Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

lunes, 19 de agosto de 2013

Restringida en su morada



Ayer me resultó muy gracioso escuchar a alguien decir “estoy restringida en mi morada”, al preguntarle en medio de la risa que me causó la frase me explicó el por qué lo decía y entonces comprendí.
Algunas personas en ocasiones invaden la privacidad de los demás de manera arbitraria y descarada. Y aunque por las acciones que uno emite se supone que se den cuenta, nada, es “por gusto” como decimos en buen cubano.
Lo cierto es que si tienes una terraza y te sientas en ella a observar la casa de enfrente, estas invadiendo, sin dudas, la privacidad del vecino. Eso es lo que hacen los vecinos de la persona que me dijo la frase.
Esto conlleva a que mi pobre amiga tenga que cerrar su puerta y ahogarse literalmente de calor (por donde corre una brisa exquisita en su casa es precisamente por esa puerta) para evitar que los ojos indiscretos de sus vecinos estén pendientes de todos sus movimientos.
Ellos deberían darse cuenta de lo que ocurre, es decir de lo que molesta su indiscreta mirada, cuando ella al percatarse de su presencia cierra de inmediato la susodicha puerta, pero los androides no, con el perdón de los androides porque ellos son inteligentes y evidentemente los vecinos no.
Lo cierto amigos es que ella está realmente restringida en su morada producto de la indiscreción e invasión (con la vista) ajena a su privacidad. Se ahoga del calor, se reprime en algunas cosas porque tiene esos ojos sobre ella y su familia. Esto hace que muchas cosas pierdan su encanto por este motivo, porque estamos de acuerdo en que hay acciones y aptitudes que son muy privadas.
En fin, ¿qué hacer?, ¿cómo solucionar esto? ¿Cómo hacerles entender que usen su terraza sin joder a los demás? Mi amiga piensa buscar un toldo o algo similar para colocar en su terraza frente a la puerta para protegerse de las miradas indiscretas de los vecinos de enfrente. ¿Quién se puede sentir molesto? Bueno, me parece que solamente ella porque eso le limitará la circulación del aire pero creo que no hay de otra. Aunque tal vez ellos se molesten porque los privan de meterse donde no les importa.
Las personas indiscretas se apersonan de situaciones que no son de su incumbencia, tales como problemas, accidentes, peleas, discusiones, actos románticos… Y a veces no solo perturban el entorno social o personal, sino que además comentan, sacan conclusiones, opinan y hasta dan fórmulas para situaciones que no le interesan.
No hay nada como la discreción. Se debe ser discreto con las cosas tanto personales, como ajenas, ya que la discreción además de ser un valor humano, hace a quien lo practica un ser importante, con una alta autoestima y una personalidad propia.
Confiemos todos y roguemos que mi amiga colocando el toldo o de cualquier otra forma solucione esa incómoda situación y deje de estar “restringida en su morada” porque nadie se lo merece y menos ella que no se mete con nadie, que vive su vida y solo hace el bien.

5 comentarios:

  1. A ver pues que venga el toldo que eso se llama intimidad y al vecino se le llama chismoso.

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  2. El derecho a la intimidad es algo que se debe de respetar y hacer respetar, por tanto ella está en su derecho de poner lo que le plazca y al vecino que le den.

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  3. Vaya con los vecinitos pero en este mundo hay de todo y existen personas que les gusta estar pendientes de la vida ajena y como bien dices después hasta se sienten con derecho a opinar sobre cosas que no le importan.

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  4. Creo que tu amiga coge lucha por gusto, es verdad que eso es muy molesto pero que se olvide de ellos y siga su vida, los chismosos están en todas partes y no se cansan nunca de meterse en lo que no le incumbe, lo digo porque a mi me ha pasado. Si consigue el toldo perfecto, si no pa’lante que los que se hacen poco favor son ellos. Nada de andar cerrando la puerta todo el tiempo y ahogándose de calor.

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  5. Pues yo pienso que debe poner algo que le deje pasar el fresco y que a la vez se sienta cómoda sin miradas indiscretas, pero recuérdele que en todo barrio hay un buen fisgón así que no debe coger lucha.

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