Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

martes, 8 de noviembre de 2011

Deja ver si me destrabo…

Llevo veinte minutos sentada aquí y no tengo la certeza de lo que quiero escribir, podría ponerme anecdótica (tal vez lo haga), no sé qué me pasa hoy. Sin embargo necesito escribir, no para cumplir con una tarea sino para mi satisfacción personal, para no volverme una tecnócrata, para no olvidarme que 2+2 es cualquier cosa, tal vez las palabras necesiten demasiado espacio mental para jugar a encontrarse, quizás todo esto sea como aquello de despertarse junto a alguien que se amó durante años y seguir pensando que es una persona increíble y única, pero que ya no se sabe cómo amarlo.

Nunca me he cuestionado por qué escribo, solo sé que me gusta y lo necesito, me da paz. Hoy sólo puedo decir que imaginar la vida no es mejor que vivirla, que los costos están en todas partes aún allí donde no hay nada. A veces lo que uno quiere no está entre las alternativas, tener una historia para contar nunca es malo, aunque sea una historia triste.

Hoy hay algo para decir que no alcanzo a atrapar. Y hoy es uno de esos días... en el cual toda la energía que tengo, todo el positivismo que estoy sembrando día a día en mi y en los demás se esconde por un ratico para dejarme saber que no todos los días son perfectos y que por más que uno quiera estar “always happy”, el Sr. Down hace su odiosa visita algunas veces.

He tenido una vida llena de bendiciones y también con muchas adversidades que me han servido para hacerme cada día más fuerte. ¿Se dan cuenta de que la vida es como el mar? Hay días que son azules y tranquilos, con las aguas acogedoras, deliciosas. Otros días son nublados, con grandes tempestades, aunque cuando parece que el océano te va a devorar nace un nuevo día lleno de sol y calor. Así mismo es la vida.

Creo que muchas veces he pensado cosas que termino no haciendo, como si pensarlas fuera suficiente. De vez en cuando me gustaría que mi vida fuera una serie de televisión o una película, para poder tener elaborados diálogos donde se explican las crisis existenciales, los sentimientos y las acciones, de manera clara aunque a veces cursi. Frecuentemente me canso del balbuceo errático, las cosas que no se pueden decir, los implícitos imposibles de contrastar y los secretos forzosos. Vuelvo a encontrarme con gente que de verdad no soporto, gente cuyos modos odio, cuya forma de actuar me parece insultante, igual que sus criterios y sin embargo insisto en preguntar qué has hecho, como si la respuesta tuviera alguna posibilidad de no exasperarme. Es increíble que a veces actuemos como autómatas.

Ha tenido un mes intenso, lleno de emociones y de sentimientos encontrados. Sin apenas tiempo para otra cosa que no haya sido un ir y venir constante de acá para allá, intentando recolocar cosas en el corazón de otras personas, aliviar pesos ajenos e intentar pacificar y calmar el camino hacia adelante de personas amadas, cuyas mochilas pesan demasiado. Cuando conseguí detenerme, por fin, tan solo me quedaron ganas de sentarme en mi rincón, de crear un espacio de calma y de sosiego para mi misma. Levantar enormes murallas que nadie pudiera atravesar y donde el silencio fuera mi único compañero. Pero entonces me encontré conmigo misma, con mi propia mochila cargada hasta los topes y mis propios ruidos que me impiden disfrutar del silencio.

Ayer le decía a una amiga que tengo tantas lágrimas acumuladas que me duelen los ojos de tanta presión. Me duelen de verdad. Me conformo, que no es poco, con ser capaz de aprender a llevar esa mochila aligerándola a cada paso, desprendiéndome de aquello que no necesito, aceptando que el mundo Es, que las personas Son, y que no está en mi mano cambiar nada que no desee ser cambiado, ni tengo ningún derecho a intentar hacer un mundo a mi propia medida. Aceptar las cosas como son y querer a la gente como es, aceptando incluso que no me quieran como soy, ese es el primer paso que tengo que dar para soltar lastres de dolor y de frustración que, definitivamente, no hacen más que generarme más dolor y sentimientos de decepción y de impotencia.

Hay mucha vida en todas partes, el problema es aprender a vivirla. Creo que tengo que dejar a cada quien vivir la suya aunque yo no este de acuerdo con sus decisiones, tengo que dejarlos ir a todos, pero también quiero tanto tener brazos infinitos para abrazarlos… ¿Dónde está el amor? ¿En tomar la mano o en soltarla? ¿El amor es gratuito e insolente o hecho a pedido? Si el amor se vuelve pesado ¿Cómo puedo saber cuánto peso soy capaz de acarrear en la espalda? Sé que no puedo salvar a nadie, aunque lo desee con toda mi alma, no soy Dios y no puedo dejar que mi impotencia me haga sentir culpable. Tal vez el amor sea el peso que nos vuelve humanos (aunque a veces sea infructuoso), quizás sin amor seríamos ingrávidos y seres parecidos a los ángeles, tal vez requiramos del amor para dotarnos de un peso ontológico...

Tengo tantos deseos guardados… de tanto repetirme que no voy a obtenerlos, he llegado a creer que ya no los quiero. ¡No es cierto! sólo he dejado de tratar de conseguirlos, supongo que es lo más parecido a una renuncia. Lo que creo muchas veces se pelea con lo que quiero, pelea que siempre termina en tablas, donde nadie gana y todos perdemos. Es una forma de dejar el asunto para cuando haya alguna forma de llegar a una conclusión. Respirar profundo funciona, escribir también…

Ir tras de algo que está vetado es tan estúpido como no ir tras algo que se desea. Arrepentirse es tan estúpido como darse de cabezazos contra un vidrio una y otra vez. Resolver hacer cambios radicales también tiene un límite, algunas cosas son completamente diferentes y otras son exactamente iguales, la cualidad que las distingue es confusa y dudosa. Por ahora no me desgastaré intentaré resolver algo que en un final no sé cómo resolver, simplemente me reiré de mi misma, seré auto condescendiente y autocompasiva con el dejo de desprecio que tiene eso porque es como creer que no vale la pena planchar la ropa que se arruga.

Este post es largo y parece difuso, pero yo creo que todo tiene que ver. Hace meses que hablo de crisis, penas, amores, cambios, formas de ser, etc. Debo reconocer que este es un momento muy difícil de mi vida, pero me parece que es normal, todos pasamos por cosas similares, no me pasa nada del otro mundo. Este Blog es un intento por registrar las nimiedades cotidianas y las cosas que ocurren principalmente en mi mente y en mi corazón, por escribir algo digno de ser leído, por evitar que se me licue el cerebro y se me salga por las orejas de ver tanta TV. Me he dado cuenta, por ejemplo, que mis escasísimos secretos no son aquellas cosas que no quisiera ventilar, sino aquellas que desearía que no hubieran ocurrido, que van en contra de lo que quiero y pretendo ser.

Hay algo que quiero pero no sé si tengo que seguirlo queriendo o abandonarlo. No sé si es mejor que mi vida cambie o que no lo haga. No sé si el no saber me salva de algo o más bien me condena. La gente me critica porque pienso demasiado y quizás tengan razón, pero es un vicio. Sé que intentar adivinar el fin de la historia es inútil, porque mis manías no dan para tanto y porque dicha información no sirve para nada. Leer el final de un libro no tiene nada que ver con leer el libro. Conocer un camino no es lo mismo que transitarlo.

En alguna parte alguien dijo: "Cuando creía conocer todas las respuestas, cambiaron todas las preguntas". Por suerte los amigos (tan escasos los verdaderos) han sido mi cable a tierra, de no ser por ellos, seria solamente una psicópata más, con un blog y que le gusta escribir.

Pienso que todos los sinsabores que percibimos en la vida tienen como finalidad recordarnos que aún nos queda el sentido del gusto para diferenciar lo bueno de lo malo. La vida es un lujo, lujo para amar, para respirar, para soñar y para ser feliz. Por eso hay que gastar la vida como si fuéramos millonarios y continuar simpatizando con ella aún cuando en determinados momentos no brille nuestro sol. Por eso me doy el gusto de perfumar mi boca con palabras llenas del aroma de mi interior porque estar vivo es uno de los regalos más hermosos que podemos mantener tanto en el espíritu como en el alma y tenemos que manifestar viveza en todo lo que hacemos, reír como si fuera la última vez, soñar como los niños y hacer de nosotros un ser humano que vive y deja vivir.

Creo que no me destrabé y terminé escribiendo algo un poco desatinado, incoherente tal vez. Hoy no es de mis mejores días, así que perdonen a esta aficionada si les hice perder el tiempo. Los quiero.

2 comentarios:

  1. No esta incoherente, tiene una carga grande de sentimientosy me parece que algunos dolorosos. Me gusto, pero ¿estais bien?

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  2. Coincido con Estela, a mi tambien me gusto mucho, pero te siento triste, y no temas tu nunca nos haces perder el tiempo porque leerte es lo mejor que podemos hacer cuando nos sentamos ante esta pantalla.el amor nos hacen humanos amiga mia, aunque duela y los demas sufriemienos que nos tocan tenemsoq ue sobrellevarlos. y por sobre todo vivir, vivir conansias, con alegria. cuidate muhco, te queremos.

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