Alguien
dijo que la amistad es como una llave de cristal: abre las puertas de la
compañía y cierra las de la soledad. Pero si esta llave se rompe, nadie podrá
arreglarla.
María
Duval
La Amistad es uno de los sentimientos más nobles, dignos
y elevados de la humanidad. Es una forma de expresión del Amor que reina en el
corazón de los seres humanos. Además de proporcionar a quienes la practican
desinteresadamente, las mayores satisfacciones durante su existencia, les da en
cierta forma la inmortalidad, haciéndolos vivir después de la muerte, en el
recuerdo de quienes disfrutaron de la misma.
Siempre se ha dicho “quien tiene un amigo tiene un
tesoro”, y es cierto. Los que tenemos la inmensa fortuna de disfrutar de nuestros
amigos somos inmensamente ricos, porque la amistad sincera es una de las cosas más
lindas que existen. Es agradable sentirlos presentes cuando tenemos ganas de
llorar, de reír, de gozar un poco más de nuestras vidas. Es buenísimo ver que
cuando nos vamos lejos ellos intentan localizarnos, para saber cómo estamos o
simplemente para decirnos la falta que les hacemos.
Es tan importante saber que cuando quieren hablar con
alguien y contarles sus mayores penas nos buscan a nosotros, porque nos tienen
confianza y sienten que además de escucharlos y comprenderlos, los ayudaremos.
Qué felicidad sentimos cuando cumplimos años y vemos que no se olvidaron porque
nos llaman o se aparecen en casa para desearnos un feliz cumpleaños y deseos de
que cumplamos muchos más.
Sin
embargo, no debemos olvidar que ninguna relación puede funcionar si no
aceptamos a las personas como realmente son. Todos tenemos defectos. Cuando una
persona nos brinda su confianza y afecto debemos ver lo positivo que hay en
ella y aceptarla con sus defectos, que son muchos al igual que los nuestros.
Muchas de las grandes amistades que han existido se han formado entre personas
totalmente diferentes tanto en carácter como en pensamiento, y muy diferentes
entre sí. La verdadera amistad consiste en armonizar nuestras diferencias y
apreciar más a fondo lo mejor de nuestros amigos, aceptando aquello que no es
placentero, pero que forma parte de su carácter y personalidad.
El
ensayista, novelista y poeta libanés, Khalil Gibran dijo: "Tu amigo es la respuesta
a tus necesidades. Él es el campo que plantas con amor y cosechas con
agradecimiento. Él es tu mesa y tu hogar. Porque vas hacia él con tu hambre y
lo buscas con sed de Paz… Y no permitas más propósito en la Amistad, que el
ahondamiento del espíritu. Y has que lo mejor de ti sea para tu amigo… deja que
haya risas y placeres compartidos. Porque en el rocío de las cosas pequeñas, el
corazón encuentra su mañana y se refresca."
Tu amigo es aquel que siendo leal y sincero, te
comprende; el que te acepta como eres y tiene fe en ti, el que sin envidia
reconoce tus valores, aquel que te estima y elogia sin adularte; el que te
ayuda desinteresadamente y no abusa de tu bondad; el que con sabios consejos te
ayuda a construir y pulir tu personalidad; el que goza con las alegrías que
llegan a tu corazón.
La lealtad es quizás la característica, por excelencia,
de una buena amistad. Algunas veces la vida agitada que tenemos no nos permite ver
a los amigos con la frecuencia que quisiéramos. Pero llamarlos aunque sea para
saludarlos y saber cómo están es una forma de lealtad. Quizás la forma clásica
de demostrarla es impedir a toda costa que otras personas hablen mal de
nuestros amigos, cuando no están presentes y no se pueden defender de ese
ataque. También se demuestra estando con nuestros amigos en las buenas y en las
malas. Especialmente si están enfermos.
Tu amigo, es el que sin penetrar en tu intimidad, trata
de conocer tu dificultad para ayudarte; el que sin herirte, te aclara lo que
entendiste mal o te saca del error; el que levanta tu ánimo cuando está caído;
el que con cuidados y atenciones quiere menguar el dolor de tu enfermedad; el
que te perdona con generosidad, olvidando tu ofensa. El que ve en ti un ser
humano con alegrías, esperanzas, debilidades y luchas. Ese es el amigo
verdadero.
Es alguien que piensa en ti, que te escucha y te enseña
cosas buenas y siempre tiene tiempo para convivir. Si hieres a un amigo
duramente, es muy probable que la amistad jamás vuelva a ser igual… Si
encuentras un verdadero amigo cuídalo para que lo conserves y si ocurre alguna
desavenencia conversen para limar asperezas y vuelvan a comprenderse. Es
necesario dejar la tozudez y el orgullo a un lado porque pueden llevarte a
perder un tesoro inigualable. El poeta, ensayista y biógrafo inglés, Samuel
Johnson dijo: “Dejar que una amistad muera por negligencia o por silencio es una
locura comparable a arrojar lejos uno de los mayores tesoros de este cansado
peregrinaje”.
Hay
amigos eternos, amigos que se eligen y amigos que se adoptan. Están los amigos
del alma, del corazón, de la sangre. Amigos que son más que amigos que son hermanos.
Los que trascienden tiempo y espacio, los telepáticos, los que sabemos siempre
están aún sin verlos, y sentimos permanentes. Amigos de sueños infinitos y
tertulias interminables. Amigos de esta locura cuerda que es transitar por la
vida agarrados de nuestras sombras. Y son indispensables.
En una verdadera amistad no hay interés material, el
único interés que prevalece es el que se tiene por la persona misma, por
disfrutar de su compañía sin importar si son ricos o pobres, si te pueden dar
algo o no. Los verdaderos y auténticos amigos tienen la capacidad de entender y
compartir las emociones en sí mismas, pero sin hacer juicios. Cualquier alegría
es mucho más grande, cuando se comparte con alguien; cualquier tristeza es más
llevadera cuando se puede descargar en un amigo. La amistad verdadera es un
parentesco sin sangre. Ese amigo nace del corazón...
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son
contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo
de amistades falsas… Los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier
cantidad de dinero.
Por eso hoy, deseo aprovechar mi tiempo para decirle a
mis verdaderos amigos lo mucho que los recuerdo, los extraño, los aprecio y los
valoro. Hablo de esos que me abrieron sus brazos y su corazón, de los que me
regalaron su tiempo y su comprensión, de los que me “tiraron de las orejas”
cuando me veían flaquear, de los que no tienen ni idea de lo mucho que me
dieron cuando me dieron su amistad.
Especialmente a ti hermanita. Siempre plasmaré en mis
pensamientos los instantes compartidos y seguiré a través del tiempo,
recordando esos momentos. La sonrisa contagiosa, el comentario divertido…
Cuando estamos juntas no sentimos el cansancio, ni el desvelo cotidiano,
borramos los pesimismos y disfrutamos de nuestra compañía sin las poses del
egoísmo. Nunca me cansaré de darte las gracias por tantos momentos lindos, por
tu bondad, por tu apoyo incondicional, por tu cariño. Siempre te llevo conmigo,
como un tesoro invaluable.
Hemos compartido alegrías, tristezas, desvelos,
angustias, pesadillas, motivaciones, triunfos... todo eso y más. El cariño y la
comprensión entre nosotras es tan real y verdadera que aunque estemos lejos
físicamente estamos muy cerca en nuestras mentes y corazón, tanto que te siento
a mi vera día a día... y eso te lo agradeceré eternamente.
Jamás olvidaré el día que nos conocimos. El destino nos
reunió y no se equivocó. Esta amistad que nos une por decreto del destino será
así por siempre, y lo creo con certeza porque hemos pasados momentos muy duros
juntas y nos ha tocado pasar por situaciones que si nuestra amistad no fuera
tan firme se hubiera desmoronado con algunas de ellas... por eso creo que
estaremos unidas eternamente porque tenemos un lazo muy difícil de romper. Gracias
por tu hermosa amistad... siempre te admiraré, por tu valentía y fortaleza ante
la vida, por la bondad y cariño que profesas a todos, por el gran ser humano
que eres.
La amistad es un fruto mágico que se cultiva en el
corazón de los seres humanos. Y gracias a DIOS el corazón no conoce de
geografía… A todos, ¡gracias, muchas gracias! Hoy quería aprovechar sabiamente
mi tiempo para expresar esto. ¿Por qué? Porque en la vida hay que expresar los
sentimientos cuando las personas están para escucharlos. Alguien dijo: “El
hombre se hace viejo muy pronto y sabio demasiado tarde”. Justamente cuando: Ya
no hay tiempo.
Y no quiero que eso me pase a mí, lo de llegar a vieja
sí, pero también ir teniendo un poquito de sabiduría mientras hay tiempo.
“Si la amistad desapareciera de
la vida, sería lo mismo que si se apagara el sol, porque nada mejor ni más
deleitoso hemos recibido de los dioses inmortales”.
Cicerón
excelente tema para poder reflexionar en estos tiempos modernos saludos
ResponderEliminarMuy sabias palabras, buena entrada.
ResponderEliminarEL QUE ENCUENTRA UN VERDADERO AMIGO HA ENCONTRADO UN TESORO
ResponderEliminarMuy cierto, la amistad verdadera es una preciada joya y tu amigo(a) la gema mas preciada.
ResponderEliminarYo perdí una amistad porque nunca supo agradecerme nada de todo lo que hice por ella. Ha sido tan doloroso y trágico para mí.
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