Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Palabras en desuso


Ayer esperaba el ómnibus pacientemente, bueno ya un poco impaciente porque llevaba mucho rato en la parada, cuando vislumbré el susodicho transporte. Como es lógico todos los que allí estábamos nos dispusimos para montar cuando hiciera la tan esperada parada. Nos convertimos en un amasijo humano cuando paró frente a nosotros y entonces escucho a una “señora”, por decirle de alguna manera, que le dijo al muchacho que venía con ella: “empuja y no mires ni para los lados”. Y así lo hizo el muchacho evidentemente. Empujones sin conmiseración a mujeres, ancianos, a todos por igual.
Ya sobre el ómnibus camino a casa, yo no dejaba de pensar en las palabras de aquella mujer y lo que, en respuesta, había hecho el muchacho. Me parecía increíble. Y pensaba: ¡qué clase de educación y respeto estaba ella inculcando en él! Algo muy lamentable.
Amigos, la amabilidad, la gratitud, la bondad, la humildad, la sinceridad, el respeto... producen grandísimos efectos positivos tanto físicos como psicológicos en las personas (emisoras y receptoras). A mí me enseñaron desde chiquita que si quería algo debía decir por favor, que si me equivocaba debía decir perdón, que si recibía algo debía decir gracias y que podía hasta enfrascarme en una discusión con cualquiera sin sentirme menos pero siempre con respeto.
A la inmensa mayoría de nosotros (porque los hay que no reciben esa educación) desde que somos pequeños nuestros padres nos inculcaron esas normas básicas de educación, entre las que se encuentran las consabidas frases de “por favor”, “permiso”, “gracias” y “perdón”. A su vez cuando crecemos y nos convertimos en padres hacemos lo mismo con nuestros hijos pequeños.
No obstante, estas palabras no son sólo cosas de niños. Nosotros, los adultos, deberíamos repetirlas con asiduidad, porque lejos de ser fórmulas de cortesía vacías, estas palabras encierran fundamentos básicos de la educación, en ellas se esconden los valores esenciales sobre los que se construye una persona moralmente desarrollada.
Estas palabras son la expresión oral de una actitud de respeto hacia el otro. Pedir por favor las cosas es lo contrario de la imposición. Pedir permiso, es una fórmula de cortesía como consentimiento o autorización para hacer o decir algo. Dar las gracias, es la mejor muestra de agradecimiento al otro. Pedir perdón, es la palabra de humildad ante un error o falta cometida.
Las palabras por favor, gracias y perdón están siendo poco usadas en nuestro tiempo. Se usan en la conversación y el trato entre personas, menos que lo que debían de ser utilizadas. Se asocian por mucha gente a “la educación de viejos tiempos” y quizá por eso en este mundo más moderno y liberalizado sean consideradas como propias de servidumbres y por eso han sido desterradas por una sociedad que se cree superior y autosuficiente.
Fíjense si es así, que si se ponen a observar, cada vez es menos frecuente que las personas que nos rodean cuando van a pedirte algo digan “por favor”, o que cuando haces algo por ellas te den las “gracias” y mucho menos que cuando se equivocan o meten la pata pidan “perdón”. A veces es más habitual que las diga un desconocido. Increíble, pero cierto.
Y una verdad como un templo es que ser amable hace que las personas se sientan bien y cimienta el camino para crear buenas relaciones interpersonales. Lamentablemente estas son palabras poderosas que hacen sentirse valorada a la persona que las escuchan, se van perdiendo cada vez más.
Cuando das las gracias a otra persona ella comprende que tú valoras lo que ha hecho por ti, ya sea acompañarte al médico o darte un vaso de agua. Cuando dices permiso la otra persona sabe que esperas su consentimiento para hacer o decir algo, y se siente valorada. Cuando pides algo por favor la otra persona comprende que tú la respetas. Y cuando pides perdón a alguien, éste comprende que tú estás arrepentido, que reconoces que te equivocaste, que quieres arreglar las cosas y aprender de tus errores.
El adulto que no pide nada por favor trata a los demás como meros instrumentos para obtener lo que desea. Aprender a decir “por favor” significa que quien está ante nosotros no es un siervo, que no mandamos sobre él y, por tanto, no exigimos sino que pedimos, no ordenamos sino que solicitamos. Esta actitud favorece el desarrollo del respeto al otro, viéndole como alguien igual en dignidad y con idénticos derechos.
Cuando pedimos permiso la persona que va a ser objeto de nuestras palabras o acciones se siente respetada porque sabe que le estamos pidiendo licencia o consentimiento para hacer o decir algo.
No menos importante es saber decir “gracias”. Las gracias no se dan por cumplir con una mera fórmula de urbanidad sino por desarrollar la actitud del agradecimiento. El adulto que no da las gracias va por la vida poniendo la mano para recibir, pero pocas veces la tiende para dar.
Muchas veces quizá pensamos que nos merecemos lo que otros hacen por nosotros, otras veces quizá pensamos que “si lo ha hecho, es porque ha querido”, dar las gracias a otro ser humano enriquece tu vida y la de los demás a un nivel incalculable. Decir gracias no nos quita ni siquiera un segundo. Otras veces somos agradecidos pero no lo demostramos, porque damos por sentado que lo saben. Esa es una palabra muy sencilla de pronunciar y acompañada con una sonrisa, alegra el alma de todo humano.
La palabra Gracias encierra un poder y profundidad inimaginables: Traspasa todas las barreras culturales, geográficas y religiosas, es reconocida y aceptada por cada uno de nosotros y, si sabemos aplicarla constantemente en nuestra vida, puede brindarnos enormes beneficios en todos los aspectos. ¡Que poco cuesta decir GRACIAS! ¡Pero cuantas veces se nos olvida!
En cuanto al perdón, todos sabemos que es una de las cosas que más cuesta. Los motivos habituales suelen ser dos: vergüenza unida a culpa, o soberbia unida a resentimiento. Sin embargo, quien pide perdón, en primer lugar vence la vergüenza, con lo cual eleva su autoestima y reconoce su culpa, y con ello crece en su sentido de la responsabilidad. En segundo lugar, quien pide perdón es capaz de superar su egoísmo, vencer la espiral devoradora del rencor y evitar ser carcomido por el orgullo.
Pedir perdón es complicado pero no puede dejar de hacerse siempre que la situación lo amerite. Comerse el orgullo, agachar la cabeza y decir “me he equivocado” puede ser de las cosas más difíciles en esta vida. Y hacerlo con alguien que nos importa, al que hemos defraudado, ofendido o dañado no sé si es más o menos fácil, pero no me cabe duda de que es muy necesario. Perder a los que nos importan por soberbia debería estar penado con la muerte.
Creer que “el tiempo lo cura todo”, que “ya se le pasará”, que “tampoco es para tanto”, dejar pasar tiempo a la espera “del mejor momento para hablarlo”, son simplemente excusas y más excusas para no echarle frente al error y arreglar la situación. El tiempo cura cuando se han puesto los medios, en caso contrario puede hacer que una simple infección se convierta en gangrena. Recuerden que igual que dos no se pelean si uno no quiere… dos tampoco se perdonan si uno no da el primer paso.
En conclusión, la persona que crece al amparo de estas expresiones: por favor, gracias, perdón, permiso… sin duda alguna es una persona que respeta a los demás y los reconoce en su dignidad sin usarlos a su antojo; una persona que se sabe deudora de tanto bien como recibe y por tanto agradecida y abierta; una persona humilde, responsable y libre de rencor.
Estas palabras hay que expresarlas como vocablos llenos de contenido real y no como simples sonidos que salen de nuestra boca “para cumplir”. Palabras que hay que decir y manifestar con el corazón, con hechos… decirlas no hace al que habla menor que al receptor ni son una muestra de debilidad.
Para mi el que es capaz de usarlas en su repertorio diario es una persona merecedora del más sincero respeto (otra palabra importante), porque el respeto es el sentimiento que lleva a reconocer los derechos y la dignidad del otro. El respeto a los demás es la primera condición para saber vivir y poner las bases a una auténtica convivencia en paz.
En lo particular, me gusta estar y estoy entre las personas que aún dicen “gracias”, “por favor”, “perdón” y “permiso”.
Y hablando de esto, quiero darles nuevamente las gracias a todos, los conozca personalmente o no: Gracias por acompañarme diariamente, por animarme, por motivarme, por leer mis post, por hacer que vuele mi imaginación, gracias por hacerme quien soy cada día y darme una razón más para seguir. ¡GRACIAS! por su apoyo, por sus comentarios, por esas "gracias" que a veces me dan... eso me alimenta y me da energía para seguir escribiendo y para seguir desarrollando día a día mi trabajo.
Tenía ganas de escribir este post, no sé si lo habré hecho bien porque a veces las palabras más sencillas son las más difíciles de definir; son tan claras, las usamos tanto (quienes las usamos, por supuesto) y las entendemos tan bien que... nos resulta muy complicado de resumir el contenido en términos precisos. De todas maneras he hecho mi mayor esfuerzo por explicarles lo que opino sobre todas estas palabras que lamentablemente están en desuso.
¿Y ustedes qué piensan al respecto?

7 comentarios:

  1. En total acuerdo contigo, que pena que esas palabras realmente estén en desuso, porque son infinitamente importantes. Por favor, es una ayuda, una asistencia para hacer algo, nada se hace por que si... Por favor ayúdame en tal cosa, por favor alcánzame tal cosa, etc. Las gracias es símbolo de educación y de agradecimiento y de valorar lo que el otro hizo por ti. Lo siento es muy importante pero se debe utilizar si realmente lo sientes, no es en vano, pedir disculpas es para simbolizar que lo que hiciste no fue con maldad. Saludos

    ResponderEliminar
  2. Dicen que el AGRADECIMIENTO es la MEMORIA del ALMA. Esta es una de las “palabras” o “gestos” que no deben faltar en nuestro dia a dia. Agradecer por todo lo que tenemos e incluso no tenemos…Para que el UNIVERSO le devuelva todo lo bueno que implica tan solo una palabra “gracias”…
    Gracias por el artículo, me ha gustado mucho.

    ResponderEliminar
  3. Muchas GRACIAS por el post... es fantástico y reconfortante saber que se reconoce el mérito de dicho acto! llevo practicándolo toda la vida, así que no seré yo quien te lleve la contraria en nada de lo escrito, muy al contrario! refuerzo con mi actitud, mi comentario y mi forma de entender la vida todo lo que has dicho, y alguno de los matices personales que cada ser huma-no le damos al sentido de lo que nos encontramos por el camino. Tenemos que lograr que cada día seamos mas los que andemos esta senda!

    ResponderEliminar
  4. Gracias! Por favor! Perdón!qué grandiosas palabras! ojalá todos comprendieran y pusieran en circulación tan magistrales palabras. Hoy en día hace bastante falta. Gracias por este post.Todos deberían leerlo. Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. MUCHÍSIMAS GRACIAS! Por tomarte el tiempo para escribir, publicar y compartir con todos nosotros éste excelente post. Bendita la hora y el día en que por intuición empecé a seguirte, acerté. GRACIAS!

    ResponderEliminar
  6. Como siempre un placer leerte. Es cierto que prácticamente ha desaparecido de nuestro vocabulario dar las gracias. Sólo espero que nos concienticemos, y un simple dar las gracias para quién te deja pasar primero por una puerta, para quién hace un apto de humanidad, por recibir un buen servicio... ¿Qué nos cuesta dar las gracias? Nos hemos vuelto mudos, y estamos en peligro de perder el bienestar de los unos con los otros. Un simple gesto como dar las gracias, para quién lo recibe es levantar el ánimo, como recibir un aire fresco. De igual manera son importantes el por favor, perdón, etc. Por ello gracias a ti por compartir y por hacer bonitos post. Cuídate, linda.

    ResponderEliminar
  7. Es verdad, hemos olvidado lo importante del significado de esas palabras que nos hacen ser mejores personas y que nos permiten una comunicación armoniosa. Ojalá todos las tengamos siempre como escudos protectores del respeto en nuestra vida cotidiana.

    ResponderEliminar