Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

viernes, 16 de mayo de 2014

Como unas chiquillas


El pasado domingo fue un día inolvidable. No escribí de él el lunes sobre este memorable día por falta de tiempo, y ya después me pareció que como habían pasado varios días ya no venía al caso, pero el comentario de mi hermanita al post anterior que decía así:
“Me ha encantado tu texto y tienes razón si dejamos aflorar nuestro niño interior más veces que lo que lo hacemos seriamos mas felices y con menos, el pasado domingo pude disfrutar de un día rodeado de mucho amor como una niña mas, haciendo un almuerzo en el campo, tomando el fresco debajo de un frondoso árbol y viendo como mis hijos reían sin preocuparse de nada y yo me sentí como ellos en ese instante yo era una chiquilla disfrutando de la naturaleza y la fresca brisa que hacia sentir el ser mas feliz de la tierra.”
Sus palabras me han hecho sentarme a escribir (aunque un poco atrasado) sobre ese magnífico día, que además era el Día de las Madres.
El día de las madres es un día especial, de eso no hay duda, es un día en el que todas las madres quieren estar con sus hijos y como no teníamos el bolsillo para darnos el lujazo de una comida multitudinaria en un restaurante y planear la comida en la casa suponía pasarnos el día cocinando, recogiendo y fregando. Entonces pensamos qué hacer sin crear conflictos… y ahí surgió la idea, un picnic familiar para celebrar el día de las madres, sin duda un plan ideal, perfecto para estar todos juntos y que nadie se quede sin disfrutar, no sólo de la compañía sino de algo diferente en un ambiente natural.
Nosotras las orgullosas madres (que a nadie le quepa duda de que ella y yo vivimos orgullosas de nuestros hijos) además merecemos divertirnos porque no somos robots productores, sino personas que caminamos por la vida rodeadas de solicitudes diversas y multiformes. Y por supuesto, esta idea nos libraba de pasarnos el día en la cocina.
Ya decido el plan para el domingo, pues había que decir el lugar. Pensamos de inicio ir a un lugar muy bonito junto al mar, que como saben es mi debilidad y mi hermanita tampoco escapa de ese hechizo que provoca el océano. Pero a última hora mi querido esposo me recomendó otro sitio y como me parecieron acertados sus argumentos decidí (sin contar con ella) aceptar ir para el Parque Lenin, un complejo recreativo cultural que se encuentra a 25 kilómetros al sur de la capital cubana que posee una notable arquitectura ligada al paisaje, sin duda un sitio bien pensado para el contacto con la naturaleza y la sana recreación. Un lugar que nos permite relajarnos y divertirnos sanamente, podemos hacerlo con juegos al aire libre rodeados de la naturaleza.
Por suerte y como ella confía en mí, no se molestó por el cambio de lugar, sólo me dijo: “No importa, donde quieras, el caso es estar juntas con nuestros hijos en un día diferente y pasarla bien”. Y así fue.
Realmente no se necesita mucho dinero para estrechar los lazos con nuestros hijos y hacer del tiempo libre, un recuerdo inolvidable. Preparamos abundante comida y bebida, hasta un cake nos llevamos. Además llevamos juegos para que toda la familia pudiera participar, algunas cosas simplemente las improvisamos y así cada uno disfruto del campo y del aire libre; una siesta, un partido de dominó, montar a caballo, juego de naipes… todos hicieron lo que quisieron en ese ambiente sano, rodeados de alegría y amor. Fue emocionante ver como todos volvíamos a reír con cosas simples como cuando éramos niños
Nuestros hijos estuvieron con nosotras todo el día, nos divertimos, charlamos, jugamos, hubo hasta monta de caballos... Pasamos un día bello, rodeados de naturaleza y mucha paz... sólo alterada por nuestras risas. ¡Dios mío! Ha sido una experiencia inolvidable. Fue maravilloso disfrutar del paisaje, la vegetación, sentir el aire limpio, disfrutar de los animales… Es un lugar lleno de vida, que te acoge y te envuelve, y en este caso a nosotras por partida doble porque estábamos con nuestros adorados hijos.
Cuando estamos juntas siempre hablamos y nos reímos hasta que nos duela el estomago. Nos reímos de todas las cosas que nos pasan en la vida y también de todos los que nos pasan por el frente, jajajajaa. Ella es de esas personas que siempre tiene una ocurrencia o una respuesta jocosa ante cualquier situación, por lo que cuando me quiero reír a carcajadas sólo tengo que ir a su casa y sentarme a escucharla. Además, es otra boba para reírse y ustedes saben que la risa se contagia. Y bueno, estar todos juntos en esa armonía es súper divertido y mi hermanita nos hace reír mucho con sus locuras. Y yo, los que me conocen saben que cuando me da por reír de verdad no tengo para cuando parar.
Fue una hermosa experiencia. Jugamos como si fuéramos niñas y yo no paré (como siempre) de reírme de sus ocurrencias. Mi leve sonrisa social se convirtió en un estallido de carcajadas, por horas me olvide del mundo y di rienda sueltas a mi ser interior, seguramente mi corazón hasta sanó algún dolorcito que le aquejaba de hace mucho tiempo y aún varios días después me sigo sintiendo feliz,
Ha sido una experiencia realmente inolvidable, por la compañía, por el ambiente… ¡Fue toda una aventura! No sé ella pero por lo menos yo, no hacia algo así desde hacia muchísimo tiempo. Puedo asegurarles que valió la pena el esfuerzo que realizamos para estar en ese paradisíaco lugar y disfrutar todos juntos de su naturaleza.
Algo diferente para personas totalmente urbanas como nosotros. ¡¡Pura Vida!! Ese picnic ha sido una experiencia que ha merecido vivirla. Se los aseguro. En plena madurez nos sentimos como unas chiquillas, como bien dijo ella.
Sí hermanita, somos chiquillas porque somos de esas personas que dejan salir su niño interior por eso nos sentimos jóvenes y disfrutamos la vida con sus pro y sus contra. Somos mujeres realizadas y somos afortunadas por la familia que tenemos. Mientras estemos juntas y nos sobren las risas y el amor todo irá bien, ten la certeza de eso.

3 comentarios:

  1. Bravo, por las dos, genial idea, me encantan los días de campo, un picnic en familia o entre amigos siempre es algo digno de vivir. Me alegro mucho amigas, que hayna pasado un lindo y refrescante día.

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  2. wao¡¡¡ adoro los picnic

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  3. Fue MARAVILLOSO!!!!, tenemos que repetirlo nuevamente.

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