcionado un millón de veces, pero también muchos me han sorprendido en ocasiones. Casi nunca llevo reloj aunque para mí el tiempo es importante. Puedo repetir en un día mil veces la palabra odio porque odio las mentiras, las sopas, las malas películas, la falsedad, la gente sin personalidad, la mediocridad, la hipocresía… ¡Ah! Pero también adoro muchas cosas: los dulces, las pizzas, los helados, la cerveza, las películas de amor y las buenas comedias cuando no quiero pensar, la buena bebida, los amigos… nunca me olvido de alguien que he querido de verdad. En múltiples ocasiones intento deshacerme de mis impulsos, pero en un sinnúmero de ellas hablo y luego pienso (eso resulta fatal muchas veces). Por cabeza dura he perdido algunas batallas pero he ganado muchísimas. En realidad no sé si está bien o mal mi forma de actuar, pero la verdad es que me va muy bien con ella. No me gusta que me halaguen demasiado y no me importa que me critiquen.

Me encantan las noches locas y hablando de ellas, recuerdo una en que el reloj había marcado ya las 12 cuando comenzó mi "movida" nocturna, había bailes al son de las canciones de los Beatles y los Bee Gees, risas y copas llenas de bebida en las manos de todos, por cierto algún que otro vaso acabó tirado por el suelo… Sí, mi madrugada fue genial… ¡Menuda nochecita la de ese día!

Al otro día cuando desperté ya era medio día, al mirar a mí alrededor me pregunté “¿como llegué aquí?”. No lo recordaba, estaba desnuda en tu cama con una horrible jaqueca impidiéndome pensar, las imágenes comenzaron a pasar por mi mente, empecé a recordar… tu y yo entre charlas y copas. Confidencias, risas... un mar de alcohol, camino a casa, descontrolados por la bebida y empujados por el deseo, fundidos en abrazos y caricias, en una noche loca de pasión… mi mente se fue aclarando y comencé a buscar mi ropa, sigilosa, cuando sentí tu dedo recorrer mi espalda, te miré y estabas sonriendo con picardía. No pude contenerme, también empecé a reír y cuando fui a acariciarte me halaste sobre tu cuerpo y comenzaste a besarme. Fue maravilloso, para que negarlo, pasó y no se puede borrar, dulces momentos que siempre recordaremos.

Nunca me falta el valor de mirarte a los ojos y sin vergüenza decirte que te deseo, que me excita hasta el simple roce de la yema de tus dedos sobre mi piel. Me gusta acariciarte con caricias que se convierten en un rito que solo yo puedo crear e innovar con el mudo lenguaje del amor, donde no existe tiempo ni espacio, donde solo se insertan nuestros deseos y anhelos... Tómame con ganas, sorpréndeme, bésame con hambre y pasión, deséame con fuerza para rápidamente satisfacer cada uno de tus deseos, desnúdame, tócame, lámeme, hazme tuya una vez más.

Adoro el amor, me encanta la noche, la playa, me encanta él, y el calor de mis amigos. En definitiva, me gusta ser como soy, así soy feliz.

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Etiquetas: erotismo, pensamientos, sentimientos

viernes, 18 de noviembre de 2011

He vuelto a creer en la amistad

Anoche, bueno para ser exactos hace un rato cuando llegue de tu casa (son las dos de la mañana), me di un baño y cuando todos se acostaron me quedé pensando en nuestra amistad. Fui a tu casa en busca de mi hija que estaba estudiando con la tuya y como ocurre muchas veces sin tener nada planeado, de la nada sale el rato compartido, alegre y agradable, lleno de cariño sincero, música y risas…

A ti amiga mía te dedico estas palabras de cariño por las muchas horas de alegrías que me has dado, también porque has estado conmigo en mis momentos más difíciles. Eres muy valiosa en mi vida porque eres la hermana que siempre deseé tener, te agradezco tus momentos de atención porque me escuchas sin pedírtelo y nunca me das la espalda. Cuando llegaste a mi vida yo no creía en nada, mucho menos en el valor de la amistad.

Al conocerte pasó algo raro, de inmediato me caíste bien tenías algo en particular, no sé explicar qué exactamente, no sé si fue tu sinceridad, tu honestidad, tu bondad, tu alegría… pero aquel día supe que tenía frente a mí a alguien especial. No lo podía creer, yo, desconfiada por naturaleza, veía en alguien que acababa de conocer a esa amiga que tanto deseaba y necesitaba para borrar la traición de otros. No me equivoqué me ayudaste a seguir, a confiar otra vez, cuando tenía un problema me decías: “yo estoy aquí para ti”. Esas palabras me conmovieron y todavía me conmueven.

Hoy puedo decir que eres la mejor amiga que he tenido, quiero agradecerte tu amistad sincera… tu forma de ser, sé que soy insoportable, nada fácil de entender. Pero lamento decirte que me tendrás que ver hasta que nuestra amistad deje de florecer (ojala no ocurra nunca), te quiero prometer que pase lo que pase yo estaré ahí, tú sabes que lo haré, siempre te apoyaré… Nosotras hemos llorado y reído juntas, hemos suspirado de alegría y de emoción en muchas ocasiones, tus palabras han sido las que han abrazado mi alma en días de soledad y desconsuelo, me has enseñado que las lágrimas de vez en cuando son buenas y que con ellas purificamos el alma y el espíritu.

Tú y yo somos la prueba más palpable de que una verdadera amistad no conlleva necesariamente años de conocerse, sino que se forma de momentos y experiencias especiales como las que nosotras hemos compartido en poco tiempo. Siempre estás ahí, a un golpe de teléfono, a un timbrazo en tu puerta o, simplemente, a una mirada si te tengo cerca. Sabes escuchar como nadie que yo haya conocido nunca. Escuchas lo que digo intentando llegar a lo más profundo de mi misma, sin interponer tus propios filtros, nunca interpretas, nunca presupones ni juzgas… en tu corazón no existe ningún tipo de condicionamiento, es por eso que nunca dices “es que tú eres...” o “sería bueno que tú...” Nunca me calificas porque escuchas desde el corazón y ése no entiende de juicios ni de prejuicios.

Sin dudar te he ayudado cuando me has necesitado queriendo siempre tu felicidad y la de los tuyos, si en algún momento te he fallado te pido perdón. Quiero que sepas que te quiero un montón, eres mi mejor amiga y nada ni nadie lo cambiará... Una gran amiga es difícil de encontrar y es buena suerte tener una como tu Cary... Te quiero por lo que eres, una amiga especial, muy especial.

Eres probablemente la persona más leal que he conocido. Sé que conoces el dolor y las decepciones pero has aprendido a resolverlo todo en el fondo de tu alma, a cerrar heridas y continuar como si nada hubiera ocurrido, aceptando las nuevas situaciones, a veces con un punto de tristeza, y manteniendo tu lealtad inquebrantable hacia quienes quieres, aunque te hayan herido.

Una amiga es alguien que escucha sin juzgar si estas o no equivocada, si eres buena o mala, no te juzga pero te aconseja, te ayuda a identificar tus pensamientos y a orientarte, te recuerda todo lo bueno que hay en ti y que quizás has olvidado. Cuando compartes tus preocupaciones con una amiga las decisiones son más fáciles y los problemas pierden importancia, porque ella te da el regalo del tiempo: tiempo para compartir, analizar nuevas ideas y reflexionar sobre las viejas. Es alguien que te quiere por lo que eres no por lo que haces. No importa cuanto tiempo pasen juntas, descubres de ti nuevas dimensiones gracias al anexo y al espejo de la amistad.

En ti a veces me maravilla como sabes leer entre líneas e interpretar silencios, si estoy muy ofuscada, molesta o dolida, con escucharme lo sabes aunque no te lo diga y simplemente te mantienes en la distancia hasta que te doy permiso para entrar. Entonces descubro que lo sabías, pero no invades mi espacio, te mantienes en la puerta, alerta, esperando una señal para cruzarla. Nunca me cuestionas lo que pienso o siento, te limitas a compartirlo conmigo hasta el punto exacto en que te dejo. Sin embargo, sé que eres capaz de llegar mucho más lejos, hasta lo más profundo (y lo he comprobado), porque eres compasiva y comprensiva, y sabes ponerte en mi piel olvidándote de la tuya propia.

Encontrarte no sé si fue casualidad, coincidencia…. lo que sí sé es que te haz convertido en mi hermana. En poco tiempo haz sabido guiarme, apoyarme y ayudarme cuando lo he necesitado, si estoy triste buscas la forma de provocarme ataques de risa para alegrar mi corazón, por eso te doy gracias porque sé que siempre estas dispuesta a extender tu mano en mi auxilio... haz estado aun cuando los vientos soplan fuertes...

Cada día descubro un poco más la gran persona que tengo a mi lado, esa amiga que tanto valoro y aprecio. Con orgullo le digo a cualquiera "esa es mi amiga”. Sé que a todos en esta vida lo que nos sobran son problemas, aunque no queramos siempre van a existir, pero quiero que sepas que invariablemente estarás en mi corazón y que pase lo que pase recordaré todos esos significativos momentos que hemos vivido juntas. Tu encarnas la grandeza y, al mismo tiempo, toda la simplicidad del amor. Sé que nunca me dirás si he sabido o no estar a tu altura. Pero si no lo hice en algún momento supiste entenderlo, y sé que no guardas en tu corazón ni un solo pensamiento de censura ni de agravio porque entiendes mi manera de sentir y de actuar, aunque a veces no estés de acuerdo.

Eres con quien planeo o improviso instantes llenos de vida, de frescura, de espontaneidad. No importa si la propuesta es tomarnos mañana un café, una cerveza o un paseo junto al mar. Y, a veces, nos olvidamos de que “tenemos que arreglar el mundo” o de “cómo hacer equilibrios para llegar a fin de mes”, y nos sentamos frente a la tele a llorar como niñas viendo una película emotiva, los Pequeños Gigantes o cualquier otra cosa que nos toque el corazón, comiendo muchas veces un simple pan con tortilla y refresco, y después tomándonos un trago.

Junto a ti es fácil caminar tranquila, sin miedos. Contigo todo surge de manera espontánea, no me esfuerzo por demostrar que soy mejor de lo que soy, puedo barrer tranquilamente los rincones más oscuros de mí misma y sacar mis miserias a la puerta, sabiendo que, lejos de recriminar mi actitud o leerme la cartilla (a menos que sea necesario), vas a continuar caminando a mi lado, pacientemente, aceptándome como soy, humanamente imperfecta. Tal vez, en exceso imperfecta.

Querida amiga, aún hay muchos trechos que cubrir y muchos por descubrir. Muchos días al despertar acudirás a mi, así como yo a ti. Pero sabes… quisiera hubiera muchas más cosas para poderte dar, para poderte enseñar y juntas, seguir aprendiendo las lecciones que la vida nos trae en su caminar.

Siempre estás con la mano tendida, con el corazón abierto, eres generosa y leal. En todo momento me has demostrado tu cariño, me enseñaste a quererte y a conocerte cada día más. Nuestra amistad trasciende las barreras y no necesitamos decir una palabra cuando algo sucede pues nuestro silencio nos delata y es nuestro corazón el que habla por nosotras. Eres increíble y especial, nunca dudes que eres MI GRAN AMIGA DEL ALMA.

Amigos, créanme, ella es así, sencillamente, la amiga de sus amigos. Gracias Cary.

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Etiquetas: amistad, sentimientos, vivencias

jueves, 17 de noviembre de 2011

No hagamos comparaciones

Ayer una compañera de trabajo comparaba sus hijos con los míos y los de una amiga, nos decía que éramos afortunadas que nuestros hijos eran una maravilla que ojala los de ella fueran así, entre otras muchas cosas. Intercambiamos opiniones durante un largo rato y luego me marché, dejándola en su controversia con mi amiga.

Pero eso me ha dado qué pensar. Cómo algunas personas (porque no es la primera que lo hace en mi presencia) se pasan la vida comparando a sus hijos con los hijos de los demás (a veces en presencia de los propios muchachos). Es cierto que como padres queremos que nuestros hijos sean cada día mejores y así debe ser. Pero pasarles a ellos la idea de que tienen que ser mejores que los demás, realmente puede ser frustrante.

Porque miren, el problema es que cuando los comparan toman ejemplos de otros niños o adultos (de la familia o no) cuando eran niños, si saca buenas notas en la escuela le preguntan por el resultado de los demás o le cuentan cómo eran ellos (si es que eran buenos porque si no lo eran se atreven a mentir descaradamente), cuando lo que deben hacer es felicitarlos por haber estudiado y haber obtenido buenos resultados. Y así ocurre con cada área de sus vidas, quieren un humano más que perfecto. Lo gracioso es que yo me pregunto si esos padres han pensado que sus hijos también tienen derecho a solicitar “su” padre perfecto.

Yo creo que en vez de compararlos tanto y exigirles esa perfección que no existe en ninguno de nosotros, todos debemos preguntarnos: ¿estoy educando bien a mis hijos? ¿Qué valores les inculco? ¿Estoy realmente preparándolo para la vida? Porque muchos de esos que comparan tanto a sus hijos son los primeros que permiten malas actitudes y hasta las premian. Les permiten acostarse muy tarde y por supuesto al otro día no se quieren levantar para la escuela, les permiten faltas de respeto, malas notas que son premiadas con regalos caros al finalizar el curso escolar, les compran los juegos y equipos digitales más modernos del mercado… dejan de estudiar y no sólo los mantienen sino que continúan dándole gustos caros, complaciendo caprichos… y así año tras año.

La otra parte del problema empieza cuando se percatan del gran error que han cometido como padres y quieren “recoger la pita” como se dice vulgarmente porque se dan cuenta que se les han ido de las manos, que están criando seres humanos que dejan mucho que decir, que creen que todo se lo merecen a cambio de nada, que no valoran ni consideran nada ni a nadie… entonces ya es tarde, de nada valen las comparaciones ni las lamentaciones, el daño está hecho y muchas veces es irreversible. En los casos que se pueden revertir esas actitudes da mucho trabajo porque es un individuo que ha crecido retorcido, sin valores de ningún tipo, que se cree merecedor de todo y que todo el mundo está contra él, son un verdadero dolor de cabeza.

En la crianza al igual que en la vida todo requiere un equilibrio. Nosotros como padres no podemos sacrificar el tiempo (tan importante para su formación) de permanecer junto a nuestros hijos, de compartir con ellos, conversar, divertirnos juntos, jugar, ayudarlos en sus deberes; por trabajar más, es cierto que necesitamos trabajar mucho para poder darles una vida mejor y más holgada pero no podemos cambiar SU tiempo por dinero, por mucho que este sea necesario. Lo más importante en la crianza de los hijos es lo emocional, el cariño y amor que sepamos darle, los valores que les inculquemos para que se conviertan en hombres de bien, para que sean mejores seres humanos que nosotros. Las cosas materiales nunca pueden estar por encima del amor y la responsabilidad, eso tenemos que entenderlo primero nosotros y hacérselos entender a ellos después, además la única manera de que valoren lo que tienen y sean felices con ello es enseñándoles el sacrificio que cuesta poder dárselos. Creo que la famosa frase que muchos usan “¡Yo no quiero que mis hijos pasen, los trabajos y carencias que yo pasé!“, no da el resultado que debe y lleva a muchos por mal camino en la crianza de sus hijos, es decir manda al diablo su educación.

No podemos olvidar que los niños a los dos años piden una cosa y a los catorce otra, por eso hay que enseñarlos desde pequeños y no podemos ser permisivos en exceso, ni basar la felicidad de nuestros hijos en las cosas materiales que les damos y mucho menos enseñarlos a compararse con lo que otros tienen o pueden hacer, porque el resultado será adultos que no tienen los pies en la tierra y serán infelices siempre.

Además si los comparamos y los enseñamos a compararse todo el tiempo con otros niños, no les quepa duda que también en todas las etapas de su vida nos compararan con otros adultos (por supuesto con los que ellos creen que son mejores por ser más permisivos y tolerantes o con los que tienen más posibilidades económicas y por tanto dan más) por lo que siempre saldremos perdiendo en la comparación porque como dijo alguien, es más difícil ser el padre perfecto que aceptar al hijo que no será perfecto.

Los que cometen estos errores con sus hijos, paren con ello y comiencen a educarlos con principios y responsabilidades, con valores, no olviden que para que triunfe el mal solo necesita que se lo permitamos. La diferencia la hace el que enseña y educa, así que no es a ellos a quienes tenemos que criticar o exigirles, es a nosotros mismos porque en realidad, lo más importante es lo que nos ven hacer y no lo que le decimos. Por eso antes de querer que actúen en determinada forma mejor fijémonos bien qué es lo que hacemos nosotros porque hablar no sirve de mucho si no se acompaña con el hacer, nosotros somos el ejemplo, y si hacemos las cosas mal no podemos esperar que ellos las hagan correctamente, eso es una actitud hipócrita “haz lo que yo digo y no lo que yo hago”. Eso es como el que va a la iglesia los domingos a dejarle sus pecados al Señor, para regresar la próxima semana a confesar nuevamente sus pecados (porque los sigue cometiendo)... eso no funciona. Si quieres transmitir buenas costumbres y moral, con sólo una vez que lo confieses será suficiente... a partir de ese día actuarás correctamente y no tendrás que arrepentirte de nada.

Es importante que nuestros hijos entiendan que asistir a la escuela, es un compromiso con la vida y que de la responsabilidad con que lo cumplan dependerá su calidad de vida futura, hay que enseñarles a cooperar con las tareas del hogar, a comportarse donde quiera que estén, aconsejarlos, hablar mucho con ellos, regañarlos cuando es necesario pero sin ofenderlos y no los reprenderlos en público porque si lo hacemos, nunca lo olvidarán, nunca nos lo perdonarán. Cuando tu hijo hace algo procura analizar y entender primero lo que tú haces porque no podemos enseñarles a nuestros hijos lo que no sabemos o no practicamos.

En fin, amigos, no critiquemos todo el tiempo a los jóvenes ni comparemos a nuestros hijos, seamos capaces de dar un buen ejemplo y creo que todo funcionará mucho mejor..

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Etiquetas: hijos, pensamientos

lunes, 14 de noviembre de 2011

El amor y la mujer madura

En esta etapa de la vida nosotras establecemos o reafirmamos una relación con madurez y conciencia, es el mejor momento para disfrutar de la pareja. Según los especialistas entre los 35 y los 45 años de edad es cuando la mujer alcanza la plenitud de su sexualidad, durante esta etapa se acentúan los deseos en ella y es más ardiente el afán de satisfacerlos. Este sentir es el resultado en gran medida de la madurez emocional en general, y esto motiva la liberación de inhibiciones que hasta entonces mantuvieron reprimidos sus impulsos sexuales.

Tienen toda la razón… Bueno, por algo son expertos, las mujeres que tenemos esas edades sabemos que es así porque lo hemos experimentado en carne propia. A esto le podemos agregar que a esta edad nuestros hijos ya no nos necesitan todo el tiempo, porque se valen por sí solos, en la mayoría de los casos son ya adolescentes o jóvenes y esto nos ofrece una mayor libertad y más tiempo para nosotras y para disfrutar del amor. Lo importante en esta etapa (sobre todo después de los 40) es que aceptemos como algo natural el aumento de nuestro apetito sexual, porque muchos y muchas tienen la falsa creencia de que a estas edades ya debíamos de estar “retiradas”, ¡qué ilusos! Si es cuando empieza lo mejor, ¿verdad, chicas?

A esta edad sabemos con exactitud lo que queremos, hemos vivido amores, alegrías, decepciones y la experiencia nos vuelve exigentes... nos gusta sabernos amadas, ser bien conquistadas aunque sea por un amor del momento... no queremos ni permitimos un amor que nos aprese porque ya somos mujeres que sabemos tomar decisiones, hemos aprendido a conquistar nuestro espacio y queremos que nos lo respeten… a esta edad nos damos el privilegio de escoger porque hemos aprendido a vivir, en fin queremos y exigimos ser tratadas como MUJER porque nos hemos ganado ese derecho y sabemos hacerlo valer.

Para nosotras el amor y el placer cobran otra magnitud, tiene que ser controlado... en preliminares, bien demorado... durante, que sea delirante... el después, que dure bastante, nada de voltearse al terminar porque es frustrante. Todo tiene que ser con mucho amor, el que nos quiera conquistar (o si es nuestra pareja) sin duda tiene que saber amar, no puede tener prisas ni ser un “creído” porque a cualquiera de nosotras a esta edad nos sobra experiencia, malicia e imaginación para poner a un hombre de cabeza.

Por generalidad (toda regla tiene excepciones) somos muy sinceras, nos conocemos lo suficiente para saber dónde, cuándo, cómo y con quién queremos realizar algo sin importarnos el qué dirán. A esta edad la mayoría somos mujeres con mucha dignidad, no nos involucramos en escándalos, si descubrimos que nos son infieles normalmente conservamos la compostura con firmeza y decisión a pesar de lo que nos pueda doler, pero eso sí no vacilamos ni un instante para poner en su sitio al que nos traicionó. No tenemos temor ni celos en reconocer los atributos de otra mujer porque sabemos por experiencia que para cada quién existe su cada cual.

Tampoco necesitamos ni exigimos a nuestra pareja un calendario de actividades para saber dónde está y qué está haciendo, ni lo revisamos cuando llega, ni le hacemos grandes interrogatorios, ni le ponemos un espía para que nos diga todos sus movimientos, simplemente porque nos sentimos dueña y señora de la situación (si somos mujeres con alta autoestima), esta seguridad está dada por la experiencia, pero además si dejamos de sentirnos tranquilas y amadas en la relación lo más seguro es que le pongamos fin. Hemos aprendido con los años que no somos propiedad de nadie pero tampoco propietarias de nadie.

No enmascaramos los sentimientos, decimos la verdad de una manera clara y serena pero tratando de no lastimar a la otra persona, casi siempre nos basta una mirada para develar el alma de quién está a nuestro lado porque hemos aprendido a interpretar la vida, simplemente amamos y nos dejamos amar sin importar la edad y el qué dirán.

Las señoras de las cuatro décadas en un alto por ciento estamos incorporadas en el ámbito laboral lo que nos hace independientes y nos da seguridad. Las mujeres hemos sido capaces de demostrar nuestra valía en todos los terrenos. Esto hace que nos atrevamos a ir al encuentro de cosas que antes no eran bien vistas, por ejemplo, lanzarnos a la conquista de un hombre (sin caerle atrás ni rendirle), y en algunos casos atrevernos a seducir o dejarnos seducir por un hombre joven. No hay dudas de que esta actitud es un increíble golpe de timón a las reglas del poder que regían en los anales heterosexuales femeninos.

Y aquí estoy en un tema peliagudo, mujer madura-hombre joven… Mmm… Hasta hace decenios, este paradigma era poco menos que un sombrío atentado a la moral y cuando ocurría se ocultaba como un terrible secreto. La sociedad poco a poco ha ido aceptando estas parejas, pero todavía hoy son muy criticadas, las más valientes continúan sin importarle nada, otras rompen y se alejan (yo tuve una amiga en esa situación) aunque la decisión les traiga mucho sufrimiento porque en verdad se aman. ¡Cuánta hipocresía social! ¿Acaso esos que tanto los critican no tendrán un oculto sentimiento de envidia? Quién sabe.

Hay hombres jóvenes que prefieren y se sienten muy a gusto en una relación con una mujer madura, puede ser una relación breve o larga pero los hace sentir plenos mientras dura, porque ella baja a su edad al mismo tiempo que lo hace subir a él a la par de ella, no sólo le entrega amor sino que es capaz de brindarle toda su experiencia, su confianza, le enseña a ver la vida y a disfrutarla de otra manera, lo ayuda en sus proyectos personales y con sus conflictos internos… Los amores, atracciones y apetitos repletos de fragancias, van abriendo el camino que ambos van forjado, sin barreras ni escudos, porque el amor (como ya es sabido) no tiene edad ni entiende de prejuicios. Y lo que algunas veces empiezan siendo encuentros fortuitos llega a convertirse en una sólida relación.

Pero bueno, afortunadamente esa fascinación de muchos hombres jóvenes en tener relaciones con una mujer madura y la libertad, fuerza y determinación que tienen estas mujeres hacen posible este tipo de relaciones a pesar de las malsanas críticas de algunos. Cada vez son menos los impedimentos sociales para formar pareja con alguien 10, 15, 20 años mayor. El amor no tiene carné de identidad y mucha gente ha decidido ‘salir del armario’. ¡Bravo por ellos!

En muchas de estas parejas no solo hay atracción, deseo… en ocasiones hay amor verdadero. Un hombre joven que decide estar con una mujer madura busca en ella una mayor calidez, tolerancia y la estabilidad que no encuentra en las mujeres jóvenes. Ellas a su vez buscan volver a sentirse amadas, vivir intensamente, y existen casos que encuentran en ese hombre más joven lo que nunca han tenido o han perdido: cariño, respeto, consideración… y si esto viene unido a un buen sexo, el cielo. Muchas mujeres han sentenciado: “Si hay amor, yo no miro el carnet".

Encontrar la felicidad en el amor no depende de la fecha de nacimiento, especialmente cuando hablamos de personas adultas y maduras que tienen muy claro lo que desean y esperan de una relación. De todo hay en el jardín del amor, por eso es necesario apostar por él más allá de los convencionalismos sociales.

Lo importante es ser feliz, no importa la edad que se tenga, ni el tiempo que la relación pueda durar. Lamentablemente las mujeres enamoradas de hombres marcadamente más jóvenes que ellas todavía luchan contra miradas furtivas y comentarios burlescos pero yo felicito a todas esas parejas que se enfrentan con valentía al qué dirán y no se dejan vencer.

¡¿De qué hablan quienes critican estas relaciones?! Cuando sabemos que existen muchas parejas de edades afines que son muy infelices porque entre ellos no hay amor, ni respeto y mucho menos pasión. Basta con mirar los índices actuales de divorcios. Cualquier relación sin amor está condenada al fracaso y a la infelicidad sin importar las edades de la pareja.

¡Amor a cualquier edad, eso es lo importante! Sólo el amor nos hace verdaderamente felices. Por eso amigas como dice Arjona, no le quiten años a su vida pónganle vida a sus años.

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Etiquetas: amor, mujer, sentimientos

viernes, 11 de noviembre de 2011

Quererte… amarte… tenerte…

Apareciste en mi vida en el momento justo y a la hora indicada. Cuando más se me tambaleaba el piso, llegaste para tomarme de la mano y sostenerme. Tu sonrisa logra cambiar mis penas por alegrías, cuando te miro siento que me recorre ese calor, esa energía que se plasma en las paredes del corazón con firmeza.

Cambiaste la monotonía de mi vida… volví a creer en el amor. Te amo más de lo que puedo expresar, por el inmenso amor que me has dado y hecho sentir, por tu paciencia y comprensión, por el calor de tus brazos que me recuerdan donde esta mi refugio, mi hogar y mi pasión... cuando pienso en lo que significas para mí imagino lo que me faltaría si no estuviéramos juntos.

Hoy me doy cuenta de la cantidad de amor que todavía tengo para dar. No sé como sería mi vida sin la ternura de tu voz cuando susurras mi nombre, sin esa pasión que enciende mi corazón con cada caricia, sin las risas que compartimos, sin los secretos que guardamos y sin los sueños que atesoramos en nuestros corazones.

Quererte… amarte… tenerte… tres sentimientos aparentemente diferentes son la complementación de un todo para mí, así lo siento. Te quiero por todo lo que en verdad eres y lo que me entregas, estar contigo me da la satisfacción de pasar momentos llenos de ternura, amor y pasión tan indescriptibles que me llenan de felicidad… Amarte es lo mejor, cada parte de mi te anhela y tenerte complementa la dicha incalculable de mi felicidad.

Tú eres mi amor, mi pensamiento, la razón para sentirme viva. Hoy amo hasta la soledad porque cuando tú estás a mi lado quisiera que todo desapareciera y sólo quedáramos tú y yo. Te amo sin importarme las cosas que digan porque con solo mirarnos a los ojos, nos entregamos la vida entera...

Me has enamorado sin darme cuenta; he disfrutado cada momento que he pasado a tu lado, hasta cuando discutes (que por suerte es muy poco) porque aún en esos instantes siento tu amor. Tu piel me hace desvanecer, el calor de tu cuerpo me brinda paz, mi corazón se enternece hasta las lágrimas y mis labios duelen de tanto besar cuando estoy contigo.

Hoy quiero gritar a los cuatro vientos cuanto te quiero. ¡Cuánto te amo! Si lo sabe Dios, pues que lo sepa el mundo. Cuando los sentimientos vienen de lo más profundo del corazón no hay que esconderlos. Tú conoces el fondo de mi alma... mis virtudes y defectos... hasta mis sueños. Hay tanta sabiduría en tus palabras y dulzura en tu sonrisa. Me has ayudado a conocer mis miedos y hacer realidad muchos de mis sueños. Si preguntan qué significas en mi vida, te compararía con el mar porque eres como la marea, llegas a mi playa y arrasas con todo.

Corro entre valles de oscuridades y cuando sonríes resplandecen todos los rincones inhabitables... tu mirada me eleva al cielo como en un túnel de estruendos y rayos… los minutos se vuelven interminables en las horas más tiernas de nuestras humedades. Soy tu mujer porque así lo quiero, porque lo deseo, porque contigo me siento viva...

Tal vez sea yo la que al final salga lastimada como suele ocurrir en muchas historias de amor, como muchos suelen pensar, pero acaso no me han lastimado antes otros que se hacen pasar por buenos... Eres mi dolor, mi pasión, mi vicio, adicción. Que nadie juzgue lo que siento, lo que vivo, lo que digo o lo que escribo.

El amor sana, embellece, hace sonreír, ayuda a crecer, nos convierte en poetas, cantantes, filósofas, locas, amantes y aventureras… ¿Qué no hace el amor? El amor hace de todo y por todas ya que es la más grande manifestación de lo divino, es la materialización del más bello de los milagros que todas llevamos dentro.

Cada vez que escucho tu voz, tus susurros me calman... si me tocas, el mundo se para... cuando mi mirada se cruza con la tuya, mi corazón se vuelve fuego... Cada vez que soy tuya, te hago parte de mí... Cada vez que suspiro, vivo para que me sientas... Doy gracias a Dios por el milagro de ti, por el amor que compartimos que ha cambiado mi vida, por hacernos el uno para el otro, eres el mejor regalo que me dio la vida… es muy difícil mantener el equilibrio cuando se vive dentro de una pasión...

Me pierdo en ti, en tu vida, en tu alma, en tu cuerpo... nazco y muero en ti, me abandono a tus deseos y me quemo en tu fuego... Descubre cada rincón de mi piel y absórbeme con tu pasión... eres la expresión pura del deseo carnal... Un susurro al oído, un beso en el cuello, mi piel se eriza, un dedo dibuja mis labios... mi lengua lo saborea... Mis manos expertas en tu cuerpo... cierras los ojos y suspiras... solo, siénteme... Te regalo mis besos y mi ternura, mi mundo y mi locura, mi cuerpo y mi pasión...

Este amor ha sido hecho a mano así como los buenos artesanos con mucho pulso, mucho cuidado y dedicación. Cuerpos y sombras combinadas, sábanas arrugadas y gemidos en una oleada tormenta apasionada, pienso en ti y te siento, me recorre el deseo y al sentirte... me pierdo. Muere de placer en mi confesionario... y déjame a mí morir entre tus brazos, porque cada vez que entras en mí siento una lluvia ardiente en mis océanos de placer.

Eres quien me envenena el alma con su pasión y deseo... quiero recorrer tu piel poseída por el fuego y apagar tus gemido con mi lengua... no hay centímetro de mi cuerpo que ya no poseas... hasta mis deseos te pertenecen... Vivo en tus labios, en tus manos, en tu cuerpo...Soy tuya... lo sabes y así lo siento... Quiero seducirte y dejarme seducir, amarte y dejarme amar... Justo ahora... en este mismo instante...

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Etiquetas: amor, erotismo, sentimientos

martes, 8 de noviembre de 2011

Deja ver si me destrabo…

Llevo veinte minutos sentada aquí y no tengo la certeza de lo que quiero escribir, podría ponerme anecdótica (tal vez lo haga), no sé qué me pasa hoy. Sin embargo necesito escribir, no para cumplir con una tarea sino para mi satisfacción personal, para no volverme una tecnócrata, para no olvidarme que 2+2 es cualquier cosa, tal vez las palabras necesiten demasiado espacio mental para jugar a encontrarse, quizás todo esto sea como aquello de despertarse junto a alguien que se amó durante años y seguir pensando que es una persona increíble y única, pero que ya no se sabe cómo amarlo.

Nunca me he cuestionado por qué escribo, solo sé que me gusta y lo necesito, me da paz. Hoy sólo puedo decir que imaginar la vida no es mejor que vivirla, que los costos están en todas partes aún allí donde no hay nada. A veces lo que uno quiere no está entre las alternativas, tener una historia para contar nunca es malo, aunque sea una historia triste.

Hoy hay algo para decir que no alcanzo a atrapar. Y hoy es uno de esos días... en el cual toda la energía que tengo, todo el positivismo que estoy sembrando día a día en mi y en los demás se esconde por un ratico para dejarme saber que no todos los días son perfectos y que por más que uno quiera estar “always happy”, el Sr. Down hace su odiosa visita algunas veces.

He tenido una vida llena de bendiciones y también con muchas adversidades que me han servido para hacerme cada día más fuerte. ¿Se dan cuenta de que la vida es como el mar? Hay días que son azules y tranquilos, con las aguas acogedoras, deliciosas. Otros días son nublados, con grandes tempestades, aunque cuando parece que el océano te va a devorar nace un nuevo día lleno de sol y calor. Así mismo es la vida.

Creo que muchas veces he pensado cosas que termino no haciendo, como si pensarlas fuera suficiente. De vez en cuando me gustaría que mi vida fuera una serie de televisión o una película, para poder tener elaborados diálogos donde se explican las crisis existenciales, los sentimientos y las acciones, de manera clara aunque a veces cursi. Frecuentemente me canso del balbuceo errático, las cosas que no se pueden decir, los implícitos imposibles de contrastar y los secretos forzosos. Vuelvo a encontrarme con gente que de verdad no soporto, gente cuyos modos odio, cuya forma de actuar me parece insultante, igual que sus criterios y sin embargo insisto en preguntar qué has hecho, como si la respuesta tuviera alguna posibilidad de no exasperarme. Es increíble que a veces actuemos como autómatas.

Ha tenido un mes intenso, lleno de emociones y de sentimientos encontrados. Sin apenas tiempo para otra cosa que no haya sido un ir y venir constante de acá para allá, intentando recolocar cosas en el corazón de otras personas, aliviar pesos ajenos e intentar pacificar y calmar el camino hacia adelante de personas amadas, cuyas mochilas pesan demasiado. Cuando conseguí detenerme, por fin, tan solo me quedaron ganas de sentarme en mi rincón, de crear un espacio de calma y de sosiego para mi misma. Levantar enormes murallas que nadie pudiera atravesar y donde el silencio fuera mi único compañero. Pero entonces me encontré conmigo misma, con mi propia mochila cargada hasta los topes y mis propios ruidos que me impiden disfrutar del silencio.

Ayer le decía a una amiga que tengo tantas lágrimas acumuladas que me duelen los ojos de tanta presión. Me duelen de verdad. Me conformo, que no es poco, con ser capaz de aprender a llevar esa mochila aligerándola a cada paso, desprendiéndome de aquello que no necesito, aceptando que el mundo Es, que las personas Son, y que no está en mi mano cambiar nada que no desee ser cambiado, ni tengo ningún derecho a intentar hacer un mundo a mi propia medida. Aceptar las cosas como son y querer a la gente como es, aceptando incluso que no me quieran como soy, ese es el primer paso que tengo que dar para soltar lastres de dolor y de frustración que, definitivamente, no hacen más que generarme más dolor y sentimientos de decepción y de impotencia.

Hay mucha vida en todas partes, el problema es aprender a vivirla. Creo que tengo que dejar a cada quien vivir la suya aunque yo no este de acuerdo con sus decisiones, tengo que dejarlos ir a todos, pero también quiero tanto tener brazos infinitos para abrazarlos… ¿Dónde está el amor? ¿En tomar la mano o en soltarla? ¿El amor es gratuito e insolente o hecho a pedido? Si el amor se vuelve pesado ¿Cómo puedo saber cuánto peso soy capaz de acarrear en la espalda? Sé que no puedo salvar a nadie, aunque lo desee con toda mi alma, no soy Dios y no puedo dejar que mi impotencia me haga sentir culpable. Tal vez el amor sea el peso que nos vuelve humanos (aunque a veces sea infructuoso), quizás sin amor seríamos ingrávidos y seres parecidos a los ángeles, tal vez requiramos del amor para dotarnos de un peso ontológico...

Tengo tantos deseos guardados… de tanto repetirme que no voy a obtenerlos, he llegado a creer que ya no los quiero. ¡No es cierto! sólo he dejado de tratar de conseguirlos, supongo que es lo más parecido a una renuncia. Lo que creo muchas veces se pelea con lo que quiero, pelea que siempre termina en tablas, donde nadie gana y todos perdemos. Es una forma de dejar el asunto para cuando haya alguna forma de llegar a una conclusión. Respirar profundo funciona, escribir también…

Ir tras de algo que está vetado es tan estúpido como no ir tras algo que se desea. Arrepentirse es tan estúpido como darse de cabezazos contra un vidrio una y otra vez. Resolver hacer cambios radicales también tiene un límite, algunas cosas son completamente diferentes y otras son exactamente iguales, la cualidad que las distingue es confusa y dudosa. Por ahora no me desgastaré intentaré resolver algo que en un final no sé cómo resolver, simplemente me reiré de mi misma, seré auto condescendiente y autocompasiva con el dejo de desprecio que tiene eso porque es como creer que no vale la pena planchar la ropa que se arruga.

Este post es largo y parece difuso, pero yo creo que todo tiene que ver. Hace meses que hablo de crisis, penas, amores, cambios, formas de ser, etc. Debo reconocer que este es un momento muy difícil de mi vida, pero me parece que es normal, todos pasamos por cosas similares, no me pasa nada del otro mundo. Este Blog es un intento por registrar las nimiedades cotidianas y las cosas que ocurren principalmente en mi mente y en mi corazón, por escribir algo digno de ser leído, por evitar que se me licue el cerebro y se me salga por las orejas de ver tanta TV. Me he dado cuenta, por ejemplo, que mis escasísimos secretos no son aquellas cosas que no quisiera ventilar, sino aquellas que desearía que no hubieran ocurrido, que van en contra de lo que quiero y pretendo ser.

Hay algo que quiero pero no sé si tengo que seguirlo queriendo o abandonarlo. No sé si es mejor que mi vida cambie o que no lo haga. No sé si el no saber me salva de algo o más bien me condena. La gente me critica porque pienso demasiado y quizás tengan razón, pero es un vicio. Sé que intentar adivinar el fin de la historia es inútil, porque mis manías no dan para tanto y porque dicha información no sirve para nada. Leer el final de un libro no tiene nada que ver con leer el libro. Conocer un camino no es lo mismo que transitarlo.

En alguna parte alguien dijo: "Cuando creía conocer todas las respuestas, cambiaron todas las preguntas". Por suerte los amigos (tan escasos los verdaderos) han sido mi cable a tierra, de no ser por ellos, seria solamente una psicópata más, con un blog y que le gusta escribir.

Pienso que todos los sinsabores que percibimos en la vida tienen como finalidad recordarnos que aún nos queda el sentido del gusto para diferenciar lo bueno de lo malo. La vida es un lujo, lujo para amar, para respirar, para soñar y para ser feliz. Por eso hay que gastar la vida como si fuéramos millonarios y continuar simpatizando con ella aún cuando en determinados momentos no brille nuestro sol. Por eso me doy el gusto de perfumar mi boca con palabras llenas del aroma de mi interior porque estar vivo es uno de los regalos más hermosos que podemos mantener tanto en el espíritu como en el alma y tenemos que manifestar viveza en todo lo que hacemos, reír como si fuera la última vez, soñar como los niños y hacer de nosotros un ser humano que vive y deja vivir.

Creo que no me destrabé y terminé escribiendo algo un poco desatinado, incoherente tal vez. Hoy no es de mis mejores días, así que perdonen a esta aficionada si les hice perder el tiempo. Los quiero.

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Etiquetas: pensamientos, sentimientos

domingo, 6 de noviembre de 2011

Amistad sin fronteras

Internet nos permite crear y visitar páginas donde no hay rostros solo la intangible presencia y sentimientos plasmados. Cuando nos adentramos en el mundo cibernético, un mundo tan alejado de la gente real que está a nuestro alrededor, buscamos expresar nuestro sentir y conocemos infinidad de personas, muchas afines a nosotros que se van convirtiendo en amigos, sin importar que a veces estamos separados por miles de kilómetros nos mantenemos en contacto por Chat o a través de los blogs.

De esa forma conocemos un mundo pleno, el de la amistad virtual que posee el habla de los sueños, el saber de las vivencias, el consejo y el amor de los recuerdos. En este sitio cuando escribo muchas veces lo hago pensando en ellos, en sus problemas, en sus sentimientos… otras veces es una conversación conmigo misma sacando mis alegrías, tristezas, preocupaciones o simplemente reflexionando… Algunos expresan sus opiniones y son muy sinceros, hasta son capaces de confrontarnos con el niño que todos llevamos dentro; otros prefieren callar solo entran para observar que se dice. Pero todos de una manera u otra llegan a este lugar asiduamente.

Los amigos de Internet son seres que no se ven, pero que brindan compañía, prestan atención, dan amor, hablan desde su corazón... Son personas amigas que tapan los agujeros de la soledad o el desamor a través de un monitor, comparten nuestras alegrías, nos ayudan y reconfortan a distancia, se brindan sinceros sin esperar nada a cambio y lo hacen con amor. No les importan ni razas, ni naciones, ni creencias, ni donde vives, ni donde naciste, ni lo que tienes, ni lo que haces, ni influencias, ni reverencias, no les importa razón, ni condición, ni aspecto, ni edad, ni belleza, ni fealdad... lo que les interesa es el cariño y la amistad.

No conocemos sus rostros, ni sus voces, ni su color de piel, solo sus pensamientos y la esencia misma del ser humano. Ellos son el susurro de nuestros propios pensamientos, son aquellos que en la distancia cobijan nuestros ojos con frases que nos hacen sentir personas y que la soledad, quedó para quienes son menos afortunados.

Los llamo amigos porque lo son, secan mis lágrimas a pesar de no verme y siento sus manos sin siquiera tocarlas… los amigos cibernéticos son amigos reales a través de una pantalla, son vidas lejanas que aprendemos a conocer, a admirar y hasta querer a través de un monitor, son seres que nos ayudan a construir sueños a través de una maquina.

A pesar de no estar cerca los sentimos muy presentes, nos vinculamos con ellos de tal forma que somos capaces de decirles lo que habitualmente callamos y muchas veces con ellos desnudamos el alma. Nos prestan atención, nos comprenden y de vez en cuando nos arrancan una risa y muchas sonrisas. Aunque los océanos y los continentes nos separan, a nacido un vínculo de amistad entre nosotros que nadie puede separar porque somos de distintas naciones y razas pero no de distintos sentimientos. Ellos le dan fuerza a mi valor, alegría a mi tristeza y me acompañan en mis penas. Cuando leo lo que escriben mi rostro esboza una sonrisa porque me confirman que siguen ahí, por eso los llevo en mi corazón y estoy segura de que yo también estoy en el de ellos.

Muchas personas dicen que no es posible llevar adelante una relación de amistad cibernética, yo creo que sí por todo lo que antes les he dicho, aunque es cierto que a veces quisiéramos que ese amigo cruce la pantalla para secarnos las lágrimas. Pero, saben una cosa… lo que no creo posible es mantener relaciones amorosas a través de una pantalla, por Internet, muchos lo hacen y además afirman que son amores verdaderos. Para mí son ilusos y que me perdonen si alguno me está leyendo en este momento, no es que diga que es imposible enamorarse de alguien por sus palabras, por el cariño que transmite, pero eso sólo pudiera funcionar en un comienzo, antes de que pase mucho tiempo esas personas virtuales tienen que materializarse porque las relaciones de pareja tienen otras necesidades que son justamente las cosas que las distinguen del resto de las relaciones, no hay mejor cosa que oler el aroma de la otra persona, mirarse en sus ojos, ver y tocar su boca, sentir su respiración, su sonrisa, el calor de su piel, sus suaves caricias… eso es hermoso, incomparable y no puede vivirse a través de un monitor.

Todas esas sensaciones vitales son las que diferencian las relaciones humanas de las relaciones cibernéticas. Por eso pienso que como comienzo puede ser, pero si en poco tiempo no llega a ser una relación en persona no sirve de nada. En este sentido, en cuestiones de amor más vale aventurarse en el mundo real y tratar de conquistar o dejarse conquistar por la persona que te atrae, quizás ahí está justamente la felicidad.

En una amistad sincera, de corazón a través Internet sí creo, porque conozco innumerables casos de buenísimos amigos en la distancia. Yo particularmente con los que he conocido en este sitio me doy por dichosa, ellos con sus palabras me abrieron un mundo nuevo de sensaciones, con su dulzura me enseñaron la diversidad de sabores que hay en una linda amistad… cuando pasan los días y no veo algún comentario de ellos me pregunto ¿Qué le pasó?..¿Dónde está?... un mar de preguntas me invaden y sólo espero una respuesta… “Estoy bien, sigo aquí”.

No sólo somos un monitor, un teclado y un Mouse, no, esos son sólo los instrumentos que utilizamos para comunicarnos y saber unos de otros, y aún en la distancia estar pendientes de todo lo que nos ocurre. Hemos llorado y reído juntos, además son los únicos que entran hasta el más íntimo lugar de mi habitación. Este sitio nos ayuda a compartir los sueños y nos enseña a ver hacia un mismo lugar donde lo más importante son el amor, los sentimientos y el ser humano… aunque estamos al otro lado de una pantalla nos aprendemos a querer en poco tiempo, y compartir tantas cosas es lo que nos convierte en amigos sin fronteras.

A todos ustedes, amigos, les doy las GRACIAS, por soportarme, por estar en mi ventana y alegrarme un día más, por sus comentarios, por su cariño. Los quiero.

Publicado por Rosabel en 4:35 2 comentarios
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Etiquetas: amistad, sentimientos
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Rosabel
Valoro mucho la amistad y la sinceridad. Soy una mujer comprometida con mi género, trato de ser cada día mejor ser humano, valoro mucho la familia, vivo enamorada del amor y de la vida, soy amante de la lectura y la música. Pienso que las palabras son algo mágico y poderoso. Con ellas se puede llegar al corazón de las personas sin tener que ser una gran escritora, simplemente usándolas para trasmitir lo que sentimos. Me gusta saber como piensan mis amigos y poder compartir mis pensamientos con ellos. No soporto la hipocresía, soy fiel a mis amistades... aunque me da trabajo confiar en la gente.
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