Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

viernes, 13 de enero de 2012

¿De qué hablamos las mujeres?

Ayer conversando con un amigo me reí muchísimo porque el trataba de que yo le explicara de qué hablamos tanto las mujeres cuando estamos entre amigas. Me decía una y otra vez que él no entendía como podíamos pasarnos horas conversando. Intenté explicarle algunas de las razones y le dije que si espiara estas conversaciones le parecerían raras, descorazonadoras, asombrosas, a veces muy calientes y, a ratos, aburridas. Pero que si quería sacarle partido a estas “charlas”, no se limitara a intentar saber qué pensamos de los hombres, porque en cada frase que decimos se filtra nuestra concepción de la vida. Al cabo de un rato concluyó que las mujeres juntas éramos tremendas y si nos uníamos con amigas verdaderas el peligro era indiscutible, sobre todo para los hombres.

Hace unos instantes recordaba la conversación y volví a reír porque mi marido y el de mi amiga dicen lo mismo, que cómo es posible que si nosotras nos vemos tres y cuatro veces en la semana, además hablamos dos o tres veces por teléfono diariamente, en todas las ocasiones tenemos temas de sobra para conversar y nunca nos alcanza el tiempo, al punto de que al despedirnos en la puerta de la casa todavía ellos tienen que esperar que terminemos de decirnos algo.

¡Qué incomprensión, chicas! ¿Verdad? Para muchas mujeres juntarse con sus amigas no es tan fácil, porque la vida se complica y si a eso le suman que viven o trabajan y estudian lejos una de las otras para organizarse necesitan una serie de llamadas por teléfono o mails para ponerse de acuerdo en un lugar y una fecha determinada. Yo por suerte no tengo ese dilema como ya les dije. Pero para quienes lo tienen, ¿saben qué? Pienso que toda esa “burocracia” vale la pena con tal de pasar unas horas con nuestras cómplices de siempre.

Mientras que los hombres se reúnen a celebrar o a distraerse evitando estados de angustia, la mujer tiene la capacidad de reunirse con sus amigas tanto si está feliz como si está angustiada o triste por algún motivo particular.

Me imagino que los hombres imaginan los encuentros femeninos como una reunión donde tomamos un cafecito o té y comemos algún dulce mientras conversamos intercambiando nuestras habilidades en la cocina además de comentar la crianza de los hijos y la moda. Si yo imagino bien, entonces ellos imaginan mal. Porque en primer lugar cuando nos reunimos unas ponen bebida y otras comida, y en cuanto a los temas de conversación, como entre nosotras nos sentimos libres de contar cualquier cosa, mientras más maliciosa y osada sea la historia que se cuente, pues mejor. Por supuesto ellos siempre son un tema y si creen que somos sensibles y discretas al mencionarlos, nuevamente se equivocan. ¿De verdad quieren entonces saber de qué hablamos las mujeres cuando estamos solas? ¿Los hombres están listos para esta confesión? Yo no, pero ahí vamos.

Empezamos conversando de temas simples: chismes, matrimonios, nacimientos, rupturas, ligues, del trabajo, de la vecina, de recetas de cocina, marcas de ropa, ofertas, dietas, cosméticos, niños, medio ambiente, cine, novelas, anécdotas… Mientras pasan las horas nos vamos soltando y hablando cada vez con más desinhibición.

Bueno, para ser sincera, he hecho un escueto resumen de los temas que pueden desfilar en las reuniones de amigas, pero no he viajado a las profundidades del tema. Debo confesar que por primera vez siento que traiciono a mi género y tal vez más que a mi género, a mis amigas... pero por adelantado les pido perdón con sinceridad por si cuento algo que no debo, pero sé que en cada hombre que está detrás de la pantalla hay unas ganas enormes de saber de qué coño hablamos las mujeres cuando ellos no están y por qué demonios se escuchan siempre esas risas burlonas y estruendosas. Ellos tienen derecho a saber, amigas, aunque sea un poquito. Los pobres.

Además de los temas ya mencionados. Hablamos de sexo, de sexo y de más sexo. Todo lo relacionamos al sexo. Y es que hablamos de todo, desde el tamaño de un pene, hasta de los juegos sexuales que alguna ha probado, de cuántas veces alguien ha sido infiel, de cuánto se ha querido a un hombre, de los celos que podemos sentir de otra mujer que lo está rondando…

Mientras cada una cuenta sobre su nueva aventura, ruptura, relación… las otras preguntan detalles como: Qué tal su desempeño en la cama, sobre el tamaño, sobre como lo tenía la anterior pareja, sobre el tiempo que dura, etc. Que el relato sea más o menos explícito queda al gusto de la consumidora.

Todo esto lo hacemos entre risas y más risas, las carcajadas se escuchan como en parlantes y mientras la historia se hace más picante, nuevas botellas se destapan. El sexo, aunque no lo crean, ocupa un gran lugar en las conversaciones femeninas. No tenemos reparo alguno en compartir los más ínfimos detalles, sentimos que a quienes se los contamos son aliadas que no harán más que disfrutar con las historias de éxito y sufrir con los episodios decepcionantes.

Nuestras conversaciones a veces son despiadadas y en ocasiones laudatorias. Por ejemplo, si una se ha encontrado con un desgraciado egoísta que en cinco minutos ha rematado la faena y, entre ronquido y ronquido, le ha indicado la parada de guagua más cercana. ¡Revuelo en la comunidad femenina! Para consolarla todas explicaremos historias semejantes y los errores de los hombres que nos hemos cruzado en el pasado, serán resaltados en letras de neón. Sin embargo, si en vez de una historia tan deprimente alguna ha pasado una noche de ensueño que acabó con una caja vacía de preservativos en la mesita de noche, todas recordaremos nuestras pequeñas victorias.

La empatía femenina es característica entre las amigas. Hablar de hombres sirve para hablar de nosotras. Y, para entendernos, si una cuenta que se sintió humillada porque un tipo le exigió sexo anal, coincidiremos en pensar que es un pervertido... aunque nosotras lo hayamos hecho la noche anterior. Porque podemos animarla a que lo pruebe, pero nunca aprobaremos que la presione. Nos interesa compartir lo que nos ocurre, pero nos interesa mucho más cómo nos sentimos.

Además, el problema es que si no hablamos de sexo con las amigas, ¿con quién entonces? ¿Con los padres? Dios nos coja confesadas. ¿Con el psicólogo? Mala cosa, es una pesadez. ¿Con los amigos hombres? Puede ser, ¿pero ellos qué saben y entienden de mujeres? Las amigas son perfectas, casi siempre tienen tu misma edad y han pasado o están pasando por situaciones similares. Ahora, no se vayan a equivocar, no es que contemos nuestras historias amatorias como si fueran pornos orales. En cuanto al sexo nadie empieza diciendo, bueno primero hizo esto y luego lo otro. Lo que se hace es un buen resumen con las partes más interesantes e importantes del evento.

Por esas razones es que cuando nos reunimos demoramos tanto tiempo hablando, porque la historia que un hombre tarda un minuto y medio en explicar a sus amigos, puede significar para nosotras una hora y media de animada cháchara. Es muy sencillo, aunque omitamos algunos detalles, le contaremos a las amigas absolutamente todo: desde la ropa que usamos, el trago que prepararon, si nos colocó la silla para sentarnos, pasando por cómo pidió la comida, las cosas que hablamos, donde fuimos después, y si hubo sexo la cantidad de orgasmos que tuvimos y de qué calidad. Esto refleja la realidad sexual de las mujeres: todo importa, ningún detalle merece ser pasado por alto.

Yo no revelaré las obscenidades que mis oídos han escuchado y mucho menos las que mi propia boca ha pronunciado, eso lo dejo para ellas y para mí. Hoy apenas he abierto un agujerito para que conozcan un poquito del secreto, pero no vayan a creer que eso es todo. "Todo" no es para ustedes, como tampoco sus encuentros masculinos para nosotras. Qué vivan las diferencias de género y las reuniones con nuestras cómplices de siempre. Las mujeres nos juntamos y ¡los hombres tiemblan!

Esas charlas entre mujeres amigas son fabulosas, los hombres por mucho que le digamos no tienen ni idea de cuánto nos divertimos. Realmente esas horas son épicas. Bueno chicas, sólo quería compartir esto con ustedes y que los hombres que lo están leyendo sepan un poquito más sobre lo que hablamos entre amigas. Todo lo que he dicho aquí y quizás mucho más hablo yo con esa "amigaza" que tengo, quien me acompaña en mis tardes de desesperación, en mis horas de alegría, quién me hace la “pala” en incontables ocasiones para disímiles gestiones, que dice jocosidades, que es autentica y que me quiere así como soy yo... un poco rara, mundana, loca pero muy leal.

7 comentarios:

  1. ¡Joder amiga! ahora si se van a morir cuando nos vean juntas, sois un fenomeno, pero teneis razon las mujeres hablamos de tod eso y mucho mas entre tragos y risas, y ellos son y seran siempre el plato fuerte. Besos

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  2. Buenísimooooooooooo, es cierto muy cierto q hablamos de muchas cosas pero sobre todo y en todas las conversaciones están los hombres y el sexo, los tragos, las risas y las confesiones q por supuesto siempre quedan entre nosotras. Pobres hombres jamás nos entenderán, solo los más inteligentes se acercan a entendernos un poquito. Por eso necesitamos esa cofradía de mujeres amigas.

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  3. Siempre he sabido que cuando ustedes se juntan son peligrosas, pero me he reido mucho con el texto y de veras ahora lo pensare mejor cuando vea que mi mujer se reune con sus amigas. Estaré al tanto de cualquier comentario. Pero pienso que es bueno eso que llamamos "tarde de chicaas" o "noche de hombres", creo que ambos sexos tenemos derecho a ese espacio. Pero ustedes no dejan de asombrarnos y es cierto que no tienen fin sus reuniones.

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  4. Obvio que si!!!!!!!!!!!!! Desde que tenemos un granito en el cachete de la cola que nos molesta, que nos vino y nos tiene podrida o hasta que nos paso cuando estabamos con alguien (en la cama me refiero) Yo con mi mejor amiga me hablo tooooooooooooooooooooooooooodoooooooooooooooooo
    jajaja, ojo muchachos, las chicas nos contamos todito, todito

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  5. jajajaj llega un momento que tus amigas son vos misma...o sea saben todo... tengo una amiga que sabe todo antes de que le cuente...y bueno eso es amitad... todo? es todo, flia, novios, sexo, posiciones, costumbres, amigos, tod todo y con detalles...

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  6. me ha tocado estar en dichas reunuiones siendo el único testosteronoso de la platica y si, las mujeres se despelucan!! que será si no hubiera estado? Haha Acaban parejo, entre ellas, contra las enemigas, contra los hombres de sus enemigas, contra sus propios hombres y al final termina todas riendose y aprendiendo en carne ajena los disparates que se cuentan haha

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  7. Eres increíble, me he reído con algunas cosas y otras las sospechaba, lo cierto es que ustedes las mujeres cuando se juntan son un dolor de cabeza, y si son amigas, entonces sí… se divierten de lo lindo y sobre todo a costa de nosotros. Es cierto que las conversaciones entre los hombres giran desde el deporte hasta la política y cuando hablamos de mujeres casi siempre es de una conquista o para quejarnos, pero no son conversaciones profundas.

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