Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

viernes, 27 de abril de 2012

Te amo, pero no quieras ser mi dueño


Ven, acércate a mí que quiero confesarte algunas cosas. No sé qué me pasa cada vez que te veo… siento mariposas en mi estómago, escalofríos, montañas rusas o qué se yo, pero es la sensación de estar enamorada de ti. Cuando te miro tus ojos me atrapan, cuando me rozas mi cuerpo tiembla. Lo quiero todo contigo y nada sin ti. Un día sin verte es como el cielo sin su azul. Tu voz me estremece, quiero sentir tus labios, tu piel y todo lo referente a ti sobre mí. Da igual si hace frío o calor, de las dos formas las sábanas son nuestro escondite favorito. Eres mi otra mitad, tú y nadie más que tú.
Eres quien despierta mis instintos, mi amor, mi pasión, iluminas mis días, me llenas el corazón, me colmas de sonrisas… A ti que has llegado a mi alma, has amado mi cuerpo y te has ligado a mí, te doy las gracias por tocar mi corazón y darme tu amor. Tú me robas la calma, me has enseñado a decir te quiero y descubrir lo que significa cuando pienso en ti.
A pesar de eso, muchas veces me hago la difícil y te miro retadora, pero no hay más destreza que la tuya que hace mi voluntad añicos volviéndote mi vicio. Eres una droga en la que estoy enganchada, de la que no tengo escapatoria... ¿Y sabes?... Eso me gusta... Pero no confundas las cosas porque no eres mi dueño.
Yo puedo vivir sin saber que sentiré cuando la muerte me rodee con sus brazos de hielo, cuando el vacío de mi alma se confunda con la nada absoluta de un cuerpo desierto de vida. Pero necesito tu mirada para cubrir mi alma de luz, tus manos para saber que mi cuerpo es real, tu voz para saber que el silencio es momentáneo. Necesito que me explores, que me descubras, que me adivines, que me sientas, que me quieras, que me dejes, que me tomes... necesito tu ausencia y tu compañía, tu alma, tu cuerpo, te necesito amante, también compañero pero no necesito ser tu dueña.
Igualmente yo quiero explorarte, descubrirte, adivinarte, sentirte, quererte, dejarte, tomarte, quiero ser tu amante, tu compañera... pero no quieras ser mi dueño. Si me pides que cambie, que elija, que me deje ir, que apague mi voz, que anule mi yo, que me convierta en tu sombra... viviré sin ti, tenlo por seguro... puedo hacerlo aunque sea muy difícil… puedo vivir sin ti pero no quiero, no me obligues a ello. Sigamos siendo las mismas personas que éramos cuando nos encontramos porque por eso nos enamoramos, eso nos hizo amarnos. ¿Te acuerdas? Sigamos siendo los mismos y seguiremos amándonos ardientemente, apasionadamente, desesperadamente. Amándonos hasta la locura, hasta quedar sin aliento porque nos entregamos sin medidas.
Yo amo todo lo que eres, te amo con tus locos días, con tus locos desvaríos y tus amores desmedidos... sin preguntas, peligrosamente, ansiosamente... porque estás hecho a mi a medida. Te amo por ese amor que me entregas. Me encanta cuando dejas post-it diciendo "Te Amo" pegados en el refrigerador, en el espejo del baño, en el espejo de la cómoda, en la pantalla de la computadora…
Y ahora después de una aclaración y muchas confesiones, voy a confesarte algo más… hoy quiero comportarme como salvaje… ¿Me acompañas?

jueves, 26 de abril de 2012

Mis dos estrellas

Hoy alguien me habló de que se aproxima el día de las madres, de lo que pensaba hacer ese día, dónde iba a pasear y que después sus hijos cocinarían para ella… al terminar la conversación y quedarme sola me quedé pensando en mis dos estrellas y por eso me senté a escribir porque quiero con todo mi amor expresar con palabras, lo cual es muy difícil, cuánto amo a esas dos personas... Mis hijos, mis niños... los retoños que brotaron de mí, a quienes llevé en el regazo de mi vientre. Yo aprendí a renacer cada día con solo verlos...
Hoy mi príncipe es un joven inteligente y lleno de vida. Mi niño precioso que cada día me sorprende más con su madurez y personalidad. Y mi princesita, una chiquita que se roba el corazón de todo el que la conoce... es un cascabel, siempre bailando, sonriendo, muy pícara y dulce.
Ellos son mi orgullo, mi sol, mi risa, mis ganas de despertar cada día… hoy sólo quiero que sepan que los amo con todo mi corazón; cómo no hacerlo si son lo mejor que la vida me ha dado. Definitivamente Dios me bendijo con los dos ángeles más hermosos que El ha creado y me los dio a mi para que me acompañen y me enseñen a ser mamá. Nunca dejaré de darle las gracias por haberme elegido como su madre, nunca me cansaré de agradecerle por ustedes, por tenerlos aunque sé que no soy la madre perfecta, trato de demostrarles cuánto los amo y lo que significan en mi vida.
Estas líneas están dirigidas a ellos. Si algún día las leen pueden estar seguros que cada palabra es cierta y que sale desde lo más hondo de mi corazón.
Ustedes son lo más importante para mi y quiero que lo sepan... tal vez nunca lo digo (mi amiga del alma me reprocha siempre que en cuestiones de amor yo digo más cosas cuando escribo que cuando hablo), pero ustedes son el Sol que alumbra mis días, el motivo que me impulsa a ser mejor, el oxigeno que necesito para vivir, ¡son mi vida! Cuando pequeños me desesperaba por llegar a casa para escuchar ese "¡¡¡mamita!!!" seguido de sus besos y abrazos que varias veces estuvieron a punto de hacerme caer, por el impulso con que se lanzaban sobre mí, pero que disfrutaba cada día más... porque eran el mejor regalo después de un día agotador.
Amores míos, deben saber que el ser su madre me llena de felicidad y que sólo deseo que sus corazones se inunden de cosas bellas y no permitan que en ellos anide la maldad, siempre brinden ayuda a quien la necesite sin esperar recibir nada a cambio, sean justos, inteligente y sabios, pero por sobre todo sean humanos. Aprendan a perdonar y a levantarse con cada tropiezo, luchen siempre por un mundo más justo. Sean valientes y duros con los malos, solidarios y humildes con los buenos.
Amores, yo les pido tiempo y paciencia a mis exageraciones de sobreprotección que sé que no cesan, pero es que me cuesta trabajo entender que ya no son bebés. Son adolescentes y casi adultos, lo sé. Sólo tengan en cuenta siempre que los adoro, que jamás los voy a dejar por ningún motivo y que tengan la edad que tengan siempre seguirán siendo “mis bebés”.
Ustedes son fruto del amor, son amor en carne y hueso. Todos los días agradezco a la vida por haberme permitido tenerlos, mis tesoros yo los amo tal y como ustedes son, por siempre... mami.

martes, 24 de abril de 2012

Ayudándome a cocinar



Es temprano, pero el calor no me deja permanecer por más tiempo entre las sábanas, y decido darme una ducha rápida para refrescarme. Mientras me seco pienso en qué voy a cocinar para hoy con ese pensamiento me lavo los dientes, me echo desodorante, un poco de perfume y me pongo un ligero y corto ropón negro, estoy sola en casa, ¿para qué más ropa? hay mucho calor.
Voy a la cocina, me preparo un café mientras busco en el refrigerador las opciones que tengo para hacer de comida. Finalmente me decido por bistec de cerdo y una panetela de postre, saco la carne para dejarla adobada y tenerla lista para freír a la hora de la comida. Antes de picar las especies, enciendo el horno para que se vaya calentando.
Busco los ingredientes para la masa de la panetela, la preparo, la echo en el molde y la pongo a hornear; el calor es intenso y tengo harina hasta en el pelo, estoy pensando en darme otra ducha cuando acabe. Me dispongo a batir las claras de huevo cuando suena el teléfono, eres tú, para decirme que en una hora llegarás. Debo apurarme e ir terminando todo, para ducharme y estar presentable cuando tú llegues.
Pico las especies, adobo la carne, la tapo y la guardo en el refrigerador. Pongo a hacer la almíbar y comienzo finalmente a batir las claras para el merengue; todavía quedan 30 minutos aproximadamente para que llegues, así que me da tiempo darme otra ducha, al menos eso pienso. Me doy un susto de muerte cuando de repente me rodean unos brazos por detrás, por poco se me cae el recipiente donde estoy batiendo las claras, intento girarme, pero me dices que siga con lo que estoy haciendo.
Seguramente estabas muy cerca porque has venido en muy poco tiempo y no me ha dado tiempo terminar, me has cogido despeinada, con la cara y las manos llenas de harina, y por supuesto no tuve tiempo de ducharme de nuevo, me susurras al oído: “Te voy a comer entera nena, tu sigue con lo tuyo”.
¡Diablos! ¿Cómo puedo seguir con lo mío? Si el corazón lo tengo desbocado y un escalofrío recorre todo mi cuerpo, pero intento seguir haciendo el merengue, mientras tu acaricias mis senos y me besas la nuca, me estremezco..., el merengue está tomando consistencia al mismo ritmo que yo me derrito, no puedo pensar en otra cosa que no sea participar de tu juego, que por momentos me arrebata la respiración; con las claras casi a punto de nieve tus piernas hacen que se abran las mías, estoy deseando acabar con el dichoso merengue. ¡Dios! sólo de intuir tus intenciones me enciendo cada vez más, te digo que esperes un momento que tengo que sacar la panetela del horno. Sonríes y me dices: “Yo la saco, así te ayudo y terminamos antes”.
Las claras están ya están a punto de nieve, me apresuro en agregarle el azúcar para dejar terminado el merengue. De prisa quito el almíbar del fuego y le añado una línea de ron. Mientras, tú sacas la panetela de su molde y la colocas en un plato, yo comienzo a mojarla con el almíbar y tú vuelves a colocarte en mi espalda continuando con tu juego mientras me besas en el cuello erizando cada centímetro de mi piel que arde en deseo, la panetela no está fresca pero empiezo a vestirla con el merengue, tus manos se cuelan bajo mi ropón al encuentro de mi sexo mojado, y dices: “Mmmm, sin ropa interior, me acabas de provocar una erección instantánea” y te aprietas contra mi espalda haciéndome notar tu dureza entre mis nalgas. No puedo concentrarme en terminar de vestir la panetela, a duras penas lo consigo, y la llevo hasta la mesa contigo pegado a mi espalda, cuando suelto el plato, casi sin darme cuenta el breve trozo de tela que me cubre acaba en el suelo... y yo tumbada encima de la mesa llena de harina.
Ahí estás de nuevo, entre mis piernas, retorciendo mi deseo, elevándolo a lujuria, arqueando mi espalda... suspiro, gimo, me agarro a los bordes de la mesa, desatada en locura y ganas hasta que casi sin respiración, entre jadeos, te digo: “¡Hazlo ahora, necesito sentirte dentro!”, te incorporas y tiras de mi, me recuestas en la meseta de la cocina, me muerdes los pezones salpicados de harina y azúcar, y me siento enloquecer, ¡quiero tenerte ya!, mi urgencia es tal que al oído te vuelvo a suplicar que me tomes; es casi un rugido apagado lo que sale de tu boca mientras me acomodas y clavas tus ganas en mi, con ímpetu, salvaje; nuestro baile continua a ritmo de embestidas cada vez más intensas, jadeamos, gemimos, nos besamos…
Estamos desatados buscando el éxtasis, empapados en sudor y rebozados los dos en harina, de pronto con una mano halas una silla y conmigo pegada a tus caderas te sientas en ella, y ahora soy yo la que te cabalga al trote, la que toma de ti lo que necesita, mientras tu metes la cabeza entre mis pechos, intentando apagar tus gemidos entre ellos, hasta que te viertes en mi, de una forma salvaje, apretando mis nalgas casi hasta hacerme daño y me fundo contigo en el orgasmo, cansada, mojada en ti, sonriendo te susurro al oído: “Me encanta cocinar contigo”.
La cocina es un caos hay cosas desparramadas por doquier, ni siquiera nos percatamos en qué momento rompimos algunas cosas, hay especies en el piso, la harina está regada por todas partes… pero nosotros, aún sin separarnos, sólo nos reímos y nos besamos mirando semejante desastre. Malicioso, lascivo y juguetón me dices: “Vamos a ducharnos y después te ayudo a limpiar y a terminar la comida porque a mi también me encanta cocinar contigo”.

lunes, 23 de abril de 2012

¿Me regalas un abrazo?




A veces me entran muchísimas ganas de abrazarte, pero no te tengo y sólo puedo abrazar tu recuerdo, pero aún así me llenas, porque te imagino y casi puedo sentir tu cuerpo. Sigues intenso en mi alma, son tan grandes las ganas de verte, de volver a besarte, de sentir en mis labios tus labios… Iluminas mis noches, das más luz a mis días, me haces sentir especial.
Hoy tengo muchas ganas de ti, de saborear tu piel... Por todas las memorias que vienen a mi mente, por las sensaciones que se desbocan... Tengo ganas de que te pierdas en mi, quiero sentirte... sentirte aquí. Por esos besos que no me has dado, por las mañanas, tardes y las noches que no has estado... Por las ansias que se adueñan de mi cuerpo cuando no te siento...
Me preguntas una y otra vez si es verdad que te amo y por qué. Conoces la respuesta, pero de todas maneras te diré que te amo porque me haces reír, porque siempre me sorprendes, siempre vas más allá… porque te vuelves loco por estar conmigo, porque me haces pensar y me das otra perspectiva de las cosas, por el deseo con que me miran tus ojos, porque contigo puedo ser realmente yo, por tu objetividad en cualquier situación, por la forma en la que tus dedos se enredan en mi pelo, porque no me juzgas, por tu forma de amarme, por tu forma de entregarte, porque tus manos me transportan a otro lugar… por la forma en que tus piernas se enredan en las mías, por el tono de tu voz cuando me mimas, porque tus labios me crean adicción, porque a veces me desquicias, porque no eres común, por todo lo que me haces sentir, por como me haces desearte… porque sin ti no sé vivir.
A pesar de la distancia y de todo… hay cosas que no cambian, insistes en saber cómo estoy y aún cuando trato de desviar la atención hacia otro lado insistes porque sabes que algo no va bien, me gusta cuando me cuidas, siempre buscas una palabra para animarme, siempre encuentras el modo de hacerme sonreír, me gusta tu excelente memoria y tus “notas mentales” y recuerdos exactos de las cosas que te digo... Que te importe lo que para mí es importante, me gusta que contigo no sólo puedo compartir coqueteos, fantasías, lujuria, caricias y orgasmos, también puedo compartir dudas, angustias, miedos, enojos y sonrisas… Tal vez nadie pueda entenderlo y no me interesa que lo hagan... quiero que te quedes cerca...
Tengo ganas de embriagarme de ti, por el dulce sabor de tus labios, por tu esencia que me impregna... porque tus caricias me curan todo. Tengo ganas de olvidarme del mundo por las muchas ganas que tengo de ti... hace tiempo que no te tengo y los días, las semanas se hacen eternas… Sólo quiero tus brazos apretándome contra tu pecho, sólo quiero tu calor, tu presencia, el sonido del latir de tu corazón... sentirte tan íntimo, tan profundo, tan cálido, tan tú... ¿Me regalas un abrazo? Quiero sentir el dulce frenesí de abandonarme entre tus brazos...

jueves, 19 de abril de 2012

Una palabra

Con tan solo una palabra podemos perder o ganar un amigo. Alguien dijo una vez: "Las palabras son los peldaños de la escalera de nuestra comunicación". Así es, y por tanto debemos de cuidar que cada tramo esté bien construido, que no sea resbaladizo, que no esté carcomido, que no provoque más caídas o problemas en nuestra relación con los demás. De ahí que siguiendo las definiciones orientales debemos elegir bien nuestras palabras que son los peldaños de la escalera de una buena comunicación.

Una palabra cualquiera puede ocasionar una discordia, una palabra cruel puede destruir una vida, una amarga provocar odio, una brutal romper un afecto, una agradable suavizar el camino, una a tiempo ahorrar un esfuerzo, una alegre iluminar el día. Una palabra con amor y cariño puede cambiar una actitud. Para un alma atormentada una bella palabra es como la luz del faro en una noche tormentosa, es como alivio para el enfermo, como resignación para el doliente.

Por eso, amigos míos, no griten, no ofendan, no juzguen, no humillen, no indispongan… sean nobles, íntegros, sinceros, humildes... Que la lengua encuentre las palabras más exactas para que se expresen sin que sean mal interpretados y no tengan miedo a pronunciar las palabras mágicas: te quiero. No dejen pasar la oportunidad de halagar a una persona y despídanse de la gente siempre con palabras cariñosas porque nadie sabe si el la última vez que se vean. Ojala siempre tengan palabras cálidas en un frío anochecer.

En lo personal yo siento no poder llegar con mis humildes palabras a rozar la gloria que tú me has proporcionado cada día que has permanecido junto a mí. Quisiera que las palabras fluyeran de mi boca con la misma intensidad, pasión y cariño que siento por ti. Te sueño cada noche y te pienso cada día, te acompaño en cada jornada y te poseo sin poder estar tangiblemente a tu lado. En la lejanía te acompañan mis palabras de aliento, que son puras y sencillas. Amor, mis palabras encierran todo el cariño que siento por ti, son palabras de amor, no son traídas de otro mundo simplemente son palabras que solo un corazón enamorado como el mío puede decir.

Te regalo una palabra perfumada y un día de sol con tu nombre porque eres el arco iris que sin estar en el cielo pinta de colores mis días... Nuestro amor es como un ave que vuela con las alas ligeras día a día, libre, espontáneo y sincero. Eso siento y más. Alguien debería inventar nuevas palabras para definir mis sentimientos de entrega, de admiración, de necesitarte cada segundo. Te digo que te amo, pero ya lo sabes, quizás de tanto repetírtelo se desvirtúan las palabras, pero no, cada vez que te lo digo es porque mi amor por ti ha aumentado.

Lo que hoy te escribo no son palabras de poetas pero si de alguien que se enamoró de ti, que se siente feliz al estar contigo. Me he desnudado en palabras para decirte lo que siento, es curioso muchos dicen que con las palabras se esconde el alma, pero a mi se me ha quedado vacía.

miércoles, 18 de abril de 2012

Así es nuestro amor


Hoy al encontrarte, se levantaron de golpe ante mí tantos recuerdos, tantas locuras… pude entender que a pesar del tiempo y la distancia, aún te quiero… Entendí que tienes el poder de seducir cada poro de mi piel, cada gota de sudor, cada parte de mi cuerpo... Y que tú logras calmar esa agonía que mi corazón siente cuando la soledad me acompaña...
Te amo más allá de la distancia, del tiempo y el momento. A pesar del infinito que nos separa, de las promesas sin cumplir que nos hicimos, sin que me importen los malos momentos que alguna vez vivimos. Te amo más allá de todo, más allá del tiempo que no compartimos, de la paz o la guerra que vivimos… sólo puedo decirte que mi amor por ti es eterno.
Con solo verte logras que revivan en mí la nostalgia, las pasiones, los sueños, las travesuras más inimaginables, cada vez que te deseo… Mientras te observaba quise encontrar en mi cuerpo un lugar que no te conozca, un lugar que no me transporte a desearte, un lugar que me calme las ansias de tenerte junto a mí… cuántos sentimientos encontrados llegaron a mi mente cuando me hablaste tierno y apasionado, y tu sonrisa me acarició de la cabeza a los pies…
Hay entre nosotros secretos que inundan el aire discreto, de sueños y besos que nadie sabe que damos en cualquier rincón. Cuando estoy en tu cama para que seamos uno el deseo se vuelve más intenso, abro mi ser para que entres y me fascina morir de deseo entre tus brazos... fundirme con tu calor, con tu cuerpo, con tu movimiento, amarte hasta nunca cansarme… Amarte una y otra vez es como tocar el cielo sin ningún esfuerzo porque tú eres mío y tu cuerpo mi refugio de amor, de alcance total a lo placentero.
Hoy no pude evitar acercarme a ti porque quise tener otra oportunidad de verte a los ojos, tenerte muy cerca de mí para extraer de ti toda la dulzura que llevas dentro y que escondes en las caricias más tiernas cada vez que me recorres con tus manos y tu mirada… Desee lentamente y sin pensarlo dejar llevar todo mi ser hacia tu cuerpo para entregarle toda la pasión quieta, que sé quedo dormida desde el día que me marché...
Nunca he podido dejar de amarte... Te he amado desde siempre, desde cuando un roce de tu piel erizó mi piel, desde que vi el reflejo de tus ojos en mis ojos y desde que tu sonrisa me cobijó y me besó en el silencio de la noche… Ahora, que te vuelvo a ver, puedo decir sin pensarlo que eres, has sido y serás la mejor locura que ha sentido mi ser...
Tus palabras me estremecieron. Mentiría si negará que me gusta saber que sin mi amor te sientes perdido, que me recuerdas todo el tiempo y que estás preso de este amor... saber que te gusta que pronuncie tu nombre y que desee tu cuerpo, que dé vida a tus sueños porque eso alienta tus ansias… saber que te gusta sentir tus labios junto a los míos y sentir como renace mi piel cada vez que hacemos el amor... Dices que soy la dueña de tus más íntimos secretos y fantasías... Te gusta como te amo... Y a mí me gusta como me amas... Así es nuestro amor... Entonces, amémonos sintiéndolo siempre tan nuestro... Eso es lo único que importa, quemarnos en esta llama porque entre tú y yo no hay distancias que valgan.