"Ten el suficiente coraje para
creer en el amor una vez más,
y siempre una vez más".
Maya Angelou
¡¡SI!! Porque el amor
es lo que da sentido a todo lo que hacemos, o mejor aun, a lo que somos.

Lo cierto es que a
todos nos han partido el corazón alguna vez. Finalizar una relación siempre es
complicado, especialmente si se trata de un divorcio o si hay hijos en común. Pero
el tiempo lo cura todo, y una vez transcurrido el necesario para poder superar
el trance, es posible que volvamos a encontrar a una persona que nos llena. Sin
embargo, es posible que notemos que nos cuesta entregarnos libremente al otro,
mostrar abiertamente nuestros sentimientos, o nos es difícil confiar en él,
sobre todo si hemos sufrido una infidelidad en nuestra anterior relación. ¿Cómo
volver a creer en el amor?

Es cierto que conforme
avanzan los años, nos vamos endureciendo y procuramos no caer en lo que
consideramos errores de nuestras anteriores vivencias. Un desengaño amoroso es
una herida que, aunque consigamos cerrar, siempre nos dejará una pequeña
cicatriz para recordarnos el dolor sufrido. La desconfianza y el miedo a darnos
en una nueva experiencia, son sólo reacciones normales de nuestro cerebro, que
lógicamente trata de protegernos mediante ese mecanismo de defensa. Pero
cuantas veces hemos escuchado que el corazón no entiende de motivos ni razones.

Todos aquellos que han
pasado por agonías amorosas y no quieren creer en el amor por alguna desilusión
pasada, les tengo una mala noticia, no se van a librar del amor y no existe el
amor sin sufrimiento. Simplemente, no existe, el sufrimiento forma parte del
amor. Toda relación que termina, puede dolernos, pero nos deja una enseñanza.
Todas las experiencias buenas o malas llegan a nuestra vida para enseñarnos
algo.
A veces por malas
experiencias creemos que el amor puro y sincero no existe, pero estamos
equivocados. Encuentra en tu dolor el aprendizaje y arriésgate una vez más,
pero con la esperanza de ser más sabio y evitar cometer los mismos errores del
pasado. Nunca culpes al amor. El amor en sí mismo es bueno, es bondadoso, es la
fuerza que podrá cambiar la humanidad.
El amor mueve el mundo
con su fuerza impresionante cada día, obrando sus pequeños milagros en el
corazón de cada ser humano que se transforma por completo gracias a la luz de
esa ilusión que surge del deseo de amar y ser amado. El amor es la esperanza de
la humanidad, especie que se encuentra en peligro de extinción más por desamor
que por contaminación. Es el principio de la vida, posibilita el crecimiento y
desarrollo normal de un ser humano y es el que permite su independencia.
El amor de pareja es
respeto, aceptación, diferenciación… El otro no es la prolongación de uno sino
otro separado. El amor es desinterés, no especula, no negocia ni saca ventajas,
y el amor más importante es el amor propio. Se comienza por amarse a uno mismo
para poder amar a otro.
Como a todas las
personas el amor me ha dado golpes fuertes, y quizás en algunas ocasiones he
querido dejar de creer en el amor pero hay algo en mí que me lo ha impedido y
supongo que es porque a pesar de las decepciones, la vida sin tener esa ilusión
sería muy triste. Hay personas que salen tan dañadas en cuestiones de amor que
dejan de creer en él, pero hay otro tipo de personas en las cuales me incluyo,
que por más que hayamos salido lastimadas, somos fiel a ese bello sentimiento. Sin
el amor nada es posible, por ese sentimiento somos guerreros, creadores, artistas…

Es un amor sincero que
no busca su bien personal, un amor honesto fuera del egocentrismo humano y
dentro del cariño y la calidez. Me ha enseñado a dar lo mejor de mi, a nunca
darme por vencida, a seguir adelante sin importar lo que pase y a nunca perder
la esperanza ni la fe, en uno mismo y en los demás. A valorar la vida, lo que
tengo y a saber disfrutar el momento, porque el presente es lo que realmente
tenemos.
Cuando de amor se
trata, uno nunca sabe qué hay mañana, ni cómo terminaremos el día, si con una
sonrisa o con una lagrima en los ojos. El amor se mantiene de una sola forma,
creyendo en el, alimentándolo todos los días, cuidándolo, dando el espacio y
los momentos, teniendo el respeto que todos nos merecemos.
Yo creo en el amor, en
hablar el mismo idioma, en conexiones de energía, como los ríos que se unen en
un mismo curso… creo en el respeto y en la sinceridad, en el amor que dos
deciden, sin presiones, sin exigencias… Creo en la naturaleza del fluir y
coincidir. El estar centrados para escuchar hasta donde podemos llegar. Para
equilibrar sin sufrir. Creo en amar con armonía, en el "te quiero"
sin por qué... en las relaciones que nos apoyan en los malos momentos, que leen
la mirada, que sonríen con el alma, ¡que están!
Creo en la comunicación
como la mejor vía para construir, coincidir y decidir. En la absoluta sinceridad
al decir "te amo" y también al decir "me voy". Creo
completa y ciegamente en el AMOR puro, íntegro, incondicional, cálido, ése que
es tan profundo, como sensación, como belleza, como entrega… que debemos
asegurarnos cómo lo hacemos llegar, porque nos toca puntos distintos, pero al
final es uno solo... el que está en nosotros como consecuencia de tener mente,
emoción, sentimientos y corazón

Aunque te digas una y
otra vez después de un fracaso: ¿Cómo volver a creer en el amor? Yo te digo, pues
apostando y arriesgando, porque si no arriesgamos, nos puede quedar el sabor
amargo de no haberlo intentado al menos, eso es lo que yo creo y siento, es la
única manera de creer que podemos volver a sentirnos bien en compañía de la
persona que elegimos y que también nos eligió a nosotros…
Yo no dejaré de creer en
el amor porque conozco el significado y tengo la capacidad de amar. A pesar de
lo que pueda sufrir es tan dulcemente adictivo enamorarse que es difícil
renunciar a ello. El amor trae dolor, pero sin sangre no hay victoria.
Y tú, ¿crees en el
amor?