Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

martes, 20 de agosto de 2013

Dientes de espuma, labios de cielo…



Hoy me apetece hablar del mar. Esa infinita tierra de agua que invade el único lugar en el que la propia tierra queda atrás. No concibo la vida sin él. Asocio el mar con buen sol al estado de felicidad suprema en una persona. A un éxtasis en el que uno entra. Un desborde de las sensaciones dormidas que las personas tienen en la tierra y que sólo en el mar se despiertan.
Desde pequeña me ha encantado, me ha fascinado. ¿Será por su grandeza, por sus conchas, por sus animales? Nunca lo sabré. Y lo curioso es que nadie de mi familia tiene algo que ver con el mar para que me encante. Amo el Mar porque él se convierte en mis ojos, en mi boca, en mis pies... porque él llega donde mi cuerpo físico no puede…
Encierra una belleza metafísica que me produce emociones diversas y positivas que me transforman. Esa sensación agradable que produce estar cerca del mar en la arena y hablando con él porque el mar nos habla, nos dice muchas cosas hermosas desde ese silencio placentero de la arena de la playa, un silencio que dice miles de cosas. Es un silencio que habla, que nos dice cosas que queremos oír y nos produce una gratificación considerable y sublime.
El mar me ha regalado las estampas más bellas que recuerde. El mar es una canción, una sensación y un millón de colores, es una historia de la que salen miles de historias. Como todo en esta vida, una paradoja. Una vez leí: “Si quieres tener el mar, contémplalo, abre tus manos en sus aguas y todo el mar estará en ellas; porque si cierras tus manos para retenerlo, se quedarán vacías…”. Cuánta razón tenía quien lo dijo.
Mi pasión por el mar llega hasta el punto de ir a pasear por la playa incluso en invierno para ver los atardeceres, oír el ruido de las olas y oler el salitre, sensación indescriptible para relajarme y evadirme de los problemas. Me tranquiliza ver las olas avanzar dócilmente para bañar mis pies o romper con fuerza contra las rocas salpicando de espuma a quienes contemplan el espectáculo maravillados desde arriba. Me gusta sentir el frío del agua salada en mi piel en invierno, sentir como mis pulmones se quedan de pronto sin aire, sumergir la cabeza y volver a respirar, recordándome que sigo viva.
Soy inmensamente feliz cuando el mar me salpica con sus espumas inundadas de misterios de otros tiempos y distancias… y entonces me sobran las palabras y me hago de espuma y de salitre... Me mece y me agrede con todo el enigma de sus aguas distintas y distantes y sin embargo tan cercanas.
Huelo el mar, noto el sol en mi cara, sumerjo mi cuerpo en el agua transparente... me dejo llevar. Por las sensaciones y por la calidez del día. A mi me da la vida. Cuando estoy tonta, como hoy, me voy al mar. Me despojo de mi ropa, y siento el calor y la humedad en mi piel. Mis poros se abren, mi mente se deja acariciar por la brisa marina. ¡Vamos, tu puedes! parece resonar en mi cabeza. La vida vale la pena y si la vivo al lado del mar... mucho mejor.
No hay más que acercarse al mar y sentarse junto a él, ver una puesta de sol sentado en sus orillas. Observar la vida que vive dentro de el y que se nos transmite por todos los sentidos. Oímos el rumor de las olas y nos contagia como algo positivo que no nos deja indiferentes, sino que nos transporta a un mundo maravilloso que es el universo de las sensaciones marítimas.
Me quedo extasiada ante la inmensidad y la fuerza indómita que posee. Tiene magia en su mirada, misterio en su sonrisa y un gran tesoro escondido en su cuerpo... cuando lo contemplo a veces por un momento me hace olvidar hasta al mismo universo.
Y cuando me marcho de sus orillas me voy pero no lo dejo porque es imposible dejar el corazón y llevarse tan solo el cuerpo... me llevo sus olas y la furia de sus vientos contrapuestos, su magia y sus misterios, sus promesas y todos sus silencios, sus colores y el ronroneo incesante de sus aguas cuando besan las arenas soñadoras de las playas.
¿Atraída por el mar? ¿Solo me gusta o es obsesión? No sé, es curioso, pero mis vacaciones ideales tienen que tener mar. Me atrae su inmensidad, me gusta sentarme a pensar en ese silencio que no es silencio, porque siempre va acompañado con ese murmullo que me envuelve y me transporta. Los atardeceres… me encantan en esa playa que yo digo "mía" y que visito tan poco últimamente, pero que sé que me espera.
Creo que el mar tiene poder, magnetismo. Siempre sonríe a lo lejos. Dientes de espuma, labios de cielo…

7 comentarios:

  1. Que bonito sentimiento el que nos compartes. Me encanta el mar, lástima que lo tengo lejos, pero cuando puedo me gusta hacerme una escapadita, como tu creo que el mar tiene poder, magnetismo, así que no es ninguna tontería que te identifiques con él. Besitos preciosa!!

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  2. despues de leerte has conseguido romper mi silencio, silencio qe vaga de aquí allá quizás con ese deseo de llenar mi alma de calma,no me preguntes ni como llegé vengo de aquí y de allá, pero al llegar hasta aquí me has llevado hasta mi ayer... me has recordado a una mujer que amaba y ama el mar… me encanta como escribes que lo haces con mucha naturalidad, que me has puesto una sonrisa mientras te leia,que el mar siempre me ha surgerido tanto en verano como en invierno.

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  3. Adoro el mar, puedo estar horas viendo como van y vienen las olas, es tan bello como lo que escribes. Y me parece que necesitas una visita a esa playa que llamas "tuya", hazlo pronto.

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  4. Concuerdo con todo lo que haz dicho, a mi tambien el mar me llama y no puedo alejarme mucho tiempo de él, pero el Pacífico es frío hasta doler los huesos...

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  5. Que linda entrada, es tan lindo el mar, a mi me encanta, una cosa maravillosa!

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  6. mi gran ilusion seria sumergirme por un dia en las entrañas de uno de los fenomenos tan alucinantes de la naturaleza como es el mar

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  7. Si tu pudieras abrazarme tan fuerte como lo hacen las olas del mar al chocar contra mi cuerpo, sentirme como yo siento tus palabras, perderte conmigo entre las nubes y volar conmigo muy alto. Y quedarte a mi lado, infinito, sin espacio, cálido y amado, sonriente y amada. Un texto precioso, como tú. Un beso salado.

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