Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Me moría sin ti

Te necesito conmigo porque ya eres parte de mi, sin ti no hay alegría ni color en mi vida, cuando te veo me sumerjo en tus ojos tocando el cielo con las manos y me siento inmensamente feliz, tu amor inflama mis pulmones, impulsa mis ilusiones como una bomba en un suspiro, tu loco amor me provoca sensaciones indescriptibles. Te amo sin dudar en cada latido de mi corazón, con toda la fuerza de la pasión que aumenta el calor de mi deseo.

Cuando no estás junto a mí, dondequiera que voy tu imagen me acompaña. Echo mucho de menos nuestras conversaciones donde nos contamos tantas cosas entre risas y caricias. Extraño tus ojos que en secreto muestran nuestra confidencia, nuestra pasión cuando estamos juntos, todo lo que compartimos. Cuando estoy sin ti te extraño tanto que nada tiene sentido. Siento un gran vacío en mí que no puedo remediar... Cuando algo nos aleja te extraño como la noche a la luna, como el día al sol, como la sed al agua, como la soledad a la compañía, como el silencio a la música, como la tristeza a la alegría. Tu lejanía me hace daño y me invade una angustia enorme por no tenerte.

Siempre es así, sin ti me siento perdida… como aquella vez que estuvimos separados, estaba desesperada pero además me di cuenta que no tenía fuerzas para soportar esa separación por mucho tiempo. Noche tras noche me dejaba vencer por el cansancio, al despertar tu recuerdo me llenaba de energía, alegría y esperanza. Esos días sin ti me parecieron siglos. Te extrañé tanto que comprendí que necesitaré más de una vida entera para olvidarte. Has llegado muy dentro de mí.

Ya no podía ni quería seguir así, eran demasiados días sin tu presencia, mi boca te extrañaba, mi cuerpo te necesitaba, precisaba de tus palabras, todo en mi te reclamaba pero no sabía qué hacer. Si escuchaba tu nombre mi cuerpo se volvía débil y necesitaba tus brazos para sostenerme. En ese instante extrañaba más que nunca tus sonrisas eternas, esa mirada tan tuya que me hace estremecer y soñaba con volver a amarte sin prisas, lentamente… he quedado presa de esa intimidad tan nuestra, de esas horas tan llenas de pasión.

Por suerte el amor siempre triunfa, o casi siempre… habían pasado varias semanas y si yo me estaba revolviendo en mi ansiedad, tu también y decidiste poner fin a aquella separación. Cuando hay tanta fuerza en los sentimientos no tiene sentido luchar contra ellos. Y aquel bendito día, a tu manera, sin explicaciones (no hacían falta tampoco), apenas sin cruzar palabras resolvimos nuestras diferencias.

Era viernes, el sagrado viernes… yo estaba en aquella fiesta a la que había ido de mala gana pero necesitaba beber y bailar, aturdir mi mente para poder seguir. Estuve bebiendo y bailando (aunque no soy muy buena en eso) como una posesa aquella música de los 80, pero ya estaba cansada y me tenía que ir, no quería que me cogiera muy tarde porque al otro día tenía muchas cosas que hacer. Como sabes mi relación con Morpheo es nefasta, por eso no quería desairarle aunque fuera por unas horitas.

Me dirigí a la puerta, abrí y me dispuse a subir las escaleras de salida, el golpe de aire fresco me hizo estremecer y a mitad de la escalera, noté una mano fuerte que me agarró y sentí una boca pegada a mi nuca, no tuve tiempo de decir una palabra, cuando tu otra mano cubrió desde atrás uno de mis pechos y muy cerca de mi oído susurraste, “Sí, soy yo, no te asustes, y sigue subiendo”, ni siquiera necesitaba mirar el corazón galopaba velozmente al mismo tiempo que mi mente mandaba impulsos eléctricos a toda mi piel que ahora se moría por ti, mientras seguí subiendo noté que tu mano desde atrás se metió bajo mi vestido... uffffffff, estaba encendida como nunca, y me dijiste, “No te gires todavía”, me moría de ganas por verte; por el contacto anterior, juraba que llevas sin afeitarte unos días, seguí subiendo sin volverme... olías bien con ese olor a hombre que me enerva y estaba volviéndome loca por probarte.

Ya afuera, el viento se hizo notar más, te apresuraste a apretarte a mi espalda para evitar que sintiera frío. De repente me diste la vuelta e invadiste mi boca salvajemente, no podía pensar en nada más que en ese beso y la sensación que recorría mi cuerpo pidiendo con urgencia que me poseyeras, no sé como me había excitado tanto en cuestión de segundos, pero tú también lo estabas, lo delataba tu dureza que se apretaba contra mi vientre... cuando te separaste de mi boca abrí los ojos, ahí estabas sonriente pero con las huellas de los días de insomnio en los ojos, con barba de un par de días como había intuido en el primer contacto con mi nuca... Entonces me volviste a besar y tomándome de la cintura me levaste hacia el parqueo, te pregunté adonde íbamos y sólo sonreíste e hiciste el simple gesto de poner tu dedo sobre tus labios en señal de silencio.

Abriste la puerta de un auto, que supuse era tuyo y entré, después entraste tú y lo pusiste en marcha. Todavía estaba muda por la sorpresa y la emoción, coloqué mi mano sobre tu muslo derecho porque necesitaba tocarte y me dijiste... “¿Impaciente?”, a lo que respondí con la voz entrecortada “Más que eso, desesperada, emocionada, caliente, irremediablemente mojada y deseosa”, sonreíste y respondiste “Mmmm qué bien”.

Dejamos de hablar, pero mi mano aún estaba temblorosa sobre tu pierna cuando detuviste el auto en la puerta de una casa, no sabía ni dónde estaba y en verdad poco me importaba, me besaste y saliste del carro, abriste el garaje y regresaste al timón. Yo no podía dejar de mirarte. Llevaste el auto al interior y cuando salí, ya estabas frente a mi, cerraste la puerta a mis espaldas y tu boca se perdió en mi cuello, yo sólo suspiré, sabes de antemano que no puedo con eso, me rinde, sin soltarnos me moviste de lugar manteniéndome entre tu cuerpo y el auto… estaba oscuro, solo se veía la tenue luz de una habitación a través de una pequeña puerta que estaba entornada... pero no nos dirigimos a la casa, te situaste frente al capó del coche, tu boca estaba en la mía, en mi cuello… tu mano se perdió bajo el vestido hasta topar con mi encaje que con prisa apartaste… me tumbaste en el capó, abriste mis piernas y dijiste... “Ahora voy a probar lo que he extrañado y deseado tanto”.

Tu cabeza se perdió entre mis piernas, me estabas volviendo loca pero quería que ese instante durara para siempre, me estabas matando cabrón y me moría porque me poseyeras de mil formas diferentes... ya ni me acordaba del frío... no sé el tiempo que paso, sólo recuerdo que llevaba dos orgasmos y estaba desesperada porque me penetraras, no me percataba que seguíamos sobre el capó del coche expuestos a la vista de cualquiera que pasara por la calle, por suerte estábamos dentro del garaje y estaba oscuro... finalmente bajaste mi vestido y vi tu mirada de satisfacción al tiempo que te topaste con la mía lasciva... me besaste tiernamente y me dijiste al oído “Sabes a gloria, shhhhh, no digas nada, ven que tengo una sorpresa para ti”.

Cerraste el garaje y me llevaste de la mano con una sonrisa pícara hacia la puerta, entramos y nos enredamos en un beso salvaje… no podía esperar a ver tu sorpresa, no podía esperar nada, quería tenerte dentro de mi ahí mismo, lo sabías, lo entendías, me volteaste y colocaste mis manos en la puerta, levantaste mi vestido y me embestiste con lentitud, el ritmo me enloquecía y te pedí que fueras más rápido y más fuerte, aceleraste y era tanta la excitación de ambos que no duramos mucho, en pocos minutos estallamos.

Te quedaste abrazado a mí, con mucha ternura con tu boca recorriste mi cuello, mi rostro y susurraste en mi oído “Te quiero, nena, me moría sin ti y por lo visto tú igual… ven amor, te va a encantar la sorpresa”. Me volteaste, tomaste nuevamente mi mano y tras volver a besarnos entre risas nos encaminamos a la habitación que estaba en penumbras.

7 comentarios:

  1. Amigos, hoy Cary cumple 8 años de casada, ya ustedes saben felicitenla para que se vaya contentica para la juerga que le espera.

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  2. Bueno, ya esta muy contenta, tuvo ayer un feliz día y un amanecer también muy feliz.

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  3. Te extrañaba mucho pero te esperé pacientemente. Miento, a veces fui impaciente. Miento de nuevo, siempre fuí impaciente. Pero como no creo en las casualidades… Sin ti no estoy completo por que tu eres mi otra mitad y tu bien lo sabes.

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  4. Precioso, yo te entiendo porque he pasado por eso varias veces con esa mujer que adoro, de quien ya te he hablado en muchas ocasiones y he puesto aquí cosas que le escribo sobre todo cuando estoy solo, que a ti y a las chicas les gustan mucho. Mis horas sin ella son un infierno porque la tengo metida en la sangre, esa mujer no besa sólo con la boca, besa con su alma apasionada, con la intensidad de mil diosas con los labios sedientos. Mi piel se quema cuando roza la suya, pues así de ardiente es, como si mil soles anidaran en ella. Cada vez que la poseo siento la gloria, como esos héroes clásicos de míticas hazañas, Olimpo hecho mujer, deliciosa mujer, desbordando placer. Ella es como la sensación de la playa a las ocho de la mañana, cuando no hay nadie y está desierta y las olas en calma suenan suaves y el mar parece una cama, las olas el filo de las sábanas y la arena la almohada.
    Una vez le escribí esto: “Tus besos, tu cuerpo, toda tú en cuerpo y alma, insaciables mis ganas, me llenaré de ti, sin límite, sin pausa, como un loco que pretendiera beberse el mar. Mi destino es volver siempre a ti, como una ola que insistente se intenta aferrar a la orilla, aunque no puede quedarse porque el mar la arrastra una y otra vez. Eres como el mar, intensa e inesperada, a veces tranquila y relajada, otras tempestuosa y turbulenta, fuerza brutal de olas rompiendo entre las rocas y serenidad de una playa amaneciendo en calma”.

    Cary amiga mía, muchas felicidades, que pases un buen día, diviértete mucho.

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  5. amiga muchas felicidades, ocho años que sos feliz con amor, me alegro mucho, espero la paseis en grande, ambas teneis unas familias muy unidas, sois todos una gran familia. Festejen por lo alto.

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  6. Bellas letras llenas de pasion como siempre, es inevitable extrañar a alguien que ha llegado muy profundo en nuestros sentimientos, si extrañamos hasta quienes han tocado nuestra vida de alguna manera,mucho mas cuando por ciertos motivos no contamos con su presencia. Destilas amor por esa persona que extrañas tanto por suerte el tuvo una idea genial, ir en tu busca no es tonto. Cuidate linda.
    En cuanto a la amiga Cary muchas felicidades, espero que te diviertas y lo pases bien entre copas y con amigos, porque el resto de la celebración siempre es en privado, que cumplas muchos mas años llenos de amor querida.

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  7. Amigos del blog, muchas gracias por sus felicitaciones, como le dije a Rosabel lo de ella no tiene parangón :-)) mira que poner eso aqui..... :-)) pero bueno ya la conocen y a los que quiere quiere que la pasen super.

    En cuanto a ti amiga Rosabel, vas a acabar con ese príncipe, muy lindo e intenso lo que escribes a aque que es fuente de tu inspiración, sigue escribiendo así.

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