Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

jueves, 6 de febrero de 2014

Escribir, otra forma de comunicarme


A veces cuando escribo mi corazón no da latidos sino que estalla, y en un instante me llega la sangre a todos los rincones y hace que surjan las letras formando palabras, como si todas estas palabras fueran mi sangre metamorfoseada. Posiblemente mis palabras dejan huellas en la memoria como las dejan los sentimientos en mi alma.
Mi musa, la que me inspira, esa que se pone las mejores galas para visitarme, sea de día o de noche. Tan caprichosa, me asalta donde esté y me dice al oído mil palabras. Se viste de azul en los días claros y se torna de negro cuando se enciende mi tristeza, me inspira ira cuando me enfado o pasión cuando suspiro.
Escribo de cosas que me pasan o me han pasado, historias que conozco de otras personas… pero lo hago con sinceridad y mucho sentimiento. Algunos me han dicho que le doy demasiada importancia al tema del amor y tienen razón, pero es que para mi el amor es básico, es el motor que mueve el mundo, da felicidad, alegría y energía. Por eso es el tema que por lo general abarco. Aunque también duele, pero no por eso pierde su belleza y profundidad.
Cuando escribo de amor o por amor, dejo el corazón, el alma... le doy rienda suelta a las emociones. Es cierto que el amor a veces puede ser fugaz y doloroso, pero nunca deja de ser bello y eso es lo que me impulsa a escribir sobre él. Todos queremos que el amor dure y pensamos que así será, por eso cuando escribo sobre él es un acto de fe, porque de esa manera me garantiza que, de algún modo, perdurará. Es como cuando le sacamos una foto a un niño, con ella captamos algo que sabemos que va a cambiar, pero la instantánea nos permite conservar la belleza y ternura del instante.
Cuando escribo de amor no me importa si me creen cursi o idealista, lo cierto es que hasta en los textos más eróticos u oscuros hay un romanticismo implícito que no puedo ocultar y del que no logro desprenderme... muchas veces conviven armónicamente romanticismo y desprejuicio, cielo e infierno, bien y mal, realidad y fantasía… todo es absolutamente necesario para expresar mi sentir.
Escribir es el camino que encuentro para expresar todo lo que llevo dentro, palabras que hablan de sentimientos venidos del alma, que hablan de amor, esperanzas, nostalgias y alegrías, también de sueños y del inevitable dolor que a todos nos asedia a lo largo de la vida. Soy una marea de emociones, a veces de sensaciones encontradas, unas veces más feliz que otras, pero al final siempre yo.
Normalmente mi cabeza es un torbellino de pensamientos, los hay de todas clases, pero como debe ocurrirle a muchas personas, algunos salen a la luz y otros quedan ocultos acechando el momento oportuno de salir o quizás no salir nunca. Hay pensamientos que se entremezclan, buenos, malos, claros, oscuros, de todo surge en esta mente intranquila. Se generan constantemente y son increíbles misterios encerrados en mí.
Muchas veces escribo para desahogarme, recrearme en un mar de sentimientos, a veces para olvidar, otras para perderme en un mundo prohibido lleno de sensaciones y emociones… Y siempre, invariablemente le doy un espacio al romance, al amor, a ese sentimiento tan maravilloso que algunos no tienen la dicha de conocer y otros le temen. Siempre deseo que los que lean esos relatos se pierdan allí, en esas vidas recreadas por mi imaginación y a través de ellas se unan a mí para juntos entrar a ese mundo donde todo es posible.
Ciertamente escribir me fascina, me habitan infinidad de sentimientos ¿a quién no?, y también me habita el agradecimiento por esta forma maravillosa de comunicarme con gentes diversas en las grandezas, miserias, amores y desamores que todos compartimos. El que esté libre de cargo y culpa, que arroje la primera piedra... Algunos dicen que tengo la vena creativa bastante desarrollada, no lo sé, pero lo cierto es que escribir es una dedicación y que te lean, un sueño a conseguir.
Me gusta atar las palabras con lazos sencillos para que se comprendan mejor pero no siempre salen todo lo claras que yo quiero porque es muy difícil plasmar con palabras las sensaciones, los sentimientos. Cuando escribo me gustaría convertir mis sensaciones en palabras y que al ser leídas se volvieran de nuevo sensaciones, intactas, sin perder un ápice de su intensidad en esa transmutación literaria. Pero no es posible, las verdaderas sensaciones siempre quedarán dentro de mí, en un intento de hacerlas salir.
Es importante aprender a escuchar el mensaje que esconden las palabras por eso cuando lean las mías no se pierdan en ellas sino encuéntrense en cada una, porque muchas veces es un lenguaje que no es entendido por la razón pero si quieres ver mis palabras desnudas léelas con el corazón porque sólo él es capaz de desnudar los sentimientos y entonces las entenderán.
Me gustaría que mis palabras fueran mágicas y que al leerlas fueran como un conjuro que obrara maravillas, por ejemplo que borraran la tristeza de un rostro, que restituyeran ilusiones perdidas, que curaran heridas en los corazones… que fueran como el eco de lindos recuerdos que trajeran a la memoria, besos, rostros y los “te quiero” que todos guardamos en el alma como tesoros. También escribo un poco para entenderme a mí misma, es natural en mí, es una forma rentable y efectiva de exorcizar neurosis y demonios.
Hay palabras que mueven mundos, que producen terremotos... que hacen temblar y vibrar... que provocan escalofríos, que estremecen, que hechizan… palabras cómplices dichas al oído, palabras apasionadas y repletas de amor que acarician y enaltecen, que enamoran, que provocan… Escribo porque conmueve y perdura, para reflexionar y pensar.
El arte de escribir me permite sentir el placer de contar la realidad y lo que imagino, puedo revivir el pasado y combatir el paso del tiempo. Me ayuda a comprender y a ordenar el desorden, me equilibra, es un placer y una necesidad. Trato de explicar a los demás como veo la vida, escribo para curar mis culpas, para de alguna manera sobrevivir a la muerte, para sentir por un pequeñísimo instante que soy Dios. Mientras escribo soy intocable y eterna, como dice Rosa Montero.
A mi musa hace años que la conocí, pero ahora me inspira más que nunca. Ella alimenta mis sentidos porque conoce lo que me gusta, alimenta mis ideas con las suyas, escucha mis penas y sonríe con mis alegrías. A ella le doy gracias, aunque es etérea, volátil, abstracta y platónica siempre hemos tenido la más controvertida de las relaciones sentimentales. Ella es pasión, celos, caídas, problema… y solución (aunque no siempre). Ahora, como tantas veces está a mi lado, siento su sonrisa, su cara de aprobación. Puede que mis escritos no sean los mejores pero cuando consigo entender un poco su divino lenguaje, la inspiración me asalta. Las letras se escapan de mis manos que corren sobre el teclado, las frases surgen una por una y así frase a frase, palabra a palabra, construimos ella y yo mil historias, tan suyas, tan mías… tan nuestras.
Gracias a mi musa que me permite escribir y expresarme así para los demás, tengo otra forma más de comunicarme y mostrarme en forma absolutamente visceral, emocional, impulsiva, algunas veces desprejuiciada y tantas otras transgresora. Los que me leen seguramente están de acuerdo con algunas cosas y en contra de otras, pero como esta página es meramente personal, seguiré escribiendo para el placer de unos y quizás el tormento de otros.

3 comentarios:

  1. Como siempre hoy me has hecho caminar por estas hermosas letras que son como la esencia de un exquisito perfume, que esa musa haga presencia siempre. Dios te colme de bendiciones eternamente. Como siempre es un placer dejarte mi comentario y un afectuoso saludo y mi abrazo cariñoso en tus letras.

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  2. Muy bellas letras y como siempre un placer disfrutarlas. Esa musa siempre te acompañará porque la llevas alojada en el alma. Un abrazo y cuídate.

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  3. Siempre te he dicho,que creo eres mejor con las letras que con las palabras,no expresas mucho tus preocupaciones pero sí eres capaz de refugiarte en tus escritos, por eso deseo que esa musa que tienes siempre te acompañe, con lo escribes te liberas de toda carga y puedes sentirte como a ti te gusta: mujer plena y satisfecha. cuídate

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