El
fin de semana me di una escapada a la playa con mi hermanita y una buena amiga
de ambas. Desde el día anterior el tiempo estaba muy malo y casi suspendemos el
viaje, pero la fuerza que me arrastra a estar junto al mar es muy grande y la
duda entre ir y no ir desapareció casi al instante de haber surgido. Y nos
fuimos a ver el oleaje que sabíamos habría por el mal tiempo pero al mismo
tiempo a descansar y llenarnos de esa paz que el mar siempre nos brinda.
Yo
personalmente de tan solo mirar el mar… divisar el agua… puedo sentirla, sin
tan siquiera tocarla… Por vivir en una isla el mar para mí el mar está presente
todo el año. No sería capaz de vivir lejos de él. Yo el oleaje lo considero
como el transcurrir de la vida. Las olas a veces son casi inexistentes, la
calma, pero cuando hay mal tiempo, cuando llega una tempestad, buffff suelen
ser arrasadoras. Para volver a la calma, siempre se vuelve a la calma... Su
vista siempre es encantadora pero en invierno, los días de temporal es
increíble observarlo.
La
mayoría de las personas olvidan el mar en invierno. Algunos porque lo tienen
lejos, otros porque sólo lo conciben con sol. Sin embargo, en mi está presente
todos los días del año. Creo que sólo su sonido puede llegar a embobarme
durante horas, aún en plena tempestad logra calmarme. En invierno con lluvia
viendo como el mar se vuelve gris, casi negro, enfurecido y con un oleaje que
parece volverse loco por momentos. Inmenso, imponente y fiel reflejo de la
fascinación que me provoca.
Puede
estar furioso o calmado, me siento a contemplarlo y siempre consigo la misma
paz solo oyendo, oliendo, sintiendo y contemplando las olas. Y allí sentada en
la arena… ya no pienso… ni siento… tan solo miro… Y una fuerza extraña se
apodera de mi alma… Y sé que estoy… y qué soy…. Sé que vivo… Vivo en ese mar….
mi mar… que es como mi vida… unas veces mar agitado y salvaje, otras mar en
calma…
El
mar es la paradójica calma que te trasmite la fuerza de sus olas en la soledad
de la playa, el mar es reflexión y libertad. Es infinito, como lo es nuestra
imaginación, estimula la concentración y da alas a nuestra creatividad. A veces
cierro los ojos y poco a poco voy respirando profundamente, dejando que mi
respiración se acompase por el ruido de las olas, escucho cómo rompen en la
orilla, como avanzan o se alejan… y cuando por fin visualizo esa inmensidad azul,
la percepción es tan intensa… vitalidad y a la vez calma, descanso, reflexión…
mar de silencios… Una fuerza insólita me impide apartar la mirada.
El
mar huele a Dios. El mar no tiene definición, es más simple... es como un gran
corazón, tiene vida y late… es pura emoción. Ronronea suavemente cuando la
calma lo envuelve. Cuando la furia se apodera de él, ruge como un león. El mar
tiene una energía especial, entraña multitud de significados y evoca
sensaciones distintas en un mismo individuo. El mar es capaz de modular nuestro
estado de ánimo, eliminar los pensamientos negativos y el desequilibrio
emocional.
El
relax y la tranquilidad que me genera estar tumbada en la playa sabiendo que es
lo único que tengo que hacer en el día, sin preocuparme del tiempo ni de qué
hora es, dedicándome un día a mi, relajando mi cuerpo y mi mente… Ya no hay
nada, ni nadie… mi mente está en blanco, despejada… Sólo azul… todo azul, el
mar…el cielo…el aire… Sensaciones de espuma y de sal, que lo envuelven todo… un
día tranquilo, sin prisas... ¿qué más se puede pedir? Siento que merece la pena
estar de un lado para el otro sin importar nada más.
Y
me fascina sentarme en cualquier rincón y detener el tiempo observando como ese
sol de tonalidad rojiza se esconde al fondo del mar. O si es al amanecer ver
como la oscuridad desaparece cuando el sol decide empezar a iluminarnos otro
día más
Y
ahí, frente a él… Conjunto bello, el mas hermoso que he visto… Capaz de
hipnotizar, seducir, hechizar… ahí siento que el mar y yo somos uno… perfecta
fusión. Y hay paz… armonía… Y los sueños invaden mi alma de nuevo… Genera en mí
un gran impacto, me siento tan pequeña ante una presencia tan majestuosa…
Experimento una sensación extrema de tranquilidad; como si de pronto todo
estuviera bien y los problemas desaparecieran por completo…
El
mar es mi gran amor... unido a mi destino. Inexplicable con palabras, siempre
está en mi corazón. Y lejos de sentirme prisionera y exiliada por el Caribe y
el Atlántico, siento que me abrazan y me transmiten libertad, aliento, energía.
Si pierdo la costa, pierdo el humor. El día que me muera, que hundan mis
cenizas en mi playa, tras la barra.
Amo
el mar cuando amanece, al atardecer, al anochecer, con gaviotas o sin ellas,
con sol o sin luna. Siempre voy a su encuentro… sola o acompañada, con frio o
con calor, en verano o en invierno. Allí me libero del estrés, me tranquilizo,
me olvido de todo. Y ya me hacía tanta falta....Y no era porque quisiera
contarle, que quisiera sacar algo... tan solo necesitaba que me embriagara con
sus vistas, sus olores…
Sin
dudas fue una muy buena decisión, no pensar en el temporal y escaparnos al mar.
Además de descansar y llenarnos de toda esa energía que el mar nos brinda, la
pasamos súper y nos reímos de lo lindo, como me gusta a mí hasta que me duela
el estómago de tanto reír.
El mar es sabiduría, es libertad, es despertar, es sentimiento… Hicieron muy bien en irse a la playa y divertirse. Esa paz todos la necesitamos de vez en vez y reir mucho, la risa hace bien al alma. Cuidate linda.
ResponderEliminarP.D. En varios días no he podido entrar en el blog y recién ahora es que lei lo que Cary escribió.
Cary te entiendo porque yo a veces desespero con todas esas cosas que ponen para demostrar que uno no es un robot y ni se entienden muchas veces. Y en cuanto al texto, SI, estaba conmovedor como siempre -en lo personal creo que no hay texto de Rosabel que no me conmueva lo mismo si es alegre, triste, eufórico, erótico, si está molesta, reflexiva, sabes y ya lo he dicho que me encanta como se expresa esta mujer- yo no tengo el placer de conocerla personalmente pero su alma si creo conocerla, y por lo que se de ella me atrevo a asegurarte que no es capaz de decir algo que no siente. Querida me encantó eso de que me iban a llevar en sus corazones ala playa, me sentí honrado de ir con tan magnificas mujeres. Gracias y cuidate mucho tu también.
Amigos les cuento que llamé a Rosabel bajo tremendo aguacero a las 6y30am pero ella estaba renuente a dejar de ir a su mar, así que una vez más la seguí bajo las protestas de nuestros esposos que dijeron que estábamos locas de remate, la otra amiga dijo lo mismo pero también fue y ya se imaginan éramos auténticas discípulas de Ken Kelly cantando bajo la lluvia: nos reímos, chismeamos, jugamos dominó y lo más importante estuvimos alejadas de las labores domésticas. En verdad el mar nos cargó las pilas para la nueva semana y ya planeamos otra escapada mas temprano que tarde. Ahhhhhhhh amigo Peter, SI te llevamos con nosotras, hablamos sobre tus textos, tu fidelidad al blog y lo buen ciberg-amigo en que te has convertido, cuídate tú también.Solo espero que el tiempo esté menos húmedo la próxima vez :-))
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